Alonso brilla y conquista Le Mans; Toyota rompe al fin su maldición

Alonso tuvo una actuación destacada y brilló en las horas nocturnas con un cuádruple stint endiablado que le sirvió para recortar minuto y medio y así reenganchar su Toyota TS050 a la pelea por la victoria. Sus compañeros dieron continuidad a su avance y culminaron la remontada en las horas del amanecer, en las que dejaron atrás definitivamente al Toyota 7.

Las 24 Horas de Le Mans empezaron el sábado a las 15:00 CEST, pero la fiesta comenzó una hora antes. Pilotos, equipos y coches se dirigieron a la parrilla para participar en los preparativos de la carrera, que alcanzaron su momento cumbre cuando las fuerzas aéreas francesas llegaron en helicóptero para hacer entrega de la bandera de Francia. Un grupo de militares se deslizaron en cable en la última chicane, desde donde emprendieron un sprint por la recta de meta hasta depositar la bandera en manos de Rafael Nadal, invitado de la organización y responsable de ondearla para dar la salida.

En la vuelta de formación, el LMP1 del equipo ByKolles no arrancó de primeras. Tom Dillmann sufrió horrores. Cuando se puso en movimiento, sucumbió a la presión y protagonizó una excursión por la puzolana de la chicane Dunlop antes incluso de que la carrera hubiese empezado. Sería el primero de varios incidentes para el modesto prototipo, que antes de que cayese la noche abandonó en una colisión durante un intento de doblaje a un grupo de GT.

Suele decirse que las carreras no se ganan en la primera vuelta, sino que se pierden. Y eso es  justo lo que le pasó al Rebellion 1 de André Lotterer, que partía tercero y estaba llamado a ser la alternativa a los Toyota. En plena recta de meta, intentó ponerse en paralelo con Sébastien Buemi. Se tocaron antes de la curva Dunlop. Un toque leve, pero suficiente para dañar su morro. El alemán negoció la curva como pudo, pero frenó mal y perdió el control en la entrada de la chicane Dunlop, donde barrió al Dragonspeed 10. Volvió a boxes para poner otro frontal, pero perdió una vuelta en el proceso y cayó por detrás del SMP 17 y del Rebellion 3.

En cabeza, estabilidad. Sébastien Buemi hizo valer la Pole Position para mantener al Toyota 8 en primera posición, pero Mike Conway dio cuenta de él antes de que terminase la primera vuelta. En las siguientes horas intercambiaron posiciones en varias ocasiones, sin poner nunca en peligro la integridad de sus TS050. Hicieron cuatro tandas cada uno, siempre con el mismo juego de neumáticos. Sólo lo cambiaron en su cuarta visita al box, cuando hicieron el primer relevo.

Fernando Alonso debutó entonces en las 24 Horas de Le Mans. Pasaban 2 horas y 28 minutos, y estaba bajo presión porque su prototipo, antes líder, había caído 14 segundos por detrás del dorsal 7 de José María López. Pero supo jugar con el tráfico y rápidamente redujo esa brecha, hasta dejarla a tan sólo 4,5 segundos en su siguiente visita al Pit-Lane. Minutos después adelantó al argentino, que paró antes de lo previsto con un pinchazo lento en la rueda trasera izquierda.

Pasaban 3 horas 30 minutos de carrera cuando el Jackie Chan DC sufrió una deslaminación que provocó el primer coche de seguridad de la carrera. López había parado antes, pero Alonso no. El español retrasó su entrada al box hasta la bandera verde, porque lo contrario hubiera supuesto encontrarse en un Pit-Lane cerrado. Pero cuando hizo finalmente el repostaje, perdió la primera posición en favor de López, que tenía 5,7 segundos de margen.

La bandera verde duró 25 minutos, el tiempo que tardó el ByKolles en golpear un Porsche de la categoría GTE-Am. Alonso y López hicieron una parada simultánea. Fernando entró antes de tiempo porque sufrió un pinchazo lento en el neumático trasero derecho. En la relanzada, aceleró y adelantó a su rival, que no opuso resistencia consciente de la importancia de llegar al final de la carrera de una pieza.

Alonso se bajó del coche al filo de las 20:15, cuando ya llevaba 2 horas y 43 minutos al volante. Había salido a 15 segundos del líder y había conseguido llegar a la primera posición Su relevo fue el japonés Kamui Kobayashi. José María López paró para ceder el volante a Kazuki Nakajima. Los pilotos japoneses fueron los encargados de entrar en la noche de Le Mans, a la que llegaron con ambas unidades en menos de 10 segundos, con el dorsal 7 con una ventaja mínima.

La noche fue una montaña rusa de emociones para el Toyota 8, que se vio contra las cuerdas cuando Sébastien Buemi –que se subió a las 22:50- recibió un Stop&Go de 60 segundos por ir demasiado rápido en una zona lenta. El suizo hizo dos stints más, pero perdió comba con el el Toyota 7. La sanción fue el golpe de gracia. El líder ya estaba a 2 minutos 17 segundos de distancia. Todo un mundo.

Pero entonces llegó Fernando Alonso. El piloto asturiano jugó un papel protagonista con un relevo nocturno encomiable. Cuatro tandas de 11 vueltas en las que el asturiano fue un martillo. No dio tregua a Mike Conway primero y luego fue un incordio para José María López. Bajó a 3'19 en repetidas ocasiones y se adaptó perfectamente a la oscuridad de La Sarthe. Entró en trance, como dijo al bajarse del coche. Valió la pena, porque al final de su relevo el Toyota 8 ya sólo cedía 44 segundos con el líder. Había remontado minuto y medio.

