Descubrimos los deportivos más desconocidos de Alfa Romeo: del exclusivo 4C al secreto 10C

Mientras nos dirigimos inconmensurablemente hacia la transformación completa de Alfa Romeo en fabricante de coches exclusivamente eléctricos, recordamos los modelos más genuinamente deportivos que la firma turinesa puso a disposición del mercado. Comenzando por el pequeño y conocido 4C para acabar con el oculto y secreto 10C, cuyo desarrollo se canceló sin ser siquiera puesto en conocimiento del público. ALFA ROMEO 4C Tras la crisis financiera de 2008, Alfa sorprendió en 2013 con este deportivo de motor central orientado a dar guerra a pilares tan arraigados como el Lotus Elise o el Porsche Cayman, que había entrado por la puerta grande en el sector. Lo realmente interesante desde el aspecto técnico era su reducido peso de tan solo 895 kilos gracias a su monocasco de fibra de carbono —curiosamente, en el mercado americano se debían añadir refuerzos que lo llevaban hasta la tonelada—. La mecánica era el mismo cuatro cilindros que se encontraba en el Giulietta QV o el Brera, fabricado en aluminio, con 1.7 litros y 240 caballos de potencia. Todo controlado por dos levas tras el volante a través de una caja de cambios de doble embrague.

En 2015 se desveló la variante sin techo y estuvo produciéndose hasta entrado el año 2020, con unas cifras globales de 9.117 unidades vendidas.

ALFA ROMEO 6C El 6C 2500 Super Sport fue el último de la marca lanzado antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque se siguió fabricando hasta 1952. No es para menos, entonces, Alfa Romeo era el parangón de la vanguardia de la deportividad tanto dentro como fuera de la pista, tal y como es Ferrari ahora. La forma de construcción es difícil de imaginar y justificar a día de hoy, pero para el 6C, la marca podía proporcionar solamente motor y chasis, siendo labor del comprador el llevarlo a su carrocero de confianza. Aquel chasis era de acero y estilo 'escalera' —el mismo que presentan los todoterrenos más off-road— y se podía encargar con tres batallas distintas. Algunos clientes de renombre fueron la actriz Rita Heyworth o el Príncipe Rainiero de Mónaco.

La mecánica era un seis cilindros en línea de 2.5 litros, que en la versión Super Sport incorporaba doble carburador y un mayor ratio de compresión para pasar a ofrecer 110 caballos.

ALFA ROMEO 8C COMPETIZIONE Llamado a recuperar el espíritu más 'alfista' el 8C llegó como un pelotazo estilístico para los aficionados más acérrimos —Wolfgang Egger, actual jefe de diseño de BYD, fue el encargado de este—. La versión de producción se presentó a finales de 2006 y la marca registró más de 1.400 pedidos 'in situ'. Pero las nubes de la crisis aparecieron a mitad de 2007 y muchos de esos potenciales clientes se retractaron. Alfa Romeo limitó entonces la producción a 500 ejemplares. En cuanto a plataforma, tomaba prestadas casi todas las bases de Maserati, como el chasis del 3200 GT, las suspensiones del Gran Turismo o el motor V8, prestado de Ferrari, pero equipado en el Quattroporte. La transmisión era de doble embrague y lo acompañaba un diferencial de deslizamiento limitado.

Por desgracia para él, no solo la crisis, sino la existencia de un 'hermano mayor' como Ferrari, que era la referencia en cuanto a conducción y dinamismo deportivos, lastró su periplo comercial. Eso sí, como escultura rodante no tenía rival. Se desarrolló una variante Spider que solo llegó a colocar 329 unidades de las 500 planeadas. El total de producción fue de 829 vehículos entre 2007 y 2010.

ALFA ROMEO 10C Jamás desvelado al público, es uno de los secretos que la firma de Turín nunca ha sacado a la luz, ya que se canceló durante las etapas tempranas de desarrollo y apenas acomodaba un pequeño grupo de ingenieros de la firma. Este proyecto se denominaba internamente ''10C'' y comenzó a fraguarse a finales de la década de los 80, tras la absorción por parte de Fiat, como un biplaza de altísimas prestaciones, en auge por aquellos años. Como su buen nombre indica, iba a montar un V10 de nueva factura. Y decimos de nueva factura porque no tenía nada que ver con aquel otro 10 cilindros de Fórmula 1 capaz de desarrollar 620 caballos a 13.300 revoluciones por minuto. Este nuevo motor de aspiración natural estaba montado en posición frontal y calado a 72 grados, con una cilindrada de  4.0 litros que desarrollaba aproximadamente 340 caballos durante los primeros tests en banco. Iba a ir gestionado por una caja de cambios manual de seis velocidades que dejaría de lado la arquitectura 'transaxle' de ir montada sobre el eje trasero. La vanguardia en la técnica la ponía un chasis que iba a estar construido en su mayor parte en aluminio, del un modo parecido al que años después haría Audi con su 'Space Frame'.

Las líneas que se aprecian en la maqueta de las imágenes eran diseño de Ercole Spada, que en aquel entonces había trabajado recientemente en la segunda y tercera generación de los BMW Serie 7 y Serie 5 respectivamente, antes de volver al grupo Fiat. El objetivo a lograr era un coeficiente de arrastre por debajo de 0.31.

Cabe destacar que también existió un Alfa Romeo 12C, pero se trataba de un bólido de carreras de mediado de los años 30 destinado a combatir a las 'flechas plateadas' de Mercedes-Benz y que nunca se vendió al gran público como coche de calle.