La lluvia arruina los Libres 3 del GP de Francia
La lluvia ha anegado los últimos entrenamientos libres del GP de Francia, en los que los pilotos se han quedado sin la oportunidad de preparar en condiciones la sesión de clasificación de esta tarde.
Los ingenieros miraron al cielo antes de que el semáforo se pusiera en verde. El radar alertaba de la presencia de lluvia en las proximidades del circuito y la parrilla se apresuró en salir rápido de boxes para adelantar el trabajo antes de que llegase el líquido elemento.
Los únicos coches que no rodaron fueron los Haas de Kevin Magnussen y Romain Grosjean, el Williams de Lance Stroll y el Toro Rosso de Brendon Hartley, que hoy estrenaba unidad de potencia después de sufrir una avería durante los Libres 2. En consecuencia, el neozelandés fue sancionado y empezará la carrera desde la última posición.
Los demás monoplazas salieron con neumáticos de seco, pero apenas les sirvió de nada. La lluvia llegó por el nordeste, por las curvas 5, 6 y 7, y tardó diez minutos en cubrir la totalidad del circuito.
Antes de que alcanzase su momento álgido, Valtteri Bottas marcó un 1'33"666 con neumáticos ultrablandos. Fue un segundo más lento que el viernes, pero le sirvió para copar la tabla de tiempos. Carlos Sainz -1'34"953- y Fernando Alonso -1'36"365- le siguieron en segunda y cuarta posición. En el caso del asturiano, con neumáticos blandos.
Las condiciones de la pista eran impracticables y los coches se encerraron ara esperar un momento más propicio... que no llegó. Ningún coche completó más de dos vueltas con compuestos de seco, excepto Sebastian Vettel, que hizo cuatro.
Cuando faltaban 10 minutos para el final, Alonso rompió el silencio del Paul Ricard para hacer una vuelta de reconocimiento con el neumático de lluvia extrema. Descubrió que había muchísima agua acumulada en pista y tuvo dificultades para gobernar su McLaren, que bailaba cada vez que salía de una curva.
Sergey Sirotkin, Lance Stroll, Charles Leclerc, Stoffel Vandoorne, Pierre Gasly y Brendon Hartley también se atrevieron a montar el compuesto más extremo. En su caso, con vuelta rápida incluida. Stroll sufrió horrores con los charcos e incluso tuvo una pequeña salida de pista en la recta de Mistral, aunque sin consecuencias para su Williams.
