Mente fría de Verstappen en la lluvia de Alemania, Sainz 5º

Lewis Hamilton ha controlado la carrera con mano de hierro, pero todo ha cambiado al filo del ecuador. Varios pilotos han cambiado a blandos y el británico les ha seguido para protegerse, pero la pista estaba delicada y ha protagonizado una salida de pista. Ha dañado el morro y perdido casi un minuto en boxes. Charles Leclerc y Valtteri Bottas han abandonado víctimas del aquaplaning.

Una resalida a falta de 19 vueltas lo ha cambiado todo. Daniil Kvyat iba noveno, pero ha sido de los primeros en poner neumáticos de seco y eso le ha permitido inmiscuirse en la pelea por liderar la zona media. Se ha puesto segundo tras adelantar a Lance Stroll, que estaba en su misma estrategia, y finalmente ha subido al podio como el tercer clasificado tras ser superado por el Ferrari de Vettel en la penúltima vuelta.

Carlos Sainz se ha recuperado de una salida de pista y ha terminado quinto en otra actuación de mérito. El español ha peleado por el podio, pero tenía neumáticos usados en la última parte de la prueba y no ha podido atacar a Kvyat y Stroll.

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Lewis Hamilton salía desde la Pole Position en el GP de Alemania. Una Pole inesperada, porque el sábado la gran favorita era una Ferrari que se había borrado de la ecuación con una doble avería en la sesión de clasificación. Primero cayó Sebastian Vettel, que no marcó ningún tiempo en la Q1 por un problema del intercooler de su turbo. Luego fue el turno de Charles Leclerc, que vio toda la Q3 desde el box por un fallo en el sistema de combustible de su SF90.

La debacle de Ferrari era más dolorosa de lo normal porque, para sorpresa general, la Scuderia se había perfilado como la fuerza dominante del fin de semana. Sus coches habían copado la tabla de tiempos en todos los entrenamientos libres, también en unos Libres 3 en los que habían sido medio segundo más rápidos que los Mercedes en su simulación de clasificación. Con la doble eliminación echaban por la borda otro Gran Premio, como había ocurrido con la avería de Leclerc en Baréin, con la sanción de Vettel en Canadá o con la remontada de Verstappen en Austria.

Hamilton compartía la primera fila de la parrilla con Max Verstappen. Por detrás tenía a su compañero Valtteri Bottas y a Pierre Gasly. Los Mercedes habían clasificado con el neumático medio; los Red Bull, con el medio. Verstappen quiso hacer la Q2 con el compuesto amarillo, pero abortó su primer intento por un fallo del turbo. Lo solucionaron en boxes, pero recurrieron a la goma roja porque apenas quedaba tiempo y la prioridad era asegurar el pase a la Q3. En condiciones normales, el holandés estaría en desventaja para la carrera.

Pero todos los cálculos y estrategias quedaron en papel mojado el domingo, cuando la lluvia anunciada por las previsiones meteorológicas descargó con fuerza sobre el circuito de Hockenheim. Apareció sobre las 12:00 CEST. En su momento de más intensidad, obligó a cancelar la carrera de la Porsche Supercup. Luego aminó un poco, pero aun así la Drivers' Parade se hizo paraguas en mano. Existía un riesgo de entre el 60% y el 80% para la carrera, en principio más como chubascos intermitentes que como un diluvio constante.

Una carrera en mojado beneficiaría sobre todo a Charles Leclerc y Sebastian Vettel, que estaban obligados a remontar desde el décimo y el vigésimo puesto respectivamente. Se especuló con que el alemán aprovechase para cambiar reglajes y salir desde boxes, pero finalmente no lo hizo. La lluvia también ayudaría a Max Verstappen, que estaba en inferioridad estratégica con los Mercedes porque él clasificó con blandos, lo que significaba que tendría que parar antes y llegaría al final de la carrera con gomas más gastadas.

El GP de Alemania no sólo marcaba el retorno de Sebastian Vettel al escenario donde en 2018 perdió la victoria y el liderato del Mundial –con su famoso accidente–, sino también la ocasión escogida por Mercedes para celebrar su 125º aniversario de dedicación al automovilismo. El tren delantero del W10 lucía una pintura blanca rascada a la altura del cockpit para evocar la leyenda fundacional de las flechas de plata, que nacieron en 1934 cuando los mecánicos rasparon la pintura –y dejaron expuesto el color plateado de la carrocería– porque el coche no llegaba al peso mínimo.

Antes de la sesión de clasificación y de la Drivers' Parade, Mick Schumacher hizo una exhibición con el Ferrari F2004 con el que su padre consiguió la victoria en el GP de Alemania del año 2004 y su último título mundial en la Fórmula 1. Dos años antes también había rodado con el Benetton B194, aunque en aquella ocasión en los prolegómenos del GP de Bélgica.

El primero motor Ferrari de la parrilla era el del Alfa Romeo de Kimi Räikkönen, que partía quinto como el líder de la zona media. El finlandés compartía la tercera fila con el Haas de Romain Grosjean. Carlos Sainz atacaría desde el séptimo puesto tras cuajar una buena clasificación, deseoso de aprovechar el ritmo de carrera del MCL34 y motivado tras encadenar dos sextos puestos en Austria y Gran Bretaña.

Dirección de Carrera impuso dos penalizaciones por sustituir elementos de la unidad de potencia. Lando Norris fue condenado a salir desde el fondo de la parrilla por recurrir al tercer MGU-K, tercera batería y tercera centralita. Sebastian Vettel recibió diez puestos al montar la tercera centralita –aprovechando que ya salía desde atrás–. Como el Ferrari no había hecho ningún tiempo en la Q1, el alemán salió igualmente vigésimo.

Los pilotos aprovecharon la vuelta de salida del Pit-Lane a la recta de meta para reconocer la pista y evaluar cuál era el compuesto más adecuado. Charles Leclerc se aventuró con el intermedio, pero inmediatamente reportó que había demasiada agua acumulada.

Dirección de Carrera decretó que la carrera empezara detrás del coche de seguridad, porque la pista estaba impracticable. Aplicó así el escenario previsto en el cambio reglamentario de 2017, que preveía que un Gran Premio que comenzase en estas circunstancias pudiera tener una salida en parado cuando el Safety-Car se retirase si el director de carrera lo estimaba posible. Como se dio esta circunstancia, toda la parrilla tuvo que recurrir por reglamento a la goma de lluvia extrema para la primera tanda.

Los coches dieron tres vueltas de formación del Safety-Car, tres vueltas que descontaron del total para convertir el GP de Alemania en una prueba a 64 giros –en vez de los 67 originales–. Dirección de Carrera determinó que hubiera una salida en parado con semáforo.

Salida. Lewis Hamilton cumplió y defendió con éxito la Pole Position. Max Verstappen se quedó clavado y cayó hasta el cuarto puesto. Valtteri Bottas lo aprovechó para birlarle el segundo puesto, aunque se fue ligeramente largo en la primera curva. Kimi Räikkönen también aprovechó el desliz del holandés para auparse a la tercera posición, rodando así en posición de podio con un Alfa Romeo.

Carlos Sainz se puso quinto en la arrancada, pero perdió tres posiciones tras quedarse relegado a la línea exterior al llegar a la horquilla. Pierre Gasly lo superó en la curva 10, de modo que el español terminó la primera vuelta como el noveno clasificado. Mientras tanto, Charles Leclerc ya era sexto y Sebastian Vettel decimoquinto.

En la segunda vuelta, Kimi Räikkönen se fue largo en la horquilla. Max Verstappen aprovechó el error del finlandés para birlarle el tercer puesto. Sebastian Vettel ya era duodécimo.

Sergio Pérez provocó un coche de seguridad en la tercera vuelta. Perdió el control de su Racing Point en la salida de la curva 10. Sebastian Vettel reaccionó de inmediato: entró en boxes para para poner intermedios. Todos los líderes le imitaron un giro después: Hamilton, Bottas, Verstappen, Räikkönen… También Sainz. Investigaron a Leclerc por 'unsafe release' con Grosjean, pero los comisarios lo saldaron con una multa económica a Ferrari.

Sólo cinco coches no entraron al Pit-Lane, confiando en que aumentase la intensidad de la lluvia. Después de la parada, Hamilton lideraba por delante de Magnussen –lluvia extrema– y de Bottas. Leclerc era cuarto virtual. Vettel era décimo.

