La semana que vivimos 'peligrosamente': confianza máxima

Por ello Valtteri Bottas ha dejado muy de lado los comentarios del padre de su compañero de box, sobre los supuestos riesgos para su carrera ante semejante reto. "Bueno, a mí nunca me gustaría ser mi compañero de equipo”, ha respondido de entrada el finlandés sin titubeo alguno al conocer tales afirmaciones. Como las fechas de la primera carrera van poco a poco acercándose, seguidamente dijo: "Ya veremos, la temporada empieza pronto y entonces comprobaremos como va todo”. Desde luego Bottas, de entrada, confía y mucho en ofrecer un pilotaje de igual nivel que Lewis Hamilton, para poder luchar con el británico inmediatamente. Y ante las pruebas de pretemporada añadió: "Ojalá seamos capaces de completar muchos kilómetros durante los test”. En la mente de Valtteri con esos medios, es optar a lo más alto del podio con premura, dada la “oportunidad real" con la que contará. Quizás con un poco de suerte, la pelota pueda trasladarse al campo de Lewis y entonces vamos a ver lo que acontece.

El excampeón del mundo del año 1996, Damon Hill, se puso a comparar dos cosas, que en mi opinión, en nada 'pegan'. Ni más ni menos, estableció similitudes entre los de Liberty Media y el equipo de cargos nombrados por un multimillonario, que habita desde hace poco en la Casa Blanca. "Es como el nuevo gobierno de Trump, están aprendiendo", dijo el británico, basando su afirmación en que "cualquiera que quiera hacer algo en la F1, va a tener que entenderla en profundidad y eso les llevará algunos años". No hace falta decir, que una cosa es regentar la primera potencia mundial, véase los EE.UU, y otra muy distinta, manejar convenientemente un espectáculo automovilístico. Y sobre esto último, también opinó de las cuestiones monetarias que mueve la F1: "Se está debatiendo si una igualdad en el reparto del dinero existe, va en contra de la competición”. Creo que sobre cómo distribuir acertadamente, lo mismo, igual que hacerlo equitativamente con el conjunto de la ciudadanía.

Casi como para llevar la contraria a lo anterior, aunque en otro orden de cosas muy distintas, Hamilton, se mostró reacio a compartir, de simultanear, dato alguno entre compañeros de box. Por ello confesó de entrada: "Hago mis deberes y luego el otro puede verlo todo”. Seguidamente también dejó claro, que tampoco desea saber los de su pareja de equipo al añadir, "no creo que sea justo que lo haga bien y yo pueda estudiar su trabajo”. Desde luego el británico ha hecho borrón y cuenta nueva, pues en la temporada 2007, luchó con estruendo para que esto no sucediera en McLaren, cuando estaba junto a Fernando Alonso. Resulta que Lewis argumenta que debe ser cada piloto y solo él, el que debe encontrar sus límites dentro de la pista. Nada de andar confrontando lo mejor y lo peor de las prestaciones de cada monoplaza, cero en cuanto a algo conocido como labor de equipo. Aún sin empezar a rodar un solo kilómetro, Toto Wolff ya tiene el primer y gran problema que resolver.

Mientras tanto, el responsable del equipo Mercedes, suma al tema precedente, que les depararán las nuevas normas del 2017, por lo que de antemano cree que todos parten desde cero, sin ventaja alguna para los de Brackley. "Estaba muy nervioso hace cuatro años, cuando empezamos nuestra aventura", expuso de inicio Wolff. Pero como los resultados llegaron en cuantía de victorias y títulos, "los nervios han ido desapareciendo", cosa del todo punto lógica. Así que ahora, con la llegada de los test de pretemporada, no quieren dormirse en los laureles, asegurando una alta motivación al reconocer: "No hay nada seguro porque pueden haber innovaciones como el doble difusor de Brawn de 2009, pero eso lo veremos en la segunda semana de test en Barcelona". Personalmente creo que alguna nueva solución respecto al 2016 puede haberla, pero llegar hasta lo visto con aquel monoplaza, dadas las estrictas regulaciones actuales, complicado, difícil, muy improbable.

Al mismo tiempo desde Ferrari se confía que factores como la alta motivación de su plantilla, su extrema implicación en el nuevo monoplaza y la acumulación de experiencia durante la pretemporada, puedan dar por fin sus frutos, según lo declarado por el presidente de los Rosso Corsa, Sergio Marchionne: "El coche marcha bien, las pruebas de motor han sido geniales. Pero no voy a confiarme esta vez, ya veremos qué pasa cuando se apague el semáforo en pista". Lo que esta vez no hizo, fue lanzar las campanas al vuelo, presagiando resultados como en temporadas precedentes. Por ello, incidió nuevamente: "El trabajo que están haciendo en la fábrica es enorme. En Navidad, por ejemplo, sólo tuvieron dos días de vacaciones". Y respecto a su distancia teórica con Mercedes, de cometer estos algún error, confesó: "Estaríamos equivocados si pensamos de ese modo. Todo depende de nosotros y debemos centrarnos en cómo mejorar para vencerles". Buen ‘arranque’ de Marchionne desde luego.

En el lado opuesto al del italiano, aunque dentro del ámbito paternal, y con la sala de maquinas a plena potencia, Jos Verstappen, se puso frente a las cámaras de una televisión del país de los tulipanes, para hablar de las posibilidades de su retoño en 2017. Y como es costumbre en Jos, la mesura que atisba en el horizonte, no quedaron para nada en un perfil modesto. “Max tiene mucha más experiencia, conoce los circuitos, ya ha ganado. Tres o cuatro victorias son posibles”, confesó sin vacilar lo más mínimo. Sin embargo a continuación, reconoció que lo del título mundial es otro cantar, aunque con matices: "Creo que es pronto, pero será posible en 2018". Seguidamente añadió algo obvio, que todo queda a merced de un buen  coche pues "Red Bull siempre ha sido fuerte con los cambios en la normativa”. Pues de ser así, cosa muy probable, puedo imaginarme la sonrisa de Daniel Ricciardo, siempre y cuando, las carreras no se le ‘compliquen’ en los boxes.