Valtteri Bottas y su espiral descendente

En el paddock de la Fórmula 1 existe el convencimiento de que Valtteri tiene fecha de caducidad en Mercedes y él lo sabe. Es más, si en lugar de Toto Wolff, estuviera el Dr. Marko al frente del equipo, a nadie le sorprendería que George Russell estuviera sentado en el Mercedes ya en Paul Ricard.

Para muchos, que Toto renovara a Bottas a finales del año pasado obedeció más a los deseos de contentar a Lewis Hamilton y mantener la estabilidad del equipo. Se llegó a decir que el siete veces campeón del mundo ejerció veto sobre el ambicioso joven británico.

Cabe recordar dos episodios entre Russell y Valtteri Bottas. El primero, el año pasado en Sakhir, cuando llamaron a Russell para sustituir a Hamilton. George adelantó a Bottas en carrera y parecía que iba directo a la victoria… cuando en Mercedes se equivocaron de neumáticos al efectuar una segunda parada en periodo de neutralización, lo que le obligó a parar una vez más… y ver cómo se esfumaba su sueño.

Y el segundo, el encontronazo entre ambos cuando luchaban por la novena plaza en Imola, a media carrera. Y, aunque es cierto que Russell estaba haciendo un carrerón y que pecó al desafiar a Bottas –Toto Wolff se lo recriminó–, desde fuera se preguntaron si el problema más que la agresividad de George fue la carrera pobre de Valtteri, que nunca debía haber estado tan atrás.

Para Valtteri, éste era el año del todo o nada. Se había preparado a conciencia. Este año o nunca. Estaba decidido. Pero el hombre propone y la realidad dispone. Y esa realidad es particularmente dura con el finés. No sólo es sexto del Campeonato, tras dos pilotos de 'equipos de segunda' –Lando Norris y Charles Leclerc– y amenazado por Carlos Sainz. Ha sumado menos de la mitad de puntos que el líder del Campeonato y que el líder del Campeonato, Max Verstappen. Y Mercedes está tras Red Bull en la clasificación de constructores. Es más, lleva la mitad de puntos que el año pasado a estas alturas del Campeonato.

Cierto que en este resultado pesa y mucho el tema de la tuerca cizallada de Mónaco, cuando estaba en segunda posición y Lewis parecía perdido, 18 puntos que cambian todo de la noche al día.

Bottas debe reaccionar. Wolff espera que lo haga… mientras aclara su futuro. Russell parece que está ya en 'el año de más' en Williams. No puede esperar 'aparcado' en un equipo de cola mientras Norris y Leclerc crecen e incluso cuando Pérez está situado para aprovechar la oportunidad… con permiso –improbable mientras Verstappen siga como ahora–. George siente que se le escapa el tren y Toto sabe que eso es así… y que la afición, e incluso la prensa, piden el ascenso del británico.

Bottas, como antes Rubens Barrichello o Felipe Massa, tiene colgado el cartel de 'segundo' y a sus 31 años le será casi imposible sacárselo de encima. La presión es cada vez mayor sobre Bottas… y dos resultados negativos consecutivos pueden hacerle entrar en espiral destructiva de su moral. Mucho más cuando el jefe no parece que le proteja a muerte como antes. El problema es que para el finés la situación es muy difícil; no parece que tenga alternativa a su puesto en Mercedes.