El coche de seguridad se retiró en la curva 5. Hamilton controló bien la resalida. Bottas superó a Magnussen en la curva 2 y Verstappen lo hizo en la horquilla, lo que confirmaba la idoneidad del compuesto intermedio. Vettel conservaba el décimo puesto y Pierre Gasly se hundía hasta el decimoctavo.

Los pilotos con full-wet se hundían en la clasificación, y así Sebastian Vettel pasaba primero a Lando Norris y después a Lance Stroll para ponerse octavo. Carlos Sainz se enganchaba a la estela del Ferrari y se ponía noveno. Norris sucumbió y entró para cambiar a intermedios.

En la vuelta 8, Kimi Räikkönen dio cuenta de Kevin Magnussen –full-wet– en la curva 2. Sebastian Vettel dejó atrás el Haas en la frenada de la horquilla para ponerse séptimo. Magnussen sucumbió y entró en boxes, lo que ayudó a que Sainz subiera a la octava posición.

Ajeno a lo que ocurría en sus retrovisores, Lewis Hamilton encadenaba vueltas rápidas para abrir un hueco de 3,2 segundos sobre Valtteri Bottas al llegar a la vuelta 10. Max Verstappen completaba el podio a 4,9 guarismos de la cabeza de carrera. El siguiente en discordia era Leclerc, que estaba a 11,4. El monegasco estuvo a punto de perder el coche en la penúltima curva, pero lo salvó con un contravolante prolongado.

La pista se secaba rápidamente con el paso de los monoplazas, pero los ingenieros aguantaban los intermedios. El radar advertía la presencia de chubascos en los aledaños del circuito. McLaren calculaba que podrían afectar la carrera durante los siguientes 15 minutos.

En la vuelta 15, el motor de Daniel Ricciardo dijo basta tras un problema originado en los escapes. El propulsor del australiano emanó la famosa fumata blanca en la contrarrecta. Siguió hasta la escapatoria de la curva 8, donde aparcó para dejar el RS19 en manos de los comisarios. Dirección de Carrera decretó un coche de seguridad virtual.

Charles Leclerc fue el único de los líderes que aprovechó la neutralización para hacer una parada en boxes. El monegasco puso un segundo juego de intermedios y conservó la cuarta posición. También entró Nico Hülkenberg, que en aquel momento comandaba la zona media. Su parada hizo que el liderato pasase a manos de Kimi Räikkönen.

La bandera verde ondeó en la vuela 16. En la 17, Dirección de Carrera permitió el uso del DRS. Max Verstappen estuvo a punto de pasar a Valtteri Bottas en la horquilla, pero su Red Bull le dio un latigazo en el momento de entrar en la curva. Lewis Hamilton aguantaba el primer puesto con 6,3 segundos sobre Bottas y 7,8 sobre Verstappen.

Leclerc y Hülkenberg iban desatados con sus gomas nuevas. El monegasco rodaba tres segundos más rápido que los líderes para reengancharse a la fiesta, mientras que el alemán rebasaba limpiamente a Räikkönen para recuperar el quinto puesto y la cabeza de la clase media.

En la vuelta 18, Carlos Sainz trompeó en la penúltima curva. Tuvo aquaplaning al encarar el vértice. Se abrió para aprovechar el asfalto exterior, pero ahí había mucha agua acumulada y el MCL34 dio un giro de 360º. El madrileño salvó el contacto con el muro, pero cayó del octavo al decimocuarto puesto.

Hamilton lideraba la carrera con 5,8 segundos sobre Bottas y 7,0 sobre Verstappen al llegar al giro 20. Leclerc había perdido la inercia de las gomas frescas, pero buscaba el podio a 11,8 guarismos de la cabeza de carrera. Sebastian Vettel era séptimo.

En la vuelta 22, el equipo Mercedes reportó lluvia en el Pit-Lane. Poco parecía importarle esa circunstancia a Kevin Magnussen, que se la jugó y le puso neumáticos de seco –blandos–. La estrategia podía tener sentido, porque la pista no estaba empapada y el segundo sector estaba casi seco.

Ferrari también lanzó una moneda al aire. Sebastian Vettel entró en la 24 para poner blandos, en un intento por reengancharse a la carrera. Iba séptimo y se reincorporó undécimo.

En la vuelta 26, los líderes hicieron suya la locura. Red Bull llamó a Max Verstappen para adelantarse a Mercedes y pelear por la victoria absoluta. El holandés puso medios, pero hizo un trompo de 360º en el tercer sector. Valtteri Bottas entró en el siguiente giro para protegerse y se reincorporó por delante del holandés.

En la vuelta 28, Dirección de Carrera decretó un coche de seguridad virtual porque Lando Norris había aparcado su McLaren en la puzolana de la curva 10. El británico reportaba un problema en su unidad de potencia.

Charles Leclerc aprovechó la neutralización para poner blandos y pelear por el podio y la victoria. Y podría haberlo hecho, de no ser porque se estrelló un giro después en la penúltima curva. Lo hizo justo después de que Lewis Hamilton entrase para montar blandos, conservando el liderato de la carrera.

El accidente de Leclerc provocó un nuevo periodo de coche de seguridad. Justo antes, Carlos Sainz había entrado para jugársela con los intermedios en un esfuerzo por meterse en la zona media. Era el tercero de esa pelea después de toda esa confusión. Le salió bien, porque comenzó a llover con más fuerza.

Y entonces ocurrió. Como Vettel en 2018, Hamilton se estrelló cuando iba primero. Perdió el control en la penúltima curva y dañó el alerón delantero en la vuelta 30. Llegó a boxes, pero el equipo no tenía preparados los neumáticos ni el alerón delantero. Perdió 50 segundos y regresó quinto. También recibió cinco segundos de sanción por una entrada irregular al Pit-Lane.

Valtteri Bottas era el líder detrás del coche de seguridad, pero todavía estaba con gomas de seco. Entró para poner intermedios y se reincorporó tercero.

Así las cosas, Verstappen tomaba el timón. Le seguían Hülkenberg y Bottas en posiciones de podio. Albon cuarto, Hamilton quinto. Sainz era sexto con el McLaren a pesar de su desliz anterior.

El coche de seguridad se retiró en la vuelta 33. Max Verstappen controló la resalida sin dificultades e inmediatamente abrió un hueco con sus perseguidores. Nico Hülkenberg resistía en segunda posición, con Bottas a poco más de un segundo. Sainz seguía sexto.

En la vuelta 36, mientras Bottas se pagaba a Hülkenberg en busca de una oportunidad, Hamilton daba cuenta de Albon para ser cuarto. El tailandés sería el siguiente objetivo de Sainz, que en aquel instante estaba a poco más de dos segundos del Toro Rosso.

En la 37, Valtteri recurrió al DRS para dejar atrás a Nico con una apurada de frenada por el interior de la horquilla. Lewis siguió la misma estrategia para superar al Renault en el siguiente giro.

Los Mercedes ya estaban segundo y tercero, pero el siguiente objetivo estaba muy lejos. Verstappen había aprovechado que el RS19 hacía tapón y ya había abierto un colchón de nueve segundos.

La espléndida carrera de Hülkenberg terminó contra el muro en la vuelta 41. Como Sainz, como Leclerc, como Räikkönen un giro antes, el alemán tuvo aquaplaning en la penúltima curva. No pudo evitar el muro. Su abandono elevó a Carlos Sainz al quinto puesto.

Dirección de Carrera decretó un nuevo coche de seguridad. El único líder que entró fue Max Verstappen, que tenía margen para una parada gratis. La pista estaba cada vez más seca, pero el holandés puso otro juego de intermedios para igualarse con sus perseguidores y estar preparado en caso de más lluvia. Sebastian Vettel también lo hizo. Lance Stroll se la jugó con blandos, él decimoquinto.

La bandera verde ondeó en la vuelta 45. Max Verstappen controlo el tempo a la perfección y defendió el primer puesto. Valtteri Bottas era segundo. Alexander Albon atacó a Lewis Hamilton en las cercanías de la horquilla. Negociaron la curva juntos y Carlos Sainz lo aprovechó para superar al Toro Rosso, con lo que asumía el cuarto puesto y el liderato de la clase media.

En el siguiente paso por meta hubo paradas en masa. Verstappen y Bottas pusieron blandos. También Sainz. Hamilton lo hizo en el siguiente giro, pero cayó hasta el duodécimo puesto tras cumplir su penalización de cinco segundos.

