GP Alemania F1 2018: Hamilton, como el ave fénix

LIBRES  

Malas noticias de inicio para Daniel Ricciardo, con 20 posiciones de penalización en parrilla por varios cambios en su unidad de potencia, con la mirada puesta en la mejor opción de rendimiento en Hungría. Buenas noticias para Lewis Hamilton y Valtteri Bottas, renovados en Mercedes por dos y un año, con opción a otro respectivamente. Y novedades en varios equipos, como en el suelo de Red Bull o los alerones delanteros de Renault y Williams.

Trabajos distintos en los equipos en la primera sesión, con Mercedes optando por centrarse en el neumático blando y el ultrablando, mientras Ferrari se quedaba fijo en el blando y Red Bull probaba el medio con Ricciardo, mientras Max Verstapen usaba sólo el ultrablando. Casi un segundo de diferencia entre el más prestacional y el más duradero y una ventana posible para hacer la Q2 con el blando en términos estratégicos. 

Ricciardo marcó el mejor tiempo con un 1'13''525, superando por sólo cuatro milésimas el tiempo de Hamilton. Quizás Daniel empezaba a lamentar sus penalizaciones, porque el Red Bull funcionaba muy bien en el trazado alemán. Prueba de ello, el tercer puesto de Verstappen. Los Ferrari, en manos de Sebastian Vettel, mantenían la compostura y algo más, debido a que su tiempo había sido con el blando frente a los ultrablandos: sólo 0'271 de diferencia.

La única sorpresa de la sesión fue una fuga en el sistema de refrigeración del Renault de Carlos Sainz, que le hizo perder un tercio de la sesión al final, justo cuando se realizan las simulaciones de carrera. No hubo más consecuencias para el madrileño. Fernando Alonso estaba 12º, a poco más de dos segundos, mientras Charles Leclerc ya se postulaba en novena posición y Antonio Giovinazzi, en sustitución en estos libres de Marcus Ericsson, se quedaba 19º, a 1'1 segundos de su compañero de equipo.  

La segunda sesión vio aparecer mucha degradación en los neumáticos, especialmente en los traseros, debido al calor. Si el domingo fuera frío, la posibilidad era que apareciese el menos temido graining, ampollas que pueden solucionarse, algo que el blistering impide. Lo que no cambió fue el equipo que marcaba la pauta durante el viernes, esta vez con Verstappen y un 1'13''356 con blandos, que luego se convirtió en un 1'13''085 con el ultrablando, muy cerca del récord de Michael Schumacher, que data de 2004 y que, obviamente, caería durante el fin de semana si no cambiaban radicalmente las cosas.  

Hamilton volvió a ser una sombra, sólo 0'026 segundos por detrás, prueba palpable de que el Mercedes y el piloto estaban en buena sintonía con el trazado. La relativa sorpresa fue ver a Ricciardo en 13ª posición, con una sesión claramente enfocada a la carrera. Los Haas volvían a ser los mejores del resto, seguidos por Leclerc, mientras los McLaren y los Williams se disputaban las últimas posiciones. Alonso hablaba de pruebas, y quizás en la clasificación, como ocurrió en Silverstone, las cosas mejorarían.  

El ritmo de carrera, sin embargo, dejaba a Sebastian Vettel como el hombre a batir con los neumáticos medios y ultrablandos, mientras que en los blandos eran los Red Bull, con Ricciardo a la cabeza, que marcaban la pauta, aunque ni Hamilton ni Vettel optaron por ellos para estar pruebas. La opción lógica era el blando-ultrablando, pero quizás el medio no era tan descabellado.  

Ya el sábado, la tercera sesión fue absolutamente inútil de cara a la carrera, con lluvia que sólo durante la primera media hora dejó ver cierta actividad en pista. Quizás el susto de Sainz en la curva 11 hizo a todos reflexionar sobre el riesgo de cara a una clasificación que se presumía sobre seco. Los Mercedes y los Ferrari salieron muy al final de la sesión, pero al final, por primera vez en su carrera deportiva, Leclerc lideró una sesión oficial en la F1, con su tiempo de 1'34''577, seguido de su compañero de equipo. Sólo nueve pilotos marcaron tiempos.

