Noticias

Porsche es una de aquellas marcas con un garaje secreto repleto de joyas nunca vistas en la calle que podrían haber marcado perfectamente un antes y un después para la marca. Por desgracia, éstos nunca consiguieron llegar a ver la luz, principalmente siempre por apuros económicos, como en el caso que hoy nos ocupa, un Porsche 959 a escala con nada menos que una mecánica V8 en posición trasera.

Los años 50 representaron un período de obsesión por el futuro, un futuro en el que para muchos la energía nuclear representaba el paso lógico tras la electricidad y, por supuesto, el petróleo. Ford, en el año 1958, presentó su idea de movilidad basada en la energía atómica, un proyecto ambicioso que, por razones más que obvias, se quedó en una mera maqueta a escala.

Hay firmas que están inherentemente relacionadas con motores bóxer, otras con V8 y otras más con los V12. Peugeot no pertenece a ninguna de éstas, por ello es sorprendente redescubrir su creación de 2004, que vio la luz con una mecánica de 12 cilindros nacida gracias a la unión de dos V6.

La firma de los cuatro aros siempre se ha caracterizado por estar a la vanguardia de la técnica, algo que se ha reflejado en multitud de ocasiones en sus prototipos y propuestas de salón. Han sido muchos y muy diferentes a lo largo de su historia, por lo que en esta recopilación hemos escogido aquellos que, de seguro, no dejarán indiferente a nadie.

Que una firma con la solera de Alfa Romeo lleve a la palestra modelos deliciosamente diseñados es algo que ya se presupone de antemano. Pero lo cierto es que también ha habido alguna ocasión en que han estado a punto de dar con la tecla clave, como ocurrió con los concept cars Sportut y Kamal a finales del siglo pasado y comienzos del actual, respectivamente.

A comienzos de siglo, a Ford le sobrevino la nostalgia de los viejos éxitos en las carreras de los 60 y presentó tres conceptos de superdeportivos basados en el Ford GT40, el Shelby Cobra y el Shelby Daytona. Solo uno de ellos vio la luz, en el Ford GT de 2005. Los otros no tuvieron tanta suerte y estuvieron a punto de desaparecer por completo y acabar en el olvido.

Los coches de salón y los prototipos mostrados por las marcas para despertar la admiración y el interés del público son, por motivos obvios, los que más pasión levantan en los aficionados. Tal es así que los más ricos intentan hacerse con algunos de ellos a base de talonario, y a veces lo consiguen. Veamos lo que se debe de dar para que se realice una transacción de estas características.

Los fabricantes presentan a menudo flamantes prototipos de los vehículos que están por venir, vaticinan tendencias y futuribles tecnologías que caracterizarán a los coches del mañana. No obstante, un altísimo porcentaje de los concept car que hacen soñar a los aficionados llegan bastante cambiados a producción o incluso nunca ven la cadena de montaje. ¿Por qué es tan difícil trasladar un prototipo a la serie?

En esta curiosa lista repasamos cinco modelos que, bien por compartir simplemente el nombre con un prototipo o por los pasos y cambios que da el mercado, terminaron por ser muy diferentes a lo mostrado por primera vez a los medios en los salones del automóvil.

El Ferrari Mythos se presentó en el Salón de Tokio en octubre de 1989. Tomaba como base el chasis del exitoso Testarossa, sobre el que Pininfarina desarrolló una carrocería de líneas futuristas a modo de estudio de diseño aplicado a la aerodinámica. Jamás llegó a la serie ni fue esa su intención, pero sus líneas enamoraron al mayor coleccionista de coches del mundo y la persona más rica por aquel entonces, el Sultán de Brunei, quien encargó al menos dos ejemplares para su colección privada.