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GP de Malasia F1 2017: Inalcanzable Verstappen, calculador Hamilton

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José Miguel Vinuesa
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02 Oct 2017 - 17:55

Corría el año 1999 cuando el circuito de Sepang hizo aparición en el calendario de la Fórmula 1. Ese día supuso el regreso de Michael Schumacher a los circuitos, tras su lesión por el accidente en el Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone de ese año, en una demostración de pilotaje desquiciando a Mika Häkkinen, que se jugaba el título con Eddie Irvine. Y aquel lío de despachos por el tamaño de los deflectores laterales del Ferrari F399, que casi cuesta la victoria a Irvine. Y ahora, tras todos estos años de hermosas carreras y momentos para recordar, Sepang, el que es posiblemente el mejor circuito moderno del calendario, dice adiós.

Y ese adiós llegaba en un momento del campeonato muy decisivo, con Lewis Hamilton como líder sólido, pero con Sebastian Vettel, que llegaba a uno de sus circuitos preferidos y con la imperiosa necesidad de ganar, o al menos recortar puntos al líder. El Ferrari se esperaba que respondiese bien en el trazado malayo, pero el Mercedes no debería estar lejos, si no por delante incluso.

Los primeros entrenamientos libres no dieron respuestas a las dudas, porque se disputaron bajo la típica lluvia de la zona. Max Verstappen sacó a relucir las bondades de su coche y de su pilotaje y logró el mejor tiempo, pero los Ferrari parecían bastante constantes en mojado, algo llamativo visto su rendimiento en la clasificación de Monza. Los Mercedes parecían más perdidos, pero al final se trataba de una sesión en la que no arriesgar nada, especialmente con una previsión climática seca para las distintas sesiones del fin de semana. Fue, eso sí, el momento de los pilotos probadores. Aparte del debut en Toro Rosso de Pierre Gasly para todo el Gran Premio en sustitución de Daniil Kvyat, pilotos como Sean Gelael otra vez en el coche de Carlos Sainz, Charles Leclerc en el VF-17 de Kevin Magnussen, Antonio Giovinazzi en el C36 de Marcus Ericsson y Sergey Sirotkin en el RS17 de Nico Hülkenberg, tuvieron su oportunidad de rodar en mojado. Algunos de ellos son el futuro inmediato de la categoría.

La segunda sesión fue más indicativa, y demostró una significativa falta de rendimiento de los Mercedes. Mientras Vettel dominaba a placer tanto a una vuelta como en ritmo de carrera, y marcaba un 1’31’’261 como referencia, que dejaba a Hamilton 1’416 segundos, en sexta posición, y a Valtteri Bottas a 1’459 segundos, justo detrás de su compañero. Ni siquiera Kimi Räikkönen podía estar cerca de su compañero de equipo, y se quedaba segundo, sí, pero a 0’604 segundos. Vettel y el Ferrari se erigían en una seria amenaza de dominación. Los MCL32 también tenían un muy buen comportamiento en un circuito que debería serles desfavorable: Fernando Alonso estaba quinto con muy buenas sensaciones.

Pero la sesión llegó a su punto final cuando Romain Grosjean tuvo un fuerte accidente en la complicada y rápida Curva 13. Esta vez no fue un error del piloto francés, sino algo más preocupante. Una rejilla de evacuación se había levantado al paso de los coches y Grosjean la alcanzó de pleno, le destrozó el neumático trasero derecho y la suspensión, y lo envió sin posibilidad de reacción contra las barreras de la curva. Por fortuna no hubo que lamentar más que mucha fibra de carbono desintegrada. Pero la bandera roja fue la consecuencia lógica, y el fin de la sesión quedó así sentenciado mientras los responsables técnicos de la FIA investigaban in situ la situación, que manchaba la reputación del circuito en su última carrera.

Así que el sábado los Mercedes debían mejorar su puesta a punto, porque los Red Bull se habían mostrado muy sólidos en viernes y no podían permitirse un segundo Singapur. Porque Sepang no era un circuito difícil para ellos. Pero la realidad es que no estaban en ningún sitio, pese a que mejoraron el rendimiento. Sin embargo, un quinto y sexto lugar no era lo que uno esperaba ver al acabar la sesión, a 0’659 segundos Hamilton –es cierto que en su intento de vuelta rápida se fue un poco largo en la última curva–, y a 0’699 segundos Bottas. Dominando la tabla de tiempos, Kimi Räikkönen, con su 1’31’’880, con Vettel a 0’162. Los Ferrari eran el equipo a batir, definitivamente. Y parecía que se les presentaba una posibilidad de enmendar el descalabro de Singapur, al tener justo detrás a los Red Bull, que se adaptaban de maravilla a la pista. 

