Alonso, Stroll y Briatore, tres hombres y un destino

En la Fórmula 1, está claro, cada uno en su papel, muy diferente. Lawrence Stroll, como propietario de equipo; Flavio Briatore, como jefe y representante de pilotos, entre ellos Fernando; y Alonso, como bicampeón del mundo.

La moda porque la fortuna de Stroll se debe a ella –la comercialización de Tommy Hilfiger o Ralph Lauren, entre otras–; Briatore, cuando implementó la red Benetton en Estados Unidos–, mientras que Fernando tiene una experiencia limitada a través de su marca Kimoa.

Pero hay otras coincidencias, personajes en teoría secundarios de la trama, que pueden haber tenido un papel relevante en el fichaje de Alonso por Aston Martin. Por ejemplo, Otmar Szafnauer, que estaba en Aston Martin, era el jefe, cuando Stroll y Alonso se acercaron en 2020 y hoy Otmar es jefe del equipo Alpine.

Segundo ejemplo, por todos conocido: Martin Whitmarsh, que en McLaren fue el gran sostén de Alonso cuando éste tenía la convicción de que Ron Dennis estaba con Lewis Hamilton. Whitmarsh es ahora consejero y tiene responsabilidades en Aston Martin después de que Stroll lo repescara para el mundo del automóvil, aunque sus actividades están más con la marca que con la F1.

Y un tercero, Amedeo Felisa: el que fuera director ejecutivo de Ferrari en la época de Fernando –de 2008 a 2016– es ahora el director ejecutivo de Aston Martin.

¿Qué papel han jugado estos personajes? Difícil es decirlo por ahora, pero seguro que Agatha Christie sería capaz de escribir con ellos una de sus novelas de misterio o Noël Coward alguna de sus comedias de enredo, de esas con muchas puertas giratorias.

Está claro. Uno y otro, Aston y Fernando, se han unido en un matrimonio de interés. Ambos salen ganando… aunque Alonso a costa de la renuncia a la victoria a corto plazo y a los títulos. ¿Renuncia? Quizás no. Porque difícilmente Alpine puede ofrecerle el volver a gustar glorias del pasado.