Max Verstappen lideraba el Gran Premio seguido de Lance Stroll y Daniil Kvyat, que sacaban petróleo de haber entrado antes que nadie. Valtteri Bottas era cuarto y Carlos Sainz quinto. No se esperaba más lluvia, por lo que era una carrera al sprint.

La presencia del Racing Point y el Toro Rosso era toda una bendición para Verstappen, que podía exprimir su ritmo y abrir hueco con la amenaza que representaba el Mercedes de Bottas.

En la vuelta 49, Alexander Albon adelantó con su Toro Rosso al Red Bull de Pierre Gasly. Toda una declaración de intenciones tras la mediocre temporada del francés, muy cuestionado, que era octavo mientras su compañero buscaba la victoria.

En la vuelta 51, Daniil Kvyat le birló el segundo puesto a Lance Stroll en la frenada de la horquilla. El canadiense negoció mal la curva dos y lo pagó con menos velocidad en la contrarrecta, imposible para defenderse del DRS del ruso. Mientras tanto, Vettel pasaba a Magnussen y Gasly de una tacada para ser séptimo.

Lewis Hamilton protagonizó un trompo de 360 grados en la primera curva. Evitó el contacto con las barreras, pero perdió un puesto. En el siguiente giro entró en boxes para cambiar neumáticos, muy dañados tras su visita a la puzolana.

En la vuelta 57, Dirección de Carrera decretó un nuevo coche de seguridad. Esta vez el causante era Valtteri Bottas, que se había ido contra el muro en la primera curva víctima del aquaplaning. Su abandono elevaba a Carlos Sainz al cuarto puesto, a las puertas del podio. El español ya tenía en su retrovisor a Sebastian Vettel, que era una amenaza con su Ferrari.

La bandera verde ondeó en la vuelta 60. Por delante, una carrera al sprint de tan sólo cuatro giros. Max Verstappen se aferró al liderato e inmediatamente abrió hueco con Daniil Kvyat, que aguantaba segundo. Lance Stroll seguía tercero. Carlos Sainz lo intentó, pero perdió el cuarto puesto con Sebastian Vettel.

Verstappen pintaba de púrpura el circuito, ajeno al mundo y cada vez más cerca de su triunfo. En la 62, Vettel tiró de DRS para rebasar a Stroll y meterse en el podio. Pierre Gasly culminó su gris actuación con un abandono tras romper el alerón delantero en un toque con un Toro Rosso.

En la penúltima vuelta, la 63, Sebastian Vettel dejó atrás a Daniil Kvyat para ponerse segundo. El alemán completaba así una actuación memorable desde la última posición de la parrilla y hacía las paces con el circuito de Hockenheim.

Max Verstappen cruzó la línea de meta para anotarse el triunfo en el caótico GP de Alemania. Sebastian Vettel terminó segundo para certificar una remontada antológica desde la última posición de la parrilla, un resultado que le servía para hacer las paces con Hockenheim y para quitarse la espina de la mala clasificación del sábado.

Daniil Kvyat, tercero, estrenó paternidad con el segundo podio en la historia de Toro Rosso. Casualidades del deporte, los tres integrantes del mismo tuvieron su origen en el programa de jóvenes pilotos de Red Bull. El primer podio del ruso era China 2016, la carrera donde adquirió el apodo de 'torpedo'.

Carlos Sainz fue quinto. En cualquier otra circunstancia hubiera sido un resultado magnífico, pero el español sabía que el podio era posible. Con adelantar antes su parada para calzar neumáticos de seco, lo hubiera conseguido. Aun así, una nueva actuación de mérito y una gran recuperación desde su temprana salida de pista, de la que se recompuso con creces.

Ninguno de los dos coches de Mercedes terminó en la zona de puntos, pero Lewis Hamilton terminó finalmente undécimo porque los dos Alfa Romeo recibieron una sanción de 30 segundos. Robert Kubica, décimo, sumó así su primer punto de la temporada.

Sin tiempo para descansar, la Fórmula 1 ponía rumbo a Budapest para vivir la semana siguiente la que sería la última prueba antes del parón de verano: el GP de Hungría.