Pero entonces llegó el golpe de efecto que definiría el resto del fin de semana. A pocos minutos de acabar la sesión, el coche de Sebastian Vettel renqueaba por la pista. La queja por la radio era que el turbo no funcionaba. El destino eran los boxes, para que el equipo hiciese comprobaciones. Y las noticias no fueron buenas: había que sustituir la unidad de potencia. El tiempo sería muy justo para la clasificación, pero llegarían a tiempo. Y encima no acarrearía penalización, lo que todavía podía dejar un margen de esperanza para el resto del fin de semana.

Pero al iniciar la primera sesión de clasificación, Sebastian Vettel tuvo que volver a boxes durante su primer intento de marcar un tiempo. El nerviosismo se apoderó de la Scuderia, que no encontraba la forma de resolver el problema. El tiempo pasaba, y aunque por un instante todo parecía listo para que el alemán saliese a pista, en el último momento se abortó la operación. Vettel se quedaba en el garaje, agradecía el duro trabajo realizado por sus mecánicos, y se iba al paddock. Se trataba de un golpe moral duro y de una situación de mucho riesgo para el Campeonato.

Mientras tanto, era Hamilton el que dominaba la sesión con neumáticos blandos, con un interesante tiempo de 1’31’605. O los demás guardaban su vuelta buena, o realmente el Mercedes, en manos del inglés, tenía algo que decir. Porque su compañero sí que estaba hundido, aunque tercero, a 0’649 segundos. Durante el fin de semana había estado cerca de su compañero, pero el finlandés estaba acusando muchos más problemas para poder poner al Mercedes en un lugar mejor al que el coche merecía, algo en lo que Hamilton sí que sobresale. Max Verstappen estaba en un segundo lugar interesante, a 0’315 segundos con neumático blando, y cerrando el cuarteto de cabeza, también con el blando, un Räikkönen que era la única esperanza de Ferrari, a 0’654 segundos. Curioso el tiempo de Daniel Ricciardo con superblandos, a 0’811 segundos, en sexta posición, con Massa por delante. Los McLaren se desinflaron en la sesión, con Stoffel Vandoorne 13º y Alonso en el filo del corte, decimosexto a 1’444 segundos, aunque con un margen de tres décimas con el siguiente. Muy buena prestación de Gasly, que se colocaba octavo en su primera toma de contacto con una clasificación de F1.

La segunda sesión volvió a dar una lectura muy sorprendente. Ahora era Bottas el que dominaba la sesión, con un 1’30’’803, ya con superblandos, y logrado en su segundo intento, porque en el primero se había ido un poco largo en la horquilla del circuito. Pero el que apuntaba directo hacia una plausible primera posición definitiva era Kimi Räikkönen, segundo con un solo intento a 0’123 segundos. Claro, que Verstappen era tercero a 0’128 y Hamilton cuarto a 0’174 –él también hizo un segundo intento tras irse largo en la salida de la Curva 4–. Cualquiera de ellos podría optar a la pole position, incluyendo a Ricciardo, quinto aunque ya a 0’258. 

Los McLaren pasaron el corte, con Vandoorne noveno a 1’045 y Alonso otra vez en el filo del corte, décimo a 1’207. El piloto belga estaba dominando durante casi todo el fin de semana a su experimentado compañero, que no era capaz de sacar el mismo rendimiento a una vuelta, sin que después se diese una explicación concreta a ello. Cayeron los FW40, Jolyon Palmer y los dos Toro Rosso, con Gasly en última posición sin haber podido repetir su buena prestación de la primera sesión.

Y entonces, en una tercera sesión que parecía predestinada a Ferrari –y con Vettel en pista seguramente con mayor probabilidad–, emergió el que es el mejor clasificador de todos los tiempos. Lewis Hamilton hizo un primer intento absolutamente perfecto, fluido en las enlazadas, directo en las zonas de tracción, sin correcciones ni bloqueos. Su 1’30’’076 le colocaba primero, con Räikkönen segundo a 0’232 segundos, Ricciardo tercero ya a 0’519 segundos, Verstappen cuarto a 0’558 y Bottas quinto a unos abismales 0’869 segundos. El resto estaba en otra categoría, que encabezaba Pérez a 1’582 segundos, seguido de Ocon, Vandoorne y Alonso, mientras que Hülkenberg no salió a realizar su único intento todavía.

