Deportivos deportados: tus sueños no se fabrican donde piensas

Mercedes SLR

Un caso bastante conocido, y en gran medida lógico, fue el del Mercedes SLR. La bestia de 626 caballos no era alemana, sino inglesa, puesto que se produjo en Woking, la sede del equipo Mclaren de Fórmula 1. Por entonces, los alemanes poseían el 40% del accionariado del equipo y confiaron a los británico la fabricación de este superdeportivo.

Aston Martin Rapide

Aston Martin decidió incorporarse al sector de las berlinas velocísimas, en la que ya estaba Porsche con su Panamera, al crear el Rapide. Como una marca británica por excelencia, podríamos pensar que se fabrica en Gaydon –Warwickshire– o quizás en la histórica de Newport Pagnell. Pero el Rapide se hace en Graz, Austria, en contrato con Magna-Steyr, que ya había hecho el Mercedes G-Class, el Mini Countryman o va a fabricar el BMW Serie 5 y el Jaguar I-Pace.

Spyker C8

Más exótica, y por tanto supuestamente más arraigada a sus tradiciones, es Spyker, la marca holandesa de deportivos que llegó a tener un equipo de F1, pero no surgen en mitad de un campo de tulipanes, sino en medio de la campiña inglesa, en Coventry, dado el acuerdo que tienen con CPP Metalcraft.

Acura NSX

Los japoneses son conocidos por su arraigo a las tradiciones y el respeto reverencial a su cultura y sus antepasados. Pero en el caso del Honda/Acura NSX, parece que les importa menos. Para el nuevo superdeportivo, Honda construyó una línea especial en Ohio. Sí, Estados Unidos. Así que el Acura es totalmente yanqui, lo opuesto a lo japonés.

Ford GT

Y si hablamos de Estados Unidos, uno de los grandes coches deportivos del país es el Ford GT 40. Románticamente, pensaríamos en Detroit, o actualmente en Michigan. Vemos casi a los obreros americanos saliendo de la fábrica satisfechos por haber producido otro ejemplar del deportivo americano. Pues no. Se fabrica en Canadá, incluido el motor.

Y hay otros ejemplos. Lamborghini fabricaba el Gallardo, y ahora el Huracan, con un chasis y motor de Audi. Maserati tuvo muchos años motores Ferrari. El Fiat 124 es un Mazda. Los Porsche Boxter y Cayman se hacían en Finlandia y el Pontiac GTO, otro clásico americano, se construye en Australia.

Y si esto pasa con coches así, imagina con los más asequibles. El Fiat 500 es la delicia italiana del diseño… fabricado en México y Polonia. Y el muy americano Jeep Renegade es finamente italiano. Así que olvida el romanticismo del lugar en el que nacen los coches de tus sueños. Seguramente su nombre dirá una cosa, pero han sido deportados de su país de origen.