Llega a Ferrari el hijo de Didier Pironi justo antes de Imola

Nombre y apellido son míticos ente los tifosi. Gilles por Villeneuve y Pironi por Didier Pironi, compañeros y amigos… hasta que Imola, en 1982, enfrió un tanto su amistad.

Pero en honor de esa amistad, Catherine Doux, su madre, bautizó a uno de sus gemelos como Gilles y al otro, como Didier. Ninguno de ellos, nacidos en 1988, conoció a su padre, fallecido a el verano de 1987 en accidente de offshore. Gilles había fallecido en Zolder algunos años antes, en 1982.

Gilles Pironi tiene pasión por la competición, pero no por pilotar sino por la tecnología. Ya conoce los muros de Maranello, donde estuvo dos años de becario, aunque en marketing. Después estuvo en Hyundai, en el equipo de rallies, antes de pasar a la Fórmula 1 con Mercedes en 2014, donde ha vivido los títulos de Lewis Hamilton e incluso subió a lo más alto del podio para recibir, en nombre de Mercedes, el trofeo por la victoria en Constructores en Silverstone 2020.

La noticia del fichaje llega justo antes de Imola, donde se cumplen 40 años –día por día– de un desacuerdo entre Gilles y Didier que puso fin a la amistad. El francés hizo caso omiso a las órdenes de equipo y se hizo con la victoria por delante del canadiense. Fue el 25 de abril y este año el Gran Premio cae en 24.

En Ferrari habían dado órdenes de mantener posiciones, pero Pironi adelantó a Gilles, que no puso oposición convencido de que era por el espectáculo y le devolvería la plaza. No lo hizo y Villeneuve estalló en cólera. La amistad, la confianza, se había quebrado para siempre.

Antes, en la vuelta 26, Gilles había superado a Didier en un mítico adelantamiento en Tamburello, donde los dos Ferrari corrían rueda contra rueda, antes de superar al Renault de René Arnoux y colocarse líder.

Los dos Ferrari y Arnoux dieron un espectáculo inigualable. Arnoux recuperó el mando. Pironi se puso a la altura de Villeneuve en Tamburello para adelantarlo al frenar en Tosa. Gilles le devolvió la gentileza poco después, justo antes de que el Renault rompiera.

En la vuelta 46, Villeneuve puso dos ruedas en la tierra de Rivazza y Pironi le superó. En la vuelta 49, Villeneuve ataca a Pironi en Tosa y éste cierra la puerta y en el descenso a Piratella los dos Ferrari se encuentran a Manfred Winkelhock, a quien tiene que doblar; Gilles se tira al interior poniendo dos ruedas en la hierba y se coloca líder.

Una vuelta después, en el muro donde esta Ferrari se enseña una pizarra con la palabra inequívoca 'Slow'. Quieren parar una batalla fratricida en el circuito que lleva el nombre de Dino Ferrari –se bautizó como Enzo y Dino Ferrari un poco más tarde–. No quieren poner en peligro el doblete… pero Pironi supera a Villeneuve.

Éste piensa que su compañero juega, pero cuando se da cuenta de que no es así se lanza a la caza y se produce un duelo salvaje. Los intentos de adelantamiento se producen en cada frenada, Pironi cierra la puerta, pero en la vuelta 59, a una del final, Villeneuve logra abrirse paso.

Sólo que en el último giro Didier se pone a la altura de Gilles en Tamburello. Los dos afrontan juntos la curva que hoy lleva el nombre del canadiense, Pironi desliza y se cruza delante de Villeneuve que debe frenar. El francés se hace con la victoria.

Son muchos los que piensan que lo sucedido en Imola –que hoy en día hubiera agotado los puntos de carnet de ambos pilotos por no respetar el código de conducta en los adelantamientos– fue el detonante del accidente mortal de Gilles en la siguiente carrera, Zolder. Villeneuve se había sentido tan traicionado que incluso advirtió a Ferrari que debían buscarse un piloto para el futuro. "A partir de ahora, cada uno por sí mismo en el interior del equipo. No voy a perdonárselo nunca. Si le puedo bloquear, le bloquearé. Desde ahora será la guerra entre nosotros", dijo a un periodista amigo, Pierre Lecours. Y no quiso escuchar el intento de acercamiento que hizo el francés.

En Zolder, en la clasificación, Pironi tenía el mejor tiempo. Gilles partió para efectuar un segundo intento, con el objetivo de batirlo. No lo logró y desde el box le dijeron que entrara para cambiar gomas… pero la vuelta de deceleración la estaba haciendo tan rápido que alcanzó a Jochen Mass, que iba ralentizando. Mass vio acercarse a Gilles como un obús por el interior… intentó abrir la puerta apartándose hacia el interior en el mismo momento que el canadiense varía la trayectoria para pasar por el exterior. La colisión fue inevitable; el Ferrari salió volando, se partió y Gilles, con su asiento, fue catapultado fuera del coche. El destino había tirado los dados.

Sin su amigo-enemigo, Didier parecía ir lanzado al título. Pero en Nürburgring sufrió un grave accidente. Se partió ambas piernas. La temporada había acabado para él y en cinco pruebas que quedaban, Keke Rosberg –Williams– se hizo con su corona.

No sé si Gilles Pironi asistirá a la carrera de Imola este fin de semana. Pero, sin duda, sería para él un momento de emoción intensa.