Cambiar a Honda, ¿todo ventajas para Red Bull?

Es lo que sostienen ya abiertamente los diversos medios de comunicación alemanes especializados en deportes de motor, aunque los rumores habían comenzado mucho antes y ya nos hicimos eco de ellos hace unos días. Una decisión que debe enmarcarse en la lógica más aplastante.

Las recientes presiones, casi ultimátums, de Renault para que Red Bull anunciara su decisión en Francia y también la amenza de que fuera de la marca francesa puede hacer mucho frío, no parecen incomodar a los hombres de Red Bull.

A diferencia de años anteriores, ahora es Red Bull el que tiene la sartén por el mango. En temporadas anteriores no tenían otra alternativa de motor –Mercedes y Ferrari eran reacias a armar a su enemigo– y ahora tienen a Honda. Y Renault, por el contrