#4 Cito partes del artículo:
>> Commodore 64, uno de los últimos gritos en ordenadores de cassette. Sí, amigos del siglo XXI, habéis leído bien: de cassette.
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>> Venía enfundado en un espectacular estuche de plástico con una ranura interna para el cassette, de color rojo y blanco cual piano del circuito de Monza.
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>> El juego era un prodigio en su tiempo. Su carga era rapidísima (¡tan sólo 10 minutos!), proceso que culminaba con la reproducción de la característica interficie garabateada de rayas animadas
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>> Los gráficos, en puro 2D, exhibían a un coche construido a base de píxeles.
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>> manchas de aceite, que aparecían como por arte de magia, y evitando la colisión con los carteles situados en las “escapatorias” de cada curva, cuyo radio y parecido con la realidad eran una pura coincidencia. El más mínimo roce con alguno de estos elementos provocaba una pixelada explosión de fuego del coche. Maravilloso.
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No sigo porque aburro.
¿A ti esto no te parece recochineo o poco respetuoso? Si no lo ves así no viviste la época o simplemente no sientes respeto por el trabajo realizado por los pioneros de los videojuegos.
Por desgracia, este tipo de enfoque para hablar de lo antiguo se da cada vez que se habla de informática: se trata de reirse un rato de aquello con lo que a muchos nos quitaba el sueño porque realmente lo disfrutábamos, lo cual denota poco respeto por los que vivimos en aquella época y sobre todo una ignorancia supina sobre el tema.
¿Alguien se imagina que en esta web, cuando se habla de hechos históricos de la F1, se hiciera ridiculizando las pobres prestaciones de los coches, su mínima tecnología o los monos de los pilotos?
¿Fue su primer (y único) grand chelem? Porque recuerdo que en Monza ese año ganó también y lo consiguió. Lo tengo la portada de la revista Grand Prix.