En la segunda oportunidad, la vuelta de Hamilton fue imposible de mejorar por él mismo, como tampoco mejoraron sus tiempos Ricciardo o Bottas, pero sí Verstappen que se colocó tercero con un 1’30’’541. La amenaza era Räikkönen, que venía en una vuelta tan buena como la de Hamilton, pero algo más rápido. Era poco tiempo, pero estaba sacando de la pole al inglés. Hasta que una ligera pasada de frenada en la contraperaltada última curva, le hizo marcar un 1’30’’121: se quedaba a 0’045 segundos del piloto inglés, que donde nadie podía esperarlo acaba de lograr su pole position número 70, en una demostración de velocidad a una vuelta espectacular. 

Esteban Ocon se rehízo y colocó al Force India sexto, mientras que Vandoorne lo hizo en séptimo lugar, pero lo que es más impresionante, logró aventajar en 0’976 segundos a Alonso, que estaba décimo. Sin duda la vuelta del asturiano no fue perfecta –de hecho, no la mejoró en su segundo intento, algo curioso–, porque esas distancias no se habían visto hasta ahora, pero el belga sí que mejoró su vuelta en el segundo intento, y tuvo todo el mérito de esa distancia con el español. La única vuelta de Hülkenberg le colocó octavo, justo por delante de Sergio Pérez, otro que no pudo mejorar su primer intento de vuelta rápida.

El domingo existía una posibilidad de lluvia, pero se adelantó a la mañana, así que a la hora de la salida el suelo estaba seco. En la parrilla, y debido a la sombra proyectada por la grada, la parte par estaba netamente más húmeda que la impar, lo que daba un poco más de ventaja a Hamilton para defenderse del obvio ataque del Ferrari de Räikkönen. Pero como si de azúcar en el agua se tratase, así se disolvió esa amenaza cuando en la vuelta hacia la parrilla de salida, el Ferrari del finlandés adoleció de un problema de entrega de potencia, algo similar al fallo de Vettel el día anterior. Los mecánicos se afanaron en buscar una solución en la posición de salida, pero la realidad fue cruel y hubo que admitirla: Kimi Räikkönen era llevado al box, del que no saldría jamás. La única esperanza de Ferrari de complicar las cosas a Hamilton también estaba fuera de juego. El equipo italiano acaba de echar por la borda una carrera que, vista en perspectiva, podría haber sido un doblete.

Pero de condicionales no se nutren los puntos en el campeonato, así que cuando se apagó el semáforo, Lewis Hamilton tomó el liderato con más comodidad de la esperada el viernes. Por detrás, Valtteri Bottas realizó la mejor salida de los pilotos de cabeza y se emparejó conVerstappen por el exterior de la primera curva, con el interior en la segunda. Pero el holandés no iba a ceder, y en la cuarta volvía a ser segundo. También salió muy bien Vandoorne y Pérez, mientas Vettel ganaba algunas posiciones iniciales con los neumáticos blandos.

Lo esperable hubiera sido que Hamilton abriese un hueco, pero Verstappen se empeñó en separarse, y al llegar la tercera vuelta estaba en zona de DRS. De hecho, en la siguiente vuelta superó al inglés en la primera curva. El británico no puso casi resistencia, pensaba quizás en la fogosidad de Verstappen y en cómo había acabado todo en Singapur con los Ferrari. Rara actitud de un correoso competidor como Lewis, pero a esas alturas Vettel era decimoprimero, atrapado detrás de Alonso. No tenía sentido arriesgarse a tener un problema serio. Su coche, además, tenía algún problema electrónico que le impedía dar toda la potencia en los primeros compases. Verstappen, sencillamente, vio a la presa y se lanzó a por ella.

Y no sólo eso, sino que se fue escapando paulatinamente. En la vuelta seis, 1’3 segundos, en la siguiente, 2’6. El Red Bull era superior al Mercedes, sin excusas que valiesen, y Verstappen estaba desplegando toda su habilidad, que no la ha perdido pese a los malos resultados globales del año. Mientras tanto, no sería hasta la vuelta 9 que Vettel pudo desembarazarse de Alonso, y a partir de ahí comenzar a remontar con más fluidez: era noveno en la siguiente vuelta al superar a Kevin Magnussen, y siguió con su mejor ritmo. El Ferrari era, en puridad, el mejor coche sobre la pista, pero estaba fuera de la zona en la que debería –otra vez los condicionales–.

En la vuelta 9 también Ricciardo se había quitado de delante a un Bottas que, tras su espectacular salida, no encontraba el ritmo. Fue una maniobra típica de Sepang: paralelos en las caracoleantes primeras curvas y rematada en la cuarta curva. Daniel se escapó sin que el Mercedes pudiera poner ni un sólo pero para defenderse. Los Williams protagonizaron un pequeño duelo en la vuelta 14, tras realizar Felipe Massa y Lance Stroll sus paradas en las dos vueltas precedentes. Camino de la primera curva, y tras pasar toda la vuelta anterior enfrentados, el canadiense se lanzó a por el brasileño en la primera curva, mientras Vandoorne salía de boxes. El resultado fue que los dos Williams perdieron la posición –sí, Stroll por delante– ante el McLaren, que recibió ese regalo con gratitud.

Al llegar la vuelta 19, con la carrera más estabilizada, la distancia entre Max Verstappen y Lewis Hamilton llegaba a los 9 segundos. Abismal. Salvo problema en el Red Bull, algo que no era descartable, Hamilton no podría ganar esta carrera. Por rendimiento. Sin más. De hecho, Vettel, tras adelantar a Pérez en la vuelta 21, empezó a acercarse al cuarto clasificado, que no era otro que Bottas, que vagaba por la pista en busca del rendimiento perdido que nunca iba a llegar. Por detrás, Ocon y Sainz tenían un encontronazo en la primera curva de la vuelta 25 que dejaba al francés trompeado, tras tocarse ambos monoplazas. No hubo investigación alguna, pese a las quejas de piloto de Force India.

Finalmente, en la vuelta 27, Hamilton pasó por los boxes, y Verstappen le replicó en la siguiente. La distancia se redujo sensiblemente, pero no iba a producirse un acercamiento de Hamilton, sino un nuevo alejamiento del holandés. Justo en la misma vuelta que entró en boxes el líder de la carrera, Vettel hacía lo propio tras haber instigado a Bottas algunas vueltas. Colocaba el superblando, y la respuesta de Mercedes en la vuelta siguiente no evitó que Bottas se quedase quinto, con Vettel cuarto y con un ritmo que le permitiría llegar a Ricciardo. De hecho, comenzó a enlazar vuelta rápida tras vuelta rápida, en busca del podio.

Sainz abandonaba en la vuelta 30 por problemas en el motor, mientras dos vueltas después, la lucha que estaban protagonizando Magnussen y Alonso acabó con el español pasando al danés en la segunda curva, previa colisión entre ambos. Estábamos siempre en la clásica jugada malaya: primera curva por el exterior, segunda por el interior, salvo que Magnussen no cedió con facilidad, lo que motivó un improperio hacia el piloto rival por parte del español, que le daba la razón en su opinión sobre el de Haas a Nico Hülkenberg. El momento cómico, porque no puede definirse de otra manera, vino poco después, en la vuelta 38 y 39. Palmer estaba trompeado en la curva 14. Volvió a la pista, y posiblemente en un estado de excitación y sobrepilotaje, tres curvas después, en la primera curva y ya en la vuelta 39, volvía a tener un trompo mientras era doblado por el líder de carrera y él intentaba recuperar su posición con Magnussen, al que tocó. Flaco favor le hizo todo eso en sus intentos de mantenerse en una F1 que parece cerrarle las puertas.

Vettel rompió el récord de vuelta de Sepang durante varios giros seguidos, en su acercamiento a una media de un segundo por vuelta a Ricciardo, al que llegó definitivamente en la vuelta 46. Dos vueltas después, ambos se encontraron con Alonso, que debía ser doblado. El español dejó pasar limpiamente al australiano en la primera curva, pero cerró de manera incomprensible al piloto alemán, cuando los contendientes por el podio rodaban a una distancia de menos de un segundo. El de McLaren no dejó espacio al de Ferrari hasta la curva cinco, y eso dio un respiro a Ricciardo, que estaba bajo una gran presión, además de provocar la queja de Vettel ante una maniobra poco clara. De hecho, desde ese momento, y salvo el intento en la vuelta 49, el alemán empezó a descolgarse de Ricciardo –o éste a escaparse–, aquejado por la caída de rendimiento de sus neumáticos y una temperatura algo elevada de su motor. Su posibilidad de podio se esfumaba, en la que había sido una gran remontada.

