Brasil es la F1 que queremos: más pilotos con opción a podio

El podio de Brasil tiene mucho que comentar. En primer lugar, el hecho de que Sainz y Gasly subieran al podio ayer hace que sean tres pilotos que no pertenecen a los tres mejores equipos –Mercedes, Ferrari y Red Bull– los que hayan subido al podio esta temporada: Kvyat en Alemania y Carlos y Pierre ayer. 

Eso es algo que no pasaba desde 2016, con Pérez en el podio en Mónaco y Azerbaiyán y con Bottas –que aún era piloto Williams– en Canadá. Ocurre tras dos temporadas de dominio de los grandes, en las que no han dejado sitio a los pequeños salvo en Bakú 2017 a Lance Stroll y también en Azerbaiyán, el año pasado, a 'Checo'.

Además, Gasly es el primer piloto externo a los tres primeros equipos que consigue terminar segundo desde que lo hiciera Felipe Massa en el GP de Abu Dabi de 2014, final del principio de la era híbrida. La de Brasil también ha sido la primera carrera desde Australia 2014 en la que sólo hay un piloto de los tres grandes equipos –Verstappen– en el podio. Entonces fue Nico Rosberg. Además, el GP de Interlagos es la primera carrera, desde el GP de Estados Unidos de 2013, en la que ningún piloto de Mercedes o Ferrari está en el podio.

Esto es señal de que la parrilla se está apretando, pero también de que la nueva generación de pilotos ya se destaca porque ayer tuvimos un podio con tres pilotos que han llegado a la Fórmula 1 –aunque parezca que llevan en la parrilla toda una vida– hace sólo cuatro años –en caso de Sainz y Verstappen– y dos –en el de Gasly–.

Éste es precisamente uno de los objetivos de la normativa de 2021, dar más opciones a más pilotos a subir al podio, aunque muchos dudan que un cambio de reglamento vaya a cumplir esta meta y provoque justo el efecto contrario, cuando las diferencias entre unos y otros son menores.

Por último, la carrera de Brasil sirve también para hacer que tres cuartos de la parrilla tenga ya un podio. Sólo quedan Albon, Hülkenberg, Norris, Giovinazzi y Russell por conseguir su primer podio. Todos lo demás ya saben cómo sabe el champán de la Fórmula 1, incluido Sainz. 

¿Será Brasil un espejismo o comienzo de lo que viene?