Fernando Alonso prueba el McLaren MCL34 en el test de Baréin

Alonso regresa a la categoría reina de forma puntual, y lo hace para conocer de primera mano cómo se comporta el McLaren del curso 2019. El bicampeón juega ahora el rol de un reserva y/o consultor, un asesor de lujo con experiencia a raudales, capacitado para opinar y hacer sugerencias a la que todavía es su escudería.

El asturiano no se subía a un Fórmula 1 desde el GP de Abu Dabi, el 25 de noviembre de 2018. En este periodo, el español ha probado un NASCAR, ha ganado las 24 Horas de Daytona del IMSA y las 1000 Millas de Sebring del WEC, y ha hecho una primera incursión en el Dakar a la vez que prepara las 500 Millas de Indianápolis.

El test de Baréin supone una oportunidad de oro para mantenerse activo y actualizado con el Gran Circo, siempre preparado ante la posibilidad de regresar a la competición activa en 2020. El español ha enfriado esa posibilidad recientemente, pero es difícil imaginar que su instinto competitivo fuera capaz de resistir un volante ganador en la categoría reina.

Su contribución también es de vital importancia para McLaren, que contará con una visión ponderada para complementar las aportaciones de Carlos Sainz y Lando Norris. Será interesante descubrir si las aportaciones del dos veces campeón están en línea con la visión de los pilotos titulares, con menos experiencia que él en el deporte.

McLaren dispone de dos monoplazas en el test de Baréin: uno sigue el programa diseñado por el equipo y el otro hace trabajo específico para Pirelli para preparar los neumáticos de 2020. Alonso se encuentra en este último. Carlos Sainz pilota en el primero por la mañana, antes de que Lando Norris le tome el relevo por la tarde.

Alonso llegó a Baréin el pasado viernes procedente de Sudáfrica, donde tuvo la oportunidad de probar el Toyota del Dakar. Fernando vivió el Gran Premio con el equipo, presente en sitios como el muro del Pit-Lane o bien la parrilla de salida.