El sueño de Brown: Alonso y un piloto con experiencia en McLaren

Las razones de ello son claras, meridianas, contundentes. Y las dice el propio Brown, aunque admite que el cóctel experiencia y juventud, como tiene ahora, es interesante: "Antes de arriesgarnos apostando por un piloto joven, debemos mejorar el coche".

Es la viejísima teoría de que existen dos tipos de pilotos: aquellos que aportan tres décimas al coche y los que son capaces de hacer que el coche mejore un segundo. Es decir, aquellos que son capaces de superar el límite natural del coche y aquellos son capaces de mejorar o llevar más allá el límite del coche.

Son dos conceptos antagónicos que sólo unos pocos, muy pocos pilotos, son capaces de compaginar, de ofrecer los dos: Fernando Alonso es una de esas excepciones. De ahí que McLaren haya hecho de su renovación un objetivo prioritario.

Pero también que estudie alternativas para el segundo asiento porque los movimientos de Ricciardo –a Renault– y Stroll –a Force India– provocarán muchos cambios en el mercado y quedarán pilotos jóvenes y a la vez con buena experiencia, en el mercado.

En automovilismo, como en muchos otros deportes, existe siempre la disyuntiva entre el joven emergente y el veterano con espolones. Sobre el primero se dice que necesita subir para crecer y lo contrario es estancarse. Sobre el segundo, que ya mostrado donde están sus límites y debe dejar paso a savia nueva…. Pero también lo contrario, 'la veteranía es un grado'.

Hoy, los grandes equipos no pueden permitirse errores. Es lo que pasa en Ferrari, que parece dar largas a incorporar a Leclerc y parece apostará por la continuidad de Kimi. En Mercedes, cuando continúa confiando en Bottas. O en la propia McLaren donde se plantea la sustitución de Vandoorne pero no por Lando Norris, sino por alguien más experimentado como Carlos Sainz, Kimi -si queda libre- o Sergio Pérez si se ve forzado a salir de Force India.

Las razones son claras. En aras de la reducción de costes no hay test. Los jóvenes se ven así obligados a aprender sobre la marcha con el bagaje del simulador. Por más horas que le echen al 'macroaparatejo' virtual, no es lo mismo. Las sensaciones en pista son otras, las circunstancias, otras… y los errores que en el simulador puede ser reídos como una gracia, en pista pasan factura.

Los propios pilotos jóvenes admiten las dificultades que tienen para adaptarse. El salto tecnológico entre F2 y F1 es brutal. Las posibilidades de cambios y reglajes se multiplican por 1000 y requiere kilómetros y tiempo adquirir automatismos.

Cada vez que veo esos coches rodando el viernes por la mañana 'camuflados por la parafina', comprendo más a Pedro Martínez de la Rosa, uno de los mejores probadores de la historia de la F1. "Es un error prohibir los test. ¡Nada sustituye a la pista! Es el veredicto clave".

Y lo dice el hombre que posiblemente ha hecho más kilómetros en test en las pistas y que también ha hecho más horas de simulador. No sólo eso sino que ha sido clave en el desarrollo del simulador de McLaren.

Cuando había test, los pilotos acumulaban kilómetros antes de debutar y ya los tenían claros. Es cierto, un buen piloto irá deprisa al segundo o tercer día, incluso tendrá buen ritmo… pero para llegar al límite se necesita más, rodar mucho más.

Y es que incluso en las sesiones libres los pilotos están más rato parados que rodando. Y no por problemas, sino para dar tiempo a los ingenieros a analizar los datos de telemetría en busca de la puesta a punto idónea.

Brown y Alonso tienen claro que los progresos no son inminentes, que antes hay que colocar al equipo en posición de darlos. Y Fernando se muestra conforme con los pasos que está dando Brown para reforzar el equipo con la llegada de gente como Gil de Ferran o la futura incorporación de James Key, movimientos que según el asturiano van en la dirección correcta.

En cualquier caso, Brown esperará la decisión de Fernando. Intentará hacerse con un piloto de experiencia –si es joven, mejor– en el mercado, aunque sea a costa de Vandoorne o Norris. Si el asturiano se queda, tendrán que esperar otra oportunidad. Si se va, por lo menos tendrá alguien que pueda reemplazarle, que no sustituirle.

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