BMW Serie 5

La versión que hemos probado brevemente del BMW Serie 5 durante su presentación nacional ha sido la denominada 520d. Es decir, la que lleva el motor Diesel de 197 caballos con apoyo mild-hybrid para limitar el consumo y las emisiones en su variante de propulsión. La conclusión general que deja esta mecánica es bien clara: larga vida a este carburante especialmente si se trata de una berlina de gran tamaño.

La suavidad de reacciones es la nota predominante en todo momento con este motor independientemente del modo de conducción elegido, algo que también sucede con la caja de cambios automática de ocho velocidades que equipa. A falta de probar el vehículo con mayor profundidad –el recorrido completado, de apenas 40 kilómetros, obvió autopistas y carreteras secundarias exigentes–, también se puede decir que no se queda corto de caballos ni de par en ningún momento. Y todo ello con un consumo de carburante que se puede bajar con no mucho esmero de los 6 litros a los 100 kilómetros. Equilibrio es la palabra que mejor lo define.

Dinámicamente el Serie 5 es todo un BMW. A pesar de sus más de cinco metros de largo se trata de una berlina capaz de sentirse reactiva de dirección, ágil en el giro y con una estabilidad a prueba de bombas. El trabajo de la suspensión es brillante tanto para ofrecer un confort a la altura del coche que se conduce como un apoyo en curva sobresaliente.

La sensación que transmite el volante se ha notado diferente a otros modelos de la marca. Su respuesta es mucho más suave, al menos en el modo de conducción que viene seleccionado por defecto, algo que no va en contra de su precisión. Por su parte, el tacto del pedal del freno se nota electrificado, si bien su respuesta es de lo más cercana a la de un sistema hidráulico convencional que hemos probado, algo que se traduce en que la precisión de las deceleraciones es la que debe desde el primer contacto con el coche.

Nuestra breve toma de contacto con el nuevo BMW Serie 5 refuerza una realidad, que no es otra que el segmento de las berlinas premium de gran tamaño tiene mucha vida por delante, especialmente en una época en la que los SUV parecen acapararlo todo. Más allá de una esporádica utilización sobre terrenos diferentes al asfalto no existe un sólo punto en el que un vehículo elevado de los que tan de moda están suponga una ventaja respecto al Serie 5 y compañía a igualdad de tamaño. Y respecto a las unidades híbridas enchufables –que aún hay que probar– o las eléctricas, el 520d ofrece una muy interesante relación entre rendimiento y consumo de carburante, además de un precio más contenido.