OFICIAL: El GP de Australia, suspendido por el coronavirus

El esperpento ha sido máximo: si bien hace siete horas ya se había tomado la decisión de cancelar el Gran Premio, el tira y afloja entre Liberty Media, el circuito e incluso algunos equipos se ha prolongado hasta dos horas antes de los entrenamientos libres por las consecuencias económicas de semejante decisión.

El circuito ha sostenido en todo momento que era viable seguir adelante, siempre que fuera con la condición de correr a puerta cerrada para reducir el riesgo de contagio del Covid-19. Esta medida se ha anunciado precisamente cuando los primeros aficionados ya se agolpaban a las puertas de Albert Park, lo que ha provocado escenas indignas para el deporte, que no puede permitirse una situación de este tipo ante la alarma de salud pública que golpea al mundo actualmente.

El resultado positivo de un miembro de McLaren en las pruebas del coronavirus ha hecho que la Fórmula 1 decida suspender un evento que ha insistido en mantener hasta el final, pese a las recomendaciones de autoridades de todo el mundo y las cancelaciones que se sucedían a su alrededor.

Aunque Australia no llegaba al centenar de infectados a principios de semana, la continuidad del evento empezó a ponerse en duda cuando la cantante Miley Cyrus canceló el concierto que tenía previsto para mañana por recomendaciones de las autoridades respecto al coronavirus. Horas más tarde, el contagio detectado en el hotel Albert Park, al lado del circuito, empeoraba la situación.

Este miércoles los primeros miembros de equipos se ponían en aislamiento y el jueves, después de que la OMS diera al coronavirus la calificación de pandemia, se han conocido los resultados: negativo para cuatro miembros de Haas y positivo para uno de McLaren.

El descalabro del coronavirus en la economía de la Fórmula 1

A raíz del contagio en McLaren, Liberty Media ha tomado la decisión de suspender el GP después de reunirse con las autoridades pertinentes para evaluar la situación, como anunciaron en un comunicado previo. En el mismo explicaron con mayor detalle que, en realidad, se habían practicado pruebas a nueve individuos relacionados con la F1: siete han dado negativo, el de McLaren ha resultado positivo y aún falta conocer un resultado.

"La Corporación del Gran Premio de Australia y la Fórmula 1 ha sido informada por el Departamento de Salud de Victoria de los resultados de los test en relación a los ocho miembros del Paddock de Fórmula 1. De estos ocho test, siete individuos han dado negativo y se ha confirmado que no tienen COVID-19".

"Un octavo individuo ha dado positivo de COVID-19. Se ha confirmado que el individuo era miembro del equipo McLaren. Como resultado de esto, McLaren ha anunciado su retirada del Gran Premio de Australia de 2020. La Asociación del Gran Premio de Australia está en conversaciones con la F1, con la FIA, el Departamento de Salud y los Servicios Humanos en relación con las consecuencias del resultado de este test".

"Además, un noveno individuo ha sido evaluado y está pendiente de los resultados. Este individuo no está asociado con ningún equipo de Fórmula 1, ni con la FIa o sus asociados. La Corporación proporcionará actualizaciones cuando haya más detalles disponibles".

"Tras el resultado del test de un miembro del equipo McLaren, hemos estado en contacto cercano con ellos sobre su decisión y nos hemos coordinado con todas las autoridades pertinentes para dar los próximos pasos. Nuestra prioridad es la seguridad de los aficionados, los equipos y de todo el personal de la carrera".

SALUD VS. ACUERDOS COMERCIALES

Desde el anuncio de la retirada de McLaren, el paddock se ha visto agitado por la presión de los aficionados y la de los propios miembros de los equipos partidarios de la cancelación o aplazamiento del Gran Premio. Desde los fotógrafos que se preguntaban qué hacían allí hasta los pilotos que buscaban vuelo inmediato hacia Europa, sin olvidar un pacto no escrito por el que si un equipo no puede participar en un Gran Premio por causa de fuerza mayor, los demás tampoco deberían hacerlo.

Todas las inquietudes han llegado inmediatamente a la FOM que, a su vez, ha planteado el problema de salud pública con el organizador del Gran Premio. Encontrar una salida a la situación, sin embargo, no ha resultado sencillo. Las implicaciones económicas que suponen la cancelación de un Gran Premio son enormes, particularmente en una coyuntura de desplome bursátil también para la Fórmula 1. Los equipos han realizado una primera reunión con acuerdo prácticamente unánime para no disputar el Gran Premio, pero el organizador se ha mostrado, por el contrario, proclive a continuar la acción en pista. La FIA, por su lado, se ha negado a actuar unilateralmente por las responsabilidades sobre acuerdos comerciales que podrían recaer sobre el ente federativo. Finalmente, la FOM ha actuado en ausencia física de su presidente, Chase Carey, que anoche estaba todavía desplazado en Hanoi para dilucidar el futuro del Gran Premio de Vietnam, también amenazado por la pandemia del COVID19.

