Mercedes-Benz EQE SUV

La versión que hemos probado brevemente del EQE SUV durante su presentación nacional a la prensa es la denominada 350 4MATIC, es decir, la de 292 caballos con tracción total. Se trata de una cifra elevada de potencia, pero los 2.580 kilos que hay que mover hacen que no se perciba como tal en ningún momento. En la nueva era del coche eléctrico hay que acostumbrarse a que muchos caballos son muchos más caballos que antes. Pero ojo, que esto no quiere decir que el EQE SUV esté falto de potencia. Es más, esta versión –y suponemos que la de idéntica potencia de propulsión– está perfectamente equilibrada en cuanto a su rendimiento en cualquier situación que se pueda dar en el tráfico urbano.

Lógicamente la activación de los diferentes modos de conducción se deja notar en determinados parámetros, pero lo cierto es que con el denominado Comfort o incluso con el Eco uno se olvida pronto de que hay otros. El EQE SUV está pensado para ofrecer confort sobre todas las cosas y desde luego que lo logra.

A esta sensación de comodidad contribuye claramente la suspensión del vehículo, neumática opcionalmente y que permite acercarse hasta 20 milímetros al suelo en el modo deportivo o separarse hasta 30 cuando se circula fuera del asfalto. En la práctica lo que se nota es una casi completa falta de oscilaciones en la carrocería sin caer en un exceso de dureza que repercuta negativamente en el confort. Mercedes-Benz ha logrado aquí un equilibrio perfecto y que desde luego casa a la perfección con el carácter del EQE SUV.

Lo que requiere algunos kilómetros acostumbrarse es la dirección. Es suave, directa y precisa. ADN Mercedes-Benz, en definitiva. ¿Dónde está la clave de la cuestión entonces? En la presencia de un eje trasero direccional que hace que la agilidad de este SUV sea mucho mayor de lo que dicta la lógica. Básicamente lo que hay que tener en cuenta es que, por norma general, hay que girar menos el volante de lo que uno está acostumbrado. Una vez se pasa el período de adaptación, EQE SUV y conductor se convierten en uno y se logra disfrutar de un sistema perfectamente integrado. Éste hace virar las ruedas traseras al contrario de las delanteras a baja velocidad para reducir el radio de giro y al contrario cuando se va deprisa para aumentar la estabilidad.

Uno de los principales puntos críticos de los coches electrificados en general es el freno. Pues bien, en el caso del EQE SUV, sin llegar a ser natural el tacto de este pedal, se ha logrado transmitir una sensación bastante precisa que evita en la mayoría de los casos los siempre molestos tirones. Buen trabajo el realizado aquí por Mercedes-Benz, que no olvidemos que se llevó bastantes críticas por el freno del EQS, que no transmitía toda la seguridad debida.

Las deceleraciones se ven además influenciadas por los diferentes niveles de regeneración de energía disponibles. El automático requiere costumbre, puesto que frena por sí mismo más o menos en función de las condiciones de nuestro alrededor. Tal y como sucede con los BMW que lo equipan en algunas ocasiones realiza maniobras que el conductor no espera. ¿Cuestión de kilómetros hacerse a ello? Hay que verlo. Si no, siempre están el resto de niveles de retención predefinidos que permiten incluso realizar una conducción 'one pedal' que resulta especialmente interesante en ciudad.

Respecto al consumo energético no podemos hacer un juicio de valor preciso por los escasos kilómetros recorridos, pero no nos pareció una utopía situarse en la frontera de los 20 kilovatios hora cada 100 kilómetros sin realizar especialmente 'esfuerzos eficientes', una cifra interesante si se tiene en cuenta que la homologada es de 19,1.

En definitiva, este Mercedes-Benz EQE SUV destaca especialmente por el confort que ofrece, por una agilidad que uno no espera gracias a su tren trasero direccional y por sus elevados niveles de calidad y espacio en su interior. En el debe hay que apuntarle esa falta de brío de esta versión que uno puede esperar de un vehículo que roza los 300 caballos. Eso sí, nada que no solucione el 500 4MATIC... o alguno de los dos AMG a la venta.