¿Sabías que el Phedra fue el último Lancia con base PSA hasta la llegada del nuevo Ypsilon?

A día de hoy, Stellantis es uno de los mayores grupos automotrices del mundo que aúna en su seno lo que en su día fueron los grupos de PSA y Fiat. Sin embargo, ambos ya han colaborado en el pasado, como es en el caso de las furgonetas comerciales o en el caso que hoy nos ocupa.

El Lancia Phedra, el monovolumen vendido entre 2002 y 2010 es hasta el momento el último de la marca en comercializarse con una plataforma compartida con vehículos del grupo PSA, al menos, hasta la llegada al mercado de la última generación del Ypsilon que, recordemos, se monta sobre la plataforma de los Peugeot 208 u Opel Corsa, entre otros.

Todo se remonta a la creación de la factoría de Sevel Nord, en Valenciennes, Francia, fruto de la joint-venture formada al 50% por ambos conglomerados automotrices y destinada a la fabricación de vehículos comerciales ligeros desde 1993. De allí comenzaron a salir en 1994 las denominadas 'Eurovan' por la prensa especializada, monovolúmenes de pasajeros para las marcas Peugeot, Citroën, Fiat y Lancia que compartían la plataforma asimismo con los vehículos ligeros Peugeot Expert, Citroën Jumpy y Fiat Scudo.

Tras un éxito moderado en el Viejo Continente, en 2002 llegaban las segundas generaciones de estos monovolúmenes, Peugeot 807, Citroën C8, Fiat Ulysse y el Lancia Phedra que nos ocupa, para hacer frente tanto al grupo Volkswagen y Ford con su Sharan, Alhambra y Galaxy así como a la pionera Renault Espace, repartiendo en el camino los costes.

La gran novedad que sus creadores quisieron dar a estos modelos fue la diferenciación entre marcas, pues en la primera generación fueron considerados demasiado similares entre sí. Lancia adoptaba una nueva nomenclatura con sintagmas griegos, referenciando en este caso a una figura mitológica.

También se incrementó la longitud de los coches en alrededor de 300 milímetros, siendo el Phedra el que más crecía de todos ellos, con una largura total de 4.750 milímetros, aunque la distancia entre ejes permanecía invariable en 2.823 milímetros. Ello permitía acomodar con facilidad hasta a siete pasajeros, aparte de ofrecer la opción de eliminar los asientos, algo que actualmente solo se puede ver en algunos Skoda, por ejemplo. La puerta trasera corredera incrementaba la comodidad de acceso.

En lo que a motorizaciones se refiere, hubo una selección entre gasolina y Diesel, todos ellos de origen francés. Los más exitosos fueron estos últimos, con un 2.0 y otro 2.2 litros con un abanico de potencias entre 109 y 170 caballos. En gasolina estaba la opción de equipar un V6 de 3.0 litros y 204 caballos, que desapareció de la oferta en 2005. Originariamente, esta mecánica fue codesarrollada con Renault, curiosamente como sucesora del V6 PRV que motorizó a modelos tan icónicos como los Alpine clásicos e incluso el Delorean DMC-12.

En 2008 recibió un 'restyling' que, aparte de dejar únicamente la opción de menor potencia en los de gasolina, traía consigo un interior más refinado. Como apunte de interés, el Phedra era el único de los cuatro coches que ofrecía el navegador de serie en alguna de sus versiones, en el resto de 'Eurovans' era siempre de pago. No en vano, la intención de esta variante era la de ser la más premium de las cuatro.

Los últimos Phedra se producen en noviembre de 2010 tras más de 45.000 ejemplares producidos, convirtiéndose así en el modelo Eurovan más exitoso del conjunto. No tuvo sucesor directo, aunque Lancia adoptó al Voyager bajo su seno tras la salida de Chrysler del continente europeo, pero se trataba de un concepto de monovolumen muy diferente y mucha más grande, típico del continente americano.