Más cargadores, vitales en la expansión del coche eléctrico en España

Esto es lo que sostiene un informe elaborado por Geotab, empresa de aplicaciones telemáticas para gestión de flotas que ha realizado un estudio al efecto.

Hay que tener en cuenta que, actualmente, la recarga de un vehículo eléctrico no es algo que, como ocurre con la gasolina o el gasóleo, se haga en unos pocos minutos. Y que los puntos de recarga deben servir tanto para vehículos eléctricos puros como para los híbridos enchufables.

Aunque Red Eléctrica Española y la Federación Española de Municipios tienen un convenio para elevar esa cifra a 9.000 puntos en cinco años –esto es, casi doblarla–, se considera que será insuficiente aun entonces. Tanto empresas eléctricas como las petroleras, muchas de las cuales han iniciado su reconversión a proveedoras de energía, tienen en marcha un plan para que las gasolineras actuales dispongan de puntos de recarga eléctricos.

"Queda trabajo por hacer en la implantación de puntos de recarga. Un mayor número ayudará a que los conductores den el paso definitivo a la movilidad eléctrica", ha destacado el director para la región europea del Mediterráneo en Geotab, Iván Lequerica.

Está claro que las medidas restrictivas al tráfico como Madrid Central, que trabajan para imponer varias ciudades, actuarán como un revulsivo dinamizador para las ventas de automóviles eléctricos. Sin embargo, en el informe se señala que la falta de puntos públicos de recarga es el motivo por el cual el 44% de los gestores de flotas consideran que ésta es una barrera que les impide plantearse la adquisición de más vehículos eléctricos para sus flotas.

Madrid, con 13.343 vehículos 'cero emisiones' matriculados, tiene tantos vehículos matriculados como el resto de las provincias españolas juntas, pese a que su municipio sólo cuenta con 186 puntos de recarga. En este sentido, va por detrás de Barcelona que tiene 206, pese a la menor extensión de la capital catalana. No obstante, estas cifras pueden no reflejar la realidad exacta, ya que muchas flotas tienen su sede corporativa en Madrid y los vehículos se matriculan allí, aunque luego se desplacen a distintos puntos de la geografía.

Según GeoTab, una apuesta decidida para ampliar rápidamente estos puntos de recarga haría posible que, en menos de una década, el 67% de las flotas estén compuestas mayoritariamente por vehículos eléctricos, especialmente si se cumplen las anunciadas ampliaciones de autonomía de los nuevos modelos.

El estudio puede completarse con las cifras de matriculaciones de vehículos híbridos enchufables y eléctricos en lo que llevamos de año.  En lo que llevamos de año, el Tesla Model 3 es el modelo eléctrico más vendido, con 1.137 unidades, sólo 27 más que en Nissan Leaf. Les siguen de lejos el Hyundai Kona, con 684, Renault Zoe, con 674 o el BMW i3, con 543 matriculaciones. Sin embargo, en el último mes de julio, el Renault Zoe –que ha lanzado una nueva versión de mayor autonomía– es el líder con 123 unidades por 90 del Kona, 87 del Tesla y 75 de Leaf. 

En cuanto a los híbrido enchufables, el Mitsubishi Outlander PHEV es el rey con 865 unidades en lo que va de año, 114 en julio; le sigue el Mini Countryman SE con 808; el BMW Serie 2 225xe iPerformance Active Tourer, con 463, el Hyundai Ioniq, con 293 y el Land Rover Range Rover, con 292. En total, 3.997 unidades en lo que va del año

Los eléctricos se han acercado mucho a las 6.200 unidades –6.198, para ser exactos– en los 7 primeros meses de 2019, más que los híbridos enchufables, que se han quedado en 3.997 unidades. El crecimiento de los eléctricos en lo que va de año es de un 126% con respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que en el caso de los híbridos enchufables el aumento es pequeño, de sólo el 26,81%.

Por encima de todos ellos asoman los híbridos no enchufables –autorrecargables les llaman–, que han alcanzado 60.384 unidades en lo que llevamos de año. La mitad de ellas, casi 33.000, corresponden a Toyota. El crecimiento de los híbridos no enchufables ha sido del 33,66% en estos primeros siete meses del año y respecto al mismo periodo de 2018.

La construcción de una infraestructura válida es un escollo fundamental en la transición hacia el vehículo eléctrico, dado que las instituciones y los propios fabricantes lo han fijado como el gran relevo de los vehículos de combustión. No es el único: la autonomía, el reciclaje de las baterías y la evolución de otras soluciones de movilidad como las derivadas del hidrógeno.