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La semana que vivimos 'peligrosamente': como un juego de naipes

Sam
16/11/2017 08:15

Así se plantea la negociación de su contrato para prorrogar la continuidad en un equipo austriaco, un piloto procedente del continente austral, dado que durante el 2018 seguro será objeto de deseo de algunas escuderías, de cara a 2019.

Hablamos de Daniel Ricciardo, alguien que por el momento se deja querer a la vista que los primeros espadas de la parrilla, Lewis Hamilton, Sebastian Vettel o Max Verstappen, ya están atados para fechas en torno a la temporada 2020. Es por ello que el 'aussie' comentó recientemente: "Al terminar mi contrato el año que viene, tengo algunas cartas guardadas. No creo que tenga que meter prisa, pero si Horner y Marko expresan interés en mantenerme, será bueno escucharles". Como para la temporada 2019, tanto en Ferrari como en Mercedes pudieran existir vacantes, Ricciardo confesaba lo siguiente respecto a su postura: "Quiero hacerlo con respeto. Estaré abierto a discutir con ellos y no tendré secretos. Tengo poder para negociar aspectos económicos, pero lo primero que quiero ver son temas como el rendimiento. Soy lo suficientemente competitivo para buscar el coche más rápido en lugar del dinero". Ahora sólo queda saber de qué 'humor' se pone Helmut ante estas declaraciones.

Mucho se habló a comienzos de 2017, que los cambios en los monoplazas, catalogados meses antes por algunos de casi inconducibles, harían de esta temporada una mucho más igualada entre los equipos, cosa que durante una parte de la misma, sólo se pudo ver entre Ferrari y Mercedes. Luego, ante los problemas de fiabilidad de los de Maranello en varias citas clave, Hamilton se proclamó campeón de la F1 por cuarta vez, con dos carreras por disputarse. Pasadas las lógicas celebraciones, el británico dijo: "Creo que la calidad de pelear por el título contra otra escudería es mejor que hacerlo con tu compañero", dado que si hay un solo equipo que impone sus bólidos, la afición tiende a aburrirse. Finalmente Lewis espera en 2018 una pelea aún más amplia, en la que "Red Bull siga creciendo junto con Ferrari e incluso resurja McLaren". Veremos de producirse, que dice entonces el 'bueno' de Lewis.

Tras unas declaraciones, en las que Cyril Abiteboul culpaba de los problemas surgidos últimamente con los motores suministrados por Renault al equipo Toro Rosso por no gestionarlos adecuadamente, los de Faenza contraatacaron a los galos, señalando una escasez respecto a ciertas piezas de recambio en las citadas unidades de potencia. Tal fue el grado de enconamiento entre ambas partes, que el propio Helmut Marko desde Red Bull, trató de poner calma al declarar: “Durante los últimos diez años, hemos pasado por muchos acontecimientos con nuestro actual suministrador de motores", añadiendo que al ser el final de otra larga temporada, "las emociones son muy intensas y que nunca se ha cuestionado el trato justo e igualitario del motorista, ya que esto seguía siendo cierto a día de hoy". Menos mal que sólo resta una carrera más, tras la cual, todo esto pasará a ser otra historia de la F1 reciente y sus PU.

La incógnita a desvelar para el equipo que patronea Franz Tost, será qué les puede deparar la temporada 2018 al dar entrada a Honda como motorista. Y la verdad es que o cambian mucho las cosas en el fabricante japonés, respecto a la potencia de sus propulsores, o bien la escudería italiana echará mucho de menos a sus actuales socios franceses. Como muestra de lo anterior, las declaraciones de Fernando Alonso tras el Gran Premio de Brasil, no dejaban lugar a dudas: "Fue una pena que no pudiéramos adelantar, pero la falta de potencia era alucinante, igual que en México", añadiendo que en las rectas "incluso con el DRS y las baterías”, veía alejarse a los monoplazas que le precedían. Es lógico que a continuación confesase: "Esta falta de potencia resulta bastante preocupante para Toro Rosso el año próximo". Desde luego la apuesta de los de Faenza por los nipones, puede catalogarse entre heroica o suicida.

Pensando en los motores que impulsarán a los coches a partir del año 2021, y como suele ser habitual en la F1, sol y sombra. Así mientras los del rombo o los de la estrella plateada son críticos ante lo planeado, Red Bull lo ve con buenos ojos junto al equipo Haas. El responsable de estos últimos, Guenther Steiner, comentó: "Están intentado lograr mayor igualdad, más ruido y menores costes. Creo que es un buen concepto para empezar", añadiendo que "se necesitan trabajar los detalles para alcanzar los objetivos con los equipos cliente". Steiner es del todo partidario de simplificar las PU mediante la supresión del MGU-H, así como subir el régimen de vueltas, aunque siente que nunca será lo mismo que cuando reinaban los motores de ocho, diez o 12 cilindros al confesar: "No creo que lleguemos al nivel de los V10 o V12 porque ahora tenemos un turbo". Lástima los cambios llegados a un deporte, que en su día daba espectáculo y emoción a raudales.

Lo de la reducción a solo tres motores por monoplaza para toda la temporada 2018, es otro ejemplo del camino que lleva tiempo recorriendo la Fórmula 1, tendente a imponer sin razón alguna el ‘guardar’ cuando lo lógico en una competición es ir al ataque. Es por ello que Hamilton tras su imponente remontada en la pasada carrera de Brasil, al pisar a fondo todo el tiempo posible el acelerador de su Mercedes dijera que "es una medida que apesta". Seguidamente expuso cómo atisba el panorama futuro, desde luego, nada halagüeño: "El año que viene, el coche será como un autobús, tanto por la carga de gasolina, como por tener que conservar aun más la mecánica". Evidentemente, esto no hará en absoluto que las carreras sean más emocionantes para los aficionados, pues solo cuando no hay limitaciones, aparece la incertidumbre respecto al resultado final de las mismas.

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