De 'I have a dream' a 'Impossible dream': el camino de Leclerc y Ferrari en 2022

Nadie duda de que Max Verstappen será campeón y posiblemente muy pronto. Dispone de 116 puntos de ventaja sobre Charles Leclerc, cuando quedan en juego 164.

Difícil que sea en Singapur este domingo, pero no imposible. Basta con que Max gane y Leclerc no termine en octava posición por lo menos; incluso un noveno puesto y la vuelta rápida no le bastaría a Charles.

Seguro que para Red Bull sería mucho más deseable hacerlo en Suzuka, la siguiente carrera, aunque tampoco será fácil porque en dos carreras debería aumentar la ventaja sobre Charles en 22 puntos. Pero sería una bonita forma de agradecer a Honda, en su casa, los 'servicios prestados' y quién sabe si sentar las bases para seguir colaborado más allá de 2025.

16 stages of Ferrari pic.twitter.com/Fh3nxI4it1

— F1 MEMES (@f1trolls_) September 12, 2022

Los tifosi y analistas piden a gritos que Ferrari dé órdenes de equipo a favor del monegasco. Pero, ¿las merece? ¿Servirían de algo? La segunda pregunta tiene fácil respuesta. No, no servirían de nada… todo lo más para maquillar la temporada con un subtítulo. La primera, deja abierta la puerta a interrogantes y dudas.

Cuando se escriba la historia de este certamen se escribirá sin duda la superioridad de Max y Red Bull. Ambas son claramente ciertas. Como ha dicho Jean Todt estos días "Charles es un gran campeón, pero le falta todavía alguna cosa".

Los partidarios de Charles, sin duda, dirán que esa cosa que le falta no es culpa suya, sino de Maranello. Algo de cierto hay en ello, sí. Pero no es totalmente cierto. No se ceden 162 puntos en 13 carreras así como así.

Tras los tres Grandes Premios, Leclerc disponía de 46 puntos, dos victorias de ventaja sobre Max. Al llegar a Singapur, 13 Grandes Premios después, el monegasco está 116 por detrás. 46 más 116, igual a 162.

Es más, tras los tres primeros Grandes Premios, Charles disponía de 37 puntos de ventaja sobre su compañero, Carlos Sainz. Ahora, sólo 32: ha cedido cinco puntos sobre su compañero. Y aquí las cuentas de penalizaciones en puntos de parrilla, roturas y problemas, resultan equilibradas, muy equilibradas.

Las cuentas también resultan poco favorables con respecto a Sergio Pérez, que en estos 13 últimos Grandes Premios ha sumado 180 puntos, 32 más que Charles; está claro que el Red Bull marca la diferencia.

E incluso George Russell y Lewis Hamilton le superan en puntos en estos 13 Grandes Premios, donde el primero ha sumado 166 puntos, es decir 18 más.

Algo simular sucede en el Campeonato de Constructores, donde Ferrari ya no puede mirar a Red Bull sino que debe vigilar a Mercedes. De los 39 puntos de ventaja sobre Red Bull a salir de Melbourne a los 139 de desventaja ahora: son 178 puntos cedidos ante el rival en tres carreras.

Todt reconoce que en Ferrari se han cometido errores estratégicos, han tenido problemas de fiabilidad, mala fortuna en alguna ocasión, "pero para ser campeones hay que ser excelentes en todo" y es evidente que Maranello hoy por hoy no lo es. Y que si es segunda fuerza del Campeonato, no es tanto por méritos proios como por deméritos de Mercedes.

Puede ser que Ferrari y Mercedes estén jugando en primera división, pero Red Bull y Max están por encima, en División de Honor, mientras muchos aficionados temen que este es el comienzo de una nueva era marcada por los coches de Adrian Newey y por Verstappen como piloto.

Mattia Binotto decía que están cumpliendo el objetivo, ser la segunda fuerza, estar un poco más cerca incluso de Red Bull. El problema es que el siguiente peldaño a subir no es normal, sino doble o incluso triple.

Hoy por hoy, el sueño de título es simplemente eso, un sueño: "I have a dream", que cantaba Abba –por cierto, el conjunto sueco patrocinó un coche de Fórmula 1, lo conducía Slim Borgudd, su batería, un poco competitivo ATS en 1981 y 1982–. Esperemos que no se transforme en 'The impossible dream', el Musical 'El Señor de la Mancha', en honor de Don Quijote. Veremos qué nos depara 2023.