Dar sopas con Honda

Y eso es lo que hizo ayer Honda con todos los equipos de 'segunda división', incluido su exsocio McLaren. Si la doble bofetada de la clasificación a los de Woking resonó en los islotes del mar de Omán, que configuran el archipiélago bareiní, lo de la carrera fue todavía más sonado.

Pierre Gasly dio ayer a Honda y Toro Rosso una gran alegría, al llevar su coche al cuarto puesto absoluto de este Gran Premio de Bahréin, ante la estupefacción general.

Es cierto, un cuarto puesto con algo de ayuda…pero no de los rivales directos, a los que controló, sino por el abandono del Ferrari de Kimi Räikkönen y el desastre inicial de Red Bull, cuyos coches quedaron eliminados en el primer giro. Pero eso también fue clave para que los dos McLaren entraran, aunque doblados, en los puntos.

Un cuarto puesto que es el mejor de Honda desde que volvió a la competición en 2015, tras su apresurada marcha a finales de 2008. No es el mejor de Toro Rosso, que cuenta con aquella increíble victoria de Sebastian Vettel en Monza en 2008, que nadie se explica todavía, así como otros cinco cuartos puestos firmados por Vettel –China, 2007 y Brasil 2008–, Max Verstappen –Hungría y Estados Unidos, 2015– y Carlos Sainz –Singapur, 2017–.

Éric Bouiller se lo temía. Antes de comenzar la temporada dijo que si el motor Honda en el Toro Rosso iba mejor que el Renault que ellos habían seleccionado, descartando al japonés, se le iba "a poner cara de tonto". Quizás por ello esa reunión de crisis el sábado, tras la clasificación y unas declaraciones de los pilotos después que parecían pactadas para tirar pelotas fuera. "Ya sabíamos que íbamos a sufrir aquí. El coche que estamos preparando no tiene nada que ver con el actual. No encontramos el balance adecuado".

Este fin de semana Toro Rosso ha sido claramente el mejor coche de 'segunda división'.  No me ha sorprendido totalmente. Ya tras la prueba inaugural, se intuía que la mejora del motor Honda era importante. Los datos de velocidad punta y aceleración de Australia dejaban claro que, aerodinámica a un lado, el propulsor japonés había ganado bastantes 'tatanos' –así llamaba yo de chiquitín a los caballos–. 

Muchos rieron al saber que Honda debía cambiar el motor a Gasly y que los dos coches montaban nuevos turbo y nuevas MGU-H. Dos elementos que estaban modificados con respecto a los usados en Australia, a la luz de los datos contrastados en Melbourne. Está claro que ha sido mejor para la fiabilidad y también han otorgado un 'plus' de potencia, Y no debemos olvidar que, además, llevaban nuevo pack aerodinámico.

En cualquier caso, Gasly fue claramente el mejor de 'segunda división'.  Ni siquiera los 'ferrari-clones', los Haas, pudieron seguir su ritmo. E incluso Brendon Hartley hubiera quizás entrado en los puntos de no haber sido por los diez segundos de penalización que tuvo que cumplir en su primer pit-stop.

Es cierto, queda la duda de si la fiabilidad está ahí. Es posible que todavía no, al menos no por completo. Sólo disponen de tres juegos de motores y ya están en su segundo juego de los elementos críticos –MGU-H y turbo– cuando la temporada no ha hecho más que comenzar. Pero por lo menos el motor corre, da caballos. 

No estamos ante la power-unit 'nini', ni potencia ni fiabilidad, sino ante otra cosa. Y en las carreras hay un dicho clásico: 'un motor potente puede hacerse fiable; un motor fiable no siempre llega a potente'.

Lo sucedido, una preocupación para los de segunda división, especialmente McLaren, claro, pero un motivo de satisfacción y alivio para Red Bull, que este mes debe tomar la decisión del motor que usarán en 2019, Renault u Honda.

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