Durante la madrugada han continuado las conversaciones y se han abierto las primeras fracturas en los equipos, para construir un frente de opositores a la cancelación. Necesitaban un mínimo de 12 coches para que el evento se disputase con aval de la FIA y hasta 16 para forzar al organizador a que abonase íntegro el canon, del cual se benefician en parte los equipos. La noche ha transcurrido, por tanto, en medio de una tensión que ya no tenía que ver con la normal disputa del Gran Premio, descartada ya en ese momento, sino con el reparto de responsabilidades y penalizaciones económicas. La situación se ha convertido, por tanto, en una negociación.

Algunos equipos, como Ferrari, han dado la orden de que sus miembros no acudiesen esta mañana al circuito. Otros han sido más cautelosos para mantener un as en la manga y otros han pedido a su personal que se presentasen en la pista con ropa y disposición de desmontar sus estructuras para marcharse de vuelta a casa. La propia FOM tenía ya organizado el retorno prematuro de una parte importante de su personal cuando ha amanecido en Albert Park.

Sin embargo, el circuito ha pedido a todo su personal que actuasen con completa normalidad, de modo que antes de las ocho de la mañana ya había comisarios listos para su briefing matutino. Incluso aunque la Fórmula 1 no se disputase, otras categorías teloneras podían necesitarlos. Muchos miembros de los equipos de F1 también se han personado ante la barrera del parque cerrado en tiempo y forma, aunque con poquísimas esperanzas de mancharse las manos de grasa. 

Los Fórmula 1 biplaza han roto el silencio en la pista, quizá incluso demasiado al salirse de pista en una de las primeras vueltas de exhibición. Pero el mayor espectáculo se ha formado, desafortunadamente, en el exterior de las puertas del circuito, donde se han acumulado centenares, quizá miles de aficionados que no han podido entrar a las instalaciones tras sucesivos retrasos en la apertura de las antedichas puertas. 

A las 9:30, 45 minutos después de la teórica entrada de los aficionados, y en pleno tiempo de los TCR en pista, no se había dejado salir a los coches a pista, ni tampoco los fans han podido pasar al interior del circuito. Daniel Andrews, el primer ministro del estado de Victoria ha anunciado entonces que, de celebrarse el Gran Premio, lo haría a puerta cerrada por motivos de salud pública. Con esa decisión, el organizador se encontraba con un evento insostenible entre las manos y ha pedido la cancelación del Gran Premio a la FIA, que ha accedido sin dudar a la petición, respaldada como estaba también por una carta del equipo Mercedes de Fórmula 1. De este modo, el consejero delegado del evento Andrew Westacott ha anunciado la decisión ante un grupo de invitados y, finalmente, la Fórmula 1 ha emitido un comunicado conjunto con el organizador y la FIA en el que daban por cancelado el Gran Premio. Eran .

Ha sido el final de un sainete demasiado largo y costoso, sobre todo para los miles de aficionados que se han visto en una inesperada aglomeración tanto para acceder al recinto del Albert Park como para reclamar posteriormente la devolución del importe de sus entradas; una situación indeseable con una amenaza tan clara a la salud de la población por posibles contagios entre la población.

FUTURO INCIERTO

La pesada y onerosa maquinaria de la Fórmula 1 se ha mostrado lenta de movimientos en una situación, eso sí, inédita y que ha requerido una decisión tajante. La imagen proyectada no ha sido buena, y tanto ayer como hoy serán recordados como días tristes en la historia de la Fórmula 1, pese a que Chase Carey ha querido recalcar en su primera aparición pública que "si el dinero fuera el rey, la decisión tomada no habría sido ésta".

La disputa de los Grandes Premios de Baréin y Vietnam son ahora una incógnita, algo que también ha manifestado Carey en la improvisada rueda de prensa en pleno paddock, junto al director de carrera Michael Masi en representación de la FIA y dos altos cargos del organizador del GP de Australia, uno de ellos Andrew Westacott. Los equipos disponen aún de tiempo para mandar su material al circuito de Baréin, pero es pronto para asegurar que el evento podrá seguir adelante, entre otros motivos por la evolución de la pandemia, difícil de prever incluso a pocos días vista. Lo mismo –complicado con ulteriores problemas en el acceso al país desde determinadas procedencias– sucede con Vietnam. Queda claro, en cualquier caso, que éste no ha sido el mejor inicio de temporada 2020 para la Fórmula 1.