CLASIFICACIÓN

La pista tenía algunos parches de agua al comenzar la primera sesión, pero no interfería ya en el tiempo por vuelta. Todos los pilotos optaron por el superblando, como es lógico, pero la noticia llegó hacia el final de la sesión. Hamilton se quejaba de las suspensiones, se quejaba del comportamiento del coche. En la primera curva se fue muy largo y rebotó varias veces. La consecuencia fue el fallo del sistema hidráulico, un cambio que no funcionaba y un coche que se paraba para su terrible desesperación. Las imágenes hablaron por sí solas, intentando empujarlo con la idea de llevarlo a boxes. Era imposible. Saldría 14º.

Mientras tanto, Kimi Räikkönen marcaba el mejor tiempo de la sesión, con un 1'12'''505, con Vettel a sólo 33 centésimas. El resto ya estaban cerca del medio segundo de déficit, con Valtteri Bottas tercero. Más complicaciones para Sainz y Alonso, eliminados por un momento de la sesión. Pero con dos buenas vueltas, el asturiano se colocó 14º y el madrileño, décimo, ambos clasificados. Por su parte, Romain Grosjean era un impresionante cuarto y Leclerc, sexto. La tabla, por una vez, no la cerraba un Williams: era Stoffel Vandoorne, a casi dos décimas de su predecesor, Lance Stroll, a los que acompañaban Esteban Ocon, Pierre Gasly y Brendon Hartley.

La segunda sesión vio a Verstappen intentar un tiempo con el blando, pero no era lo suficientemente rápido. Podría haber insistido con las bajas de Hamilton y la no participación de Ricciardo, lo que dejaba dos plazas menos de peligro. Pero no lo hizo, y tras la bandera roja se pasó a los ultrablandos para asegurar su pase.  

Y es que en la Curva 13, a falta de unos siete minutos para acabar la sesión, Marcus Ericsson se salió de pista y la inundó de gravilla. Aunque tardó un poco, Charlie Whiting acabó por ordenar la parada de la sesión hasta la limpieza de la pista. No cambió nada en la cabeza, con Bottas en primer lugar desde bien pronto con el ultrablando, su tiempo de 1'12''152, con Verstappen mejorando notablemente con ese neumático, y luego los Ferrari.

No hubo milagro para Alonso, que acabó cayendo eliminado, pero en 11ª posición, a casi seis décimas del tiempo de Sergio Pérez, décimo. Le acompañaban en la eliminación Sergey Sirotkin y Ericsson, si bien el piloto ruso merece el reconocimiento de haber colocado al Williams en una excelente 12ª posición, pese a todos los ingredientes que le ayudasen.

Finalmente, la tercera sesión estaba lista mientras unas amenazadoras nubes se acercaban al circuito, aunque nunca iban a llegar a descargar sobre la pista. Sin embargo, el color predominante de la sesión iba a ser el rojo. Vettel marcó un 1'11''539 en su primer intento, que dejaba a Bottas a 0'170 segundos y a Räikkönen, con un error en la rápida curva de derechas de entrada al estadio, a más de tres décimas. Verstappen estaba lejísimos.  

El segundo intento parecía poco emocionante. Bottas venía mejorando sus registros, pero no el del Pole. Sin embargo, un tercer sector absolutamente memorable, marcó un 1'11''416 que era la Pole provisional. Sorpresa en Mercedes, en Ferrari, en las gradas –mitad alegría mitad agridulce–. Previamente, Kimi no había podido superar a Vettel por ocho milésimas, tras otro ligero error en la curva de entrada a meta, un poco largo.

Vettel estaba en plena vuelta cuando Bottas marcó su tiempo. Venía mejorando sus tiempos y lo hizo de nuevo: 1'11''212, otra vez récord de la pista. Otra vez la Pole Position en su haber, aumentando la ventaja a 0'204 segundos. Impecable, el Ferrari en sus manos era un arma absolutamente efectiva y veloz. La pole position número 55 de su carrera y la quinta del año para el alemán, en casa, en el día en que el Mercedes de Hamilton estaba fuera de combate. Una pequeña victoria que ratificar el domingo, con Bottas a su lado.

Kimi fue tercero y Verstappen, fuera de opciones, cuarto. Tras ellos, la Pole de los equipos de mitad de tabla se la volvió a llevar Kevin Magnussen, en una tercera fila totalmente Haas con Romain Grosjean sexto. El danés sigue siendo muy rápido y su año está siendo muy interesante. Séptimo fue Nico Hülkenberg, el único Renault en usar el nuevo alerón al solo contar con dos unidades. No supuso una gran mejora, o Sainz hizo una magnífica vuelta, porque sólo le superó en 0'016 segundos. Noveno, otra tercera sesión, Leclerc, que saca y exprime y agota todo lo que puede darle un mejorado Sauber. Cerró la tabla Pérez. El dato curioso es que sólo Ferrari, Haas y Renault tuvieron a sus dos coches en la última sesión. 

CARRERA

Vettel en la Pole, Hamilton teniendo que volver a remontar, esta vez desde parado y no por un incidente al comienzo de la carrera. Un esfuerzo a realizar con neumáticos blandos desde la salida, mientras que Ricciardo era el único en optar por el medio, aunque ya no salía último, porque Pierre Gasly recibió penalización por el cambio de elementos en su unidad de potencia.

La salida, con el cielo soleado, fue ordenada, salvo por el incisivo Max Verstappen. Vettel se escapó de Bottas e incluso abrió un ligero hueco, mientras durante la primera vuelta el piloto holandés de Red Bull intentaba derrocar a un consistente Räikkönen, que no partió bien pero supo conservar su posición. Mientras tanto, Hamilton se lo tomaba con mucha cautela en mitad de la jauría del centro del pelotón, en el que las escaramuzas suelen ser sin contemplaciones, como varias pasadas de frenada corroboraron.

Al paso por meta, Vettel era líder sólido, con Bottas, Räikkönen, Verstappen, Magnussen, Hülkenberg, Grosjean, Pérez, Sainz, Leclerc, Alonso, Ocon, Hamilton, Sirotkin, Ericsson, Lance Stroll, Hartley, Gasly, Ricciardo y Vandoorne. Los cuatro primeros ya habían abierto un hueco sobre el quinto, lo que dejaba la carrera dividida entre punteros, el resto, y los que tenían que remontar como Hamilton y Ricciardo. El inglés lo hacía con mucha desenvoltura, y de hecho ya en la vuelta 14 era quinto, mientras que a Ricciardo le costaba mucho más, y seguía fuera de la zona de puntos.

Los neumáticos empezaron a sufrir degradación, no tanto en los Ferrari y Mercedes como en todos los demás, pero afectaba a la parrilla al completo. Ferrari realizó un movimiento agresivo estratégicamente, y en la vuelta 15 llamó a Räikkönen a boxes, le montó neumáticos blandos y puso en jaque desde entonces al segundo, Bottas, con Hamilton detrás del segundo Ferrari, sin capacidad de atacarle. En ese mismo momento, Alonso, atacando en la horquilla Leclerc, tenía una ligera salida de pista.

Vettel se había escapado a los cuatro segundos de Bottas en la vuelta 17, y así seguía, manteniendo la distancia esta vez con el finlandés, que no podía –al contrario de lo que ocurrió en Silverstone– recortar la diferencia. La degradación empezaba a ser severa en muchos monoplazas, como Grosjean, y para evitar una segunda parada, algunos optaron por colocar el neumático mendio: en la vuelta 21 Sainz y Magnussen, en la 22 Grosjean con Leclerc optando por el blando.

En la vuelta 26, Vettel, con una distancia cercana a los cinco segundos, entró a boxes, colocó el neumático blando y salió cuarto delante de un Hamilton que se resistía a detenerse. Bottas intentó poner en jaque a Vettel, pero tras su parada en la vuelta 29 –blandos también– retomó la carrera en quinta posición. El que no arrancaría más sería Ricciardo, parado en la recta tras la curva 10 con el motor nuevo apagado, abandonando después de penalizar para tener mejores opciones en Hungría, que se diluían, y creando una situación propicia para un coche de seguridad virtual que no apareció. A Verstappen lo llamaban a boxes y pudo haber sido inteligente de neutralizarse la carrera, pero no ocurrió.

Así que Räikkönen era líder, con Vettel a una distancia que mediaba el segundo, a veces algo más, a veces algo menos, pero incapaz de adelantar a su compañero de equipo. Es cierto que Hamilton no era una amenaza por velocidad dado el estado de sus gomas, pero precisamente los neumáticos de Vettel empezaban a calentarse en exceso rodando tras su compañero. Un par de pasadas de frenada en la horquilla por parte del alemán tampoco ayudaron. Hasta que en la vuelta 39, Kimi dejó pasara a Sebastian. Carrera estable, Hamilton por detenerse aún, y un liderato sólido. Todo parecía encaminado para la victoria del alemán, más cuando en la vuelta 43 Hamilton se detuvo definitivamente y colocó el ultrablando, con el que intentaría lanzar un ataque que sería difícil que le llevase hasta Vettel, pero quizás sí a la segunda posición si pasaba a Bottas y Räikkönen paraba de nuevo.

Sin embargo, entró en juego otro elemento. Vuelta 44. En la horquilla cae un aguacero que empieza extenderse por el resto del circuito. Algunos oportunistas se detienen en boxes en busca del movimiento de gloria: Leclerc, Alonso –ambos intermedios– o Gasly –neumáticos de lluvia– y poco después, en la vuelta 47, Verstappen con intermedios para dar la sorpresa. Los líderes se mantenían con los lisos mientras la pista fluctuó por un momento hacia secarse, lo que llevó a Verstappen a parar en la vuelta 49 para poner el neumático ultrablando de nuevo. Pero entonces, la lluvia arreció de nuevo.

Los trompos se sucedían, como Leclerc, y el funambulismo de rodar en condiciones tan delicadas se hizo cada vez más complicado. Bottas atacaba a Räikkönen en la vuelta 51 y se colocaba tercero, justo cuando Pérez trompeaba delante de ambos. Parar o no parar, posición en pista o mejores neumáticos con los que ser algo más rápido. Decisiones. Momentos. Vuelta 52, camino de la horquilla del Motodrom, curva 12, Sachs. Un ligero exceso de velocidad en la entrada, un latigazo que se controla pero que envía a la escapatoria de grava. Un monoplaza rojo. Un líder en apuros. Vettel, que impacta contra el muro y se ve atrapado. Fin del juego. Error determinante. Y coche de seguridad en pista.

Algo de caos con Hamilton entre entrar o no entrar a cambiar ruedas, cruzando varias veces la línea del carril de boxes y pasando por la hierba para seguir en pista, lo que posteriormente merecía una investigación que quedó en sólo una reprimenda. Caos en toda la parrilla para aprovechar el momento. Räikkönen finalmente entró en la vuelta 54, después de hacerlo Bottas. Hamilton era líder de carrera a falta de 13 vueltas para acabar. En la vuelta 58 se relanzó la prueba, pero ya no hubo más historia que, con la pista secándose, Hamilton se escapase –pese a algún intento inicial de Bottas–, y todo quedase estable en las primeras posiciones.

Hamilton, el hombre desolado del sábado, cruzaba la línea de meta y lograba su victoria número 66 de forma brillante e inesperada. Inteligente y calmada. Jubilosa en el carril de boxes. Lo que era una tragedia se transformaba en una maravillosa redención y 17 puntos de ventaja sobre Vettel, lo que suponía que el abandono en Austria y la remontada en Silverstone quedaban redimidos para, yéndonos al final del Gran Premio de Francia, aumentar la ventaja en tres puntos. En un día en el que debería haber perdido puntos, resurgió de sus cenizas como un ave fénix. Pero Vettel cometió un error, uno más grave todavía que los de Azerbayán y Francia, porque aquí sumaba un cero rotundo agravado por la victoria de su rival. Un error posible pero evitable, en una pista delicada. En un momento de mucha presión, el líder del mundial hizo aguas, y la frustración de Hamilton el sábado pasó incrementada a su lado. No caben más errores con un coche a la altura y un poco mejor que el Mercedes. Hungría, pista tradicionalmente benévola con el Ferrari, tiene que ser victoria o victoria. No cabe otro resultado para él.

Completando lo inesperado, el doblete para Mercedes en casa lo hizo Bottas, con una carrera sobria y contenida, teniendo que soportar una mala última parada que cedió el liderato a Hamilton. Otra victoria que se escapaba tras haber atacado con valentía a Räikkönen en condiciones muy difíciles. Falla poco, aunque podría traer algo más, el finlandés, y eso le ayuda a Mercedes a recuperar el liderato en el mundial de constructores por ocho puntos.

Tercero fue Räikkönen, con un fin de semana sólo empañado por sus errores en clasificación y una estrategia demasiado arriesgada que la lluvia pudo haber convertido en óptima. Pero la necesidad de una nueva parada y la incertidumbre jugaron en su contra, además de un Ferrari que en agua se comportaba menos dócil que el Mercedes. Un tercer puesto que también debió ser algo más.

En cuarta posición Verstappen, que ha recuperado la senda de la regularidad, lo que unido a los problemas en las últimas carreras para Ricciardo, le coloca ya a sólo un punto de su compañero de equipo, con todo lo negativo que se vislumbraba el panorama hace apenas cuatro carreras. Las cosas cambian, y su único fallo –junto a su equipo– fue pasar a neumáticos intermedios. Pudo salir bien, pero salió mal. Ninguna culpa en ello, en intentarlo, cuando cuentas con un coche que no era el ideal para esta pista.

Magnífico quinto lugar para Hülkenberg en casa, desde luego una actuación muy madura frente a la acusación en caliente de Alonso el viernes de 'amateur'. El alemán se benefició de todo lo que podía ayudarle, pero estuvo siempre en posiciones delanteras de puntos y este resultado le aúpa hasta la séptima posición del Campeonato. Ya se sabe, el mejor del resto, además de consolidar a Renault en la cuarta del Mundial. Lástima para Sainz, que adelantó bajo régimen de coche de seguridad, lo que supuso que, luchando por los puntos, al final acabase en 12ª posición. El punto final al fin de semana no fue el esperado tras su buena actuación el sábado.

En sexta posición, Grosjean, que hizo valer su experiencia en carreras abiertas y mantuvo la cabeza fría, algo que elogiar en el francés ante un año tan irregular, con un final de carrera espectacular. Fue el mejor Haas, con Magnussen justo en la posición que ya no daba puntos. Otro que sacó petróleo del agua fue Pérez, y eso pese a su trompo. Acabó séptimo, justo delante de Esteban Ocon, un muy buen resultado conjunto cuando el equipo atraviesa por una crisis económica que lo pone en peligro inminente.

Salvando la racha de Sauber, Ericsson en noveno lugar y otros dos puntos para el equipo que más está mejorando en la zona baja-media de la parrilla. El sueco tuvo una estrategia más convencional que la de Leclerc, que se vio hundido en la clasificación hasta ser 15º y último, pese a tener otro Gran Premio meritorio. Cerró la zona de puntos Hartley, un punto logrado entre pilotaje y sanciones, pero que es un bálsamo para el neozelandés, mientras que Gasly, que luchaba por los puntos con Sainz al final de carrera, acabó superado.

Alonso abandonó la carrera a falta de dos vueltas para el final, cuando no tenía nada por lo que luchar y optaron con visión estratégica por el abandono para poder estrenar en Hungría una nueva caja de cambios, que oficialmente fue la que cedió. Pero aunque fue el que puso al McLaren donde no le tocaba, especialmente en clasificación, ninguno de los dos coches de Woking dejaron nada destacable, menos en Vandoorne –aunque el belga acusaba problemas aerodinámicos serios durante todo el fin de semana y un problema de motor durante la carrera–. Pocas excusas, en todo caso, y sólo la queja de haber montado intermedios cuando no era lo óptimo para Alonso. Vandoorne le superó gracias a ello y acabó 13º. Los dos Williams abandonaron, Sirotkin por una fuga de aceite y Stroll por problemas de frenos.

Corría el año 2000 cuando Rubens Barrichello empezaba el Gran Premio de Alemania en 18ª posición. Una carrera que se puso de cara para Mika Häkkinen en su McLaren-Mercedes con Michael Schumacher fuera de carrera. Hasta que un empleado despedido por Mercedes y la lluvia final, acabaron por hacer a Rubens el vencedor. 18 años después, esa misma lluvia repentina que jugaba a arreciar y detenerse y hacía dudoso qué neumático usar, decidió devolver esa victoria a Mercedes, en un momento muy necesario para ellos. Los errores se pagan y si entonces Schumacher había encadenado un par de abandonos que lo colocaban en peligro ante Mika, ahora los errores de Vettel lo derrotan frente a Lewis. Sí, en el 2000 Ferrari pudo recomponer todo y lograr el título. Pero en esta F1 de la fiabilidad exacerbada, un cero es una losa. 17 puntos pueden ser un mundo. Y este abandono, algo que recordar a final de temporada.

Si quieres leer más artículos como éste visita nuestro Flipboard