Superdeportivos de los 90: ¿cuáles de ellos están al alza?

Los 90, esa enmarcada época en la que en el sector de los automóviles más prestacionales se lograban gestas increíbles como las del McLaren F1 y todas las marcas se lanzaban, cada una a su manera, a crear el superdeportivo supremo. Los 'millenials' cobran cada día más protagonismo alentados cada vez más por esa ola de nostalgia que nos golpea y empuja cada día.

El portal Hagerty, dedicado a la preservación y aseguramiento de vehículos clásicos, ha elaborado una lista con los cinco superdeportivos de los años 90 cuya cotización se ha elevado más en los últimos tiempos. Por supuesto ninguno de ellos ha salido nunca barato, y hoy por hoy, parece que todavía menos.

JAGUAR XJ220

El felino por antonomasia de la casa inglesa fue lanzado al mercado en 1992, aunque no exento de cierta polémica. Desde la marca se aseguró que llegaría con todo un motor V12 atmosférico, pero finalmente hizo uso de un V6 de 3.5 litros con doble turbocompresor planteado sobre la base del que usó el MG Metro de Grupo B de rallies. Con más razón contando con que su predecesor, el XJR-15, era una auténtica máquina de Le Mans por debajo.

Aún y así, desarrollaba 550 caballos en las versiones más prestacionales y le permitió ostentar el récord del vehículo más rápido del mundo en 1991 con una velocidad registrada de 341,7 kilómetros/hora, argumentos suficientes para dejar por los suelos a sus dos rivales principales, el Ferrari F40 y el ultra tecnológico Porsche 959. Fue desarrollado junto a la división de competición de la marca, TWR, y fabricado en 282 ejemplares entre 1992 y 1994.

Hoy en día, no obstante, ve como su valor se incrementa en una media del 9,4%, con ejemplares en buen estado que ya rondan los 553.000 euros.

FERRARI F355

El 'Cavallino Rampante' de acceso a mediados de la década de los 90. Su motor V8 de 3.5 litros ubicado en posición central se caracterizaba por su culata de cinco válvulas por cilindro -de ahí su nomenclatura 355- y le otorgaba un equilibrio de funcionamiento casi ideal tanto en conducción deportiva como en el uso diario.

Por desgracia tenía un mantenimiento costoso y no era todo lo fiable que uno desearía para un coche de su estatus, lastrado sobre todo por la mala fama de su transmisión robotizada F1 -apenas 1.000 unidades-, por lo que durante mucho tiempo quedó relegado a un Ferrari del montón en términos de precio. Aparte, al cierre de su producción en 1999, era el modelo más producido y menos exclusivo en la historia de la marca con 11.273 unidades vendidas, superado por su sucesor tiempo después, el 360.

Actualmente, no obstante, su valor se ha disparado en una media del 12% con precios de unos 170.000 euros para el GTS de techo 'targa' y 150.000 para el GTB 'coupé' en ejemplares con buen mantenimiento. Las susodichas unidades con cambio F1 tienen un valor significativamente menor, de en torno a un 20% de media.

FERRARI 512 M

¿Quién no ha soñado con pasear a bordo de un Ferrari Testarossa por el malecón de Miami? El 512 M fue la tercera iteración de este icono de las carreteras que llegó diez años después del original, en 1994. Su motor bóxer de 12 cilindros contaba con nuevas bielas de titanio y un cigüeñal de nueva factura que le permitían girar hasta las 7.500 revoluciones por minuto.

Las 501 unidades producidas lo convierten en la variante más exclusiva del trío, además de la más potente y dinámica. Su incremento de valor en un 13% así lo certifica igualmente, con precios para ejemplares en buenas condiciones de 415.000 euros. El TR, su actualización previa, se sitúa en los 266.000.

LAMBORGHINI DIABLO

Si el Countach era el protagonista de la mayor parte de los posters de los adolescentes durante la década de los 80, su sucesor, el Diablo, hizo lo propio a lo largo de la década de los años 90. Este superdeportivo, nacido bajo el paraguas de Chrysler, fue producido durante una década en 2.884 ejemplares.

El modelo básico partía de una mecánica V12 de 5.7 litros de cilindrada, atmosférica y con inyección electrónica multipunto que desarrollaba 492 caballos de potencia. A lo largo de estos años gozó de versiones especiales como el VT con tracción total mediante diferencial de acoplamiento viscoso, las ediciones Aniversario SE30 y SE30 Jota, el SV con potencia incrementada a 517 caballos o el brutal GT casi de competición.

En los últimos meses, el valor de este toro de lidia ha aumentado una media de un 15%, pagándose por un Diablo básico a día de hoy no menos de 225.000 euros, aunque la subida comparable más acusada es para los SV, en que la cifra asciende a los 330.000 euros, en comparación con los 280.000 euros que se solían pagar hasta hace escasos meses.

BUGATTI EB110

El resurgimiento de Bugatti fraguado en los 90 fue obra de Romano Artioli y su objetivo no era otro que crear el mejor deportivo, el más rápido y el más tecnológico de todos los tiempos. Para motorizarlo diseñaron un nuevo motor V12 de 3.5 litros con nada menos que cuatro turbos capaz de generar 560 caballos en la versión GT y 612 para el Super Sports.

La vanguardia la ponían un chasis monocasco de fibra de carbono fabricado por una empresa aeronáutica y su tracción a las cuatro ruedas. El modelo en cuestión fue presentado en 1991 con motivo del 110 aniversario de Ettore Bugatti, su fundador. A mediados de los 90, la empresa entró en apuros cuando Artioli compró Lotus, el desarrollo de una nueva berlina que se complicó y la aparición del legendario McLaren F1.

Tan solo se fabricaron 139 unidades entre las dos versiones, aunque curiosamente, es la más popular GT la que ha incrementado su valor nada menos que un 50% en los últimos meses para pasar a pagarse no menos de 1,2 millones de euros por un ejemplar en buen estado. Sorprende más saber que a principios de siglo, estos modelos apenas llegaban a los 370.000 euros si aplicamos la inflación. Su hermano potente, el Super Sports también ha visto aumentado su valor un 15%, pagándose más de tres millones de euros por unidad.