Alonso lo empezó, Kazuki Nakajima lo remató. El japonés se subió a las 04:00 y continuó la remontada. A las 04:45 ya estaba a siete segundos de López. El argentino entró en boxes y dejó el Toyota 7 en manos de Kamui Kobayashi, que conservó el liderato por 1,5 segundos. Kobayashi resistió en la siguiente hora y amplió su ventaja hasta los 15 segundos, pero Nakajima metió otra marcha al llegar el amanecer y recuperó terreno rápidamente. A las 06:25 ya lo tenía a tiro. Nakajima voló por Hunaudières a rebufo de su rival. Al llegar a Mulsanne, se despegó de su estela y se tiró por el interior. Le ganó la posición con una elegante apurada de frenada. El adelantamiento que culminaba la remontada.

El Cetilar Villorba 47 se salió en Indianápolis y provocó una zona lenta. Y la carrera se rompió. Nakajima aprovechó para parar en boxes, pero no así Kobayashi, que entró cuando ya ondeaba la bandera verde. Como resultado, el Toyota 8 obtuvo una ventaja de más de 18 segundos que sentó las bases para una escapada en solitario hacia la victoria. Nakajima había empezado su relevo a 44 segundos del líder, pero lo terminó en cabeza con un margen de 28 segundos sobre su perseguidor.

Sébastien Buemi fue el siguiente en subirse. Tampoco levantó el pie y contuvo la ofensiva de Mike Conway, con una ventaja que osciló entre los 30 y 40 segundos de diferencia. Durante su relevo, ambos Toyota cumplieron un Stop&Go de 60 segundos por ir demasiado rápidos en una zona lenta. La infracción se había cometido minutos después del adelantamiento de Nakajima a Kobayashi, por lo que venía de lejos.

A las 09:10 se salió una tapa de alcantarilla. Dirección de Carrera sacó el coche de seguridad para que los comisarios pudieran hacer las  reparaciones pertinentes, pero la operación se prolongó durante media hora, más de lo previsto. Buemi paró a las 09:30 y cedió el volante a Fernando Alonso, que entonces lideraba la carrera con 75 segundos de margen sobre el Toyota 7, que ya había vuelto a manos de José María López.

La bandera verde no duró mucho, porque Paul di Resta causó otro coche de seguridad al estrellar su United Autosports 22 en las curvas Porsche. Cuando la carrera se volvió a relanzar, el margen de Fernando era de 80 segundos. A falta de cuatro horas para la conclusión de la carrera, un colchón cómodo que les hacía encarar como claros favoritos la recta final de la prueba.

Pasaron las horas y nadie aminoraba, hasta que Kamui Kobayashi cometió un error fatal a las 13:20 horas. Un error que condenó al Toyota 7 y que blindó la victoria del dorsal 8 de Fernando Alonso, que por entonces tenía un margen de 90 segundos. Kobayashi se olvidó de entrar a boxes y se quedó sin gasolina. Tuvo que aminorar y volver a boxes a baja velocidad. Perdió una vuelta en el proceso. Minutos después, recibiría un Stop&Go por exceder el consumo de combustible y otra sanción idéntica por exceder el límite de vueltas.

Con el Toyota 7 fuera de juego, la carrera se alineó del lado del Toyota 8. Kazuki Nakajima hizo el último relevo. El piloto que en 2016 abandonó en la última vuelta cuando era líder, el piloto que se mantuvo fiel a Toyota desde su primera temporada en el WEC en 2012, tuvo el honor de cruzar la línea de meta para dar a la casa japonesa su primer triunfo en la carrera de resistencia más importante del mundo. La maldición de Toyota se desvanecía en una carrera libre de problemas mecánicos. Y Fernando Alonso daba un paso adelante hacia la Triple Corona. Sólo le quedaba Indianápolis.

En LMP2, cómoda victoria para el equipo G-Drive y su Oreca 07 con dorsal 26. Roman Rusinov, Andrea Pizzitola y Jean-Éric Vergne lideraron la carrera desde el anochecer. Terminaron con una ventaja de dos vueltas sobre el Signatech Alpine 36. Completó el podio el Graff 39 a tres vueltas de diferencia. Fue una carrera complicada para cuatro coches del Jackie Chan DC Racing, protagonistas en la edición de 2017 porque estuvieron cerca de ganar la carrera en su categoría absoluta. Esta vez la fiabilidad les fue muy adversa. También sufrió United Autosports, la escudería del jefe de McLaren, Zak Brown. Los americanos clasificaron su dorsal 32 en quinta posición, no sin que antes Juan Pablo Montoya lo dañase en un accidente. Pastor Maldonado y su Dragonspeed 31 terminaron séptimos, condicionados por una serie de reveses que truncaron su potencial.

En GTE-Pro, victoria del Porsche GT con dorsal 92 en la que fue la clase más igualada de toda la carrera. Los Porsche, los Ford e incluso los BMW pelearon por el liderato en las horas del anochecer. El BMW 81 puso en apuros al Porsche 91 al filo de la medianoche, pero problemas de frenos le retrasaron. La lucha estuvo entre Porsche y Ford, y el dorsal 92 aprovechó un coche de seguridad para escaparse en cabeza y no mirar la vista atrás. Antonio García terminó quinto en el Corvette 63 a dos vueltas del líder. Miguel Molina fue décimo con el AF Corse 71 a seis vueltas de la cabeza.

En GTE-Am, victoria para el Dempsey-Proton Racing y su 911 RSR. El equipo del actor Patrick Dempsey aventajó en 39 segundos al Ferrari F488 del Spirit of Race, que entró en segunda posición. Tercero fue el Ferrari con dorsal 85 del equipo Keating. Ningún Aston Martin terminó. 

RESULTADOS