Por delante, Verstappen tenía la carrera en la mano, y no la dejó escapar. El día siguiente a su vigésimo cumpleaños, lograba la segunda de sus victorias, y que si hubiese sido la primera aún le colocaría como el más joven de la historia. Era el mejor regalo de cumpleaños para un piloto cuya calidad no ha decrecido ni un ápice, que ha realizado buenas carreras este año pero se ha visto aquejado de problemas de fiabilidad, y al que la fogosidad a veces ha jugado malas pasadas. Pero si alguien había olvidado lo bueno que es el escandalosamente joven holandés, Sepang se lo acababa de recordar

Detrás llegaba un satisfecho Hamilton. Era consciente de que, en las dos últimas carreras, el destino ha estado de su parte, además de que él ha puesto todo lo que está en su mano para revertirlo. Pero lo que debería haber sido una derrota en Singapur, y otra nueva derrota con varios pilotos de por medio en Malasia, se había convertido en una victoria y un segundo puesto. Unos lo llaman la suerte del campeón, pero los 34 puntos de ventaja sobre Vettel son un botín merecido, sin duda, pero demasiado grande si hablamos de rendimiento. Así que este segundo puesto tenía sabor de campeonato del mundo.

Vettel finalmente llegó cuarto, con Ricciardo en tercera posición. La carrera del de Ferrari fue impecable, a estrategia de neumáticos cambiada, y nos trajo a la memoria a aquél Vettel remontador de la época en Red Bull. Pero aun salvando los muebles, el botín es demasiado escaso. Ferrari tenía el mejor coche en las dos últimas carreras, y sin embargo no lo ha materializado. El sabor de derrota es fuerte, y las opciones de ganar el mundial de pilotos se alejan demasiado. Una cosa es cierta: si Vettel gana las cinco carreras que quedan, sería campeón del mundo por un punto con Lewis Hamilton segundo en todas. Pero es difícil pensar que eso vaya a ocurrir. Además, la fiabilidad se cierne como una amenaza sobre el equipo en el peor momento, y otro cambio de unidad de potencia supondrá penalización. Cierto, Hamilton aún no tiene un abandono, pero es que es posible que no lo tenga.

El momento absurdo del fin de semana tuvo precisamente al alemán de Ferrari como protagonista, cuando en la vuelta de honor, el Williams de Stroll se desplazó hacia el coche del alemán en la curva 5, y el impacto arrancó el alerón trasero, rompió la suspensión trasera izquierda y provocó que el Ferrari se quedase parado. La posibilidad de un daño severo en elementos mecánicos que deban ser sustituidos sólo suma más preocupación al equipo.

En zona de nadie, quinto, Bottas, absolutamente derrotado por todos los equipos y pilotos competitivos del día. Lejos de Hamilton, lejos de Vettel. Una muy pobre prestación del finlandés. El mejor del resto fue Pérez, con una carrera muy inteligente –no se metió en guerras inútiles con pilotos que iban a estar por delante igualmente–, y logró un muy buen sexto puesto, justo por delante de Vandoorne. El belga cuajó el mejor fin de semana que se le recuerda hasta la fecha en la F1, superó a Alonso con holgura, y fue el único en llevar al McLaren a la zona de los puntos con una gran carrera.

Los Williams puntuaron en octavo y noveno lugar. Funcionaron razonablemente bien en el exigente Sepang, pero siguen dejando grandes dudas respecto a su rendimiento, que difiere diametralmente de carrera a carrera. Ocon cerró la zona de puntos pese a una carrera complicada en la que cayó de la zona alta, pero supo mantener la cabeza fría y enmendar en parte la situación con un punto muy trabajado. Detrás de él, un opaco Alonso, impotente todo el fin de semana, sin mordiente, sin chispa. No recordamos a un Alonso así desde hace muchísimo tiempo.Gasly acabó su primera carrera en decimocuarta posición, todo un logro y más en el exigente circuito de Sepang. Si mantiene esta interesante forma en las carreras que dispute este año, su sitio el año que viene puede estar asegurado.

Y así se acabó la historia de Sepang en la F1, al menos de momento. No fue la mejor carrera vista en el trazado, es cierto, pero es el trazado en sí el que debería permanecer en el calendario. El dinero, los intereses comerciales y estratégicos, nos alejan de una pista con preciosas enlazadas, con curvas de frenada en apoyo, de largas rectas. Una vuelta fluída que hacía destacar a los buenos pilotos. Adiós a las tormentas repentinas que hacían cambiar todo en un segundo. Sobre la flor de hibiscus que inspira la techumbre de la grada principal se pone el sol. Sepang no sobraba. Lo vamos a echar de menos.

1 comentarios
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Mend
02 Oct 2017 - 20:22
Los Redbull superiores eso si pero a los Mercedes , Hamilton calculo todo para que no hubiera problemas de ningún tipo y asegurar el máximo posible de puntos para casa , siempre sera mejor 18 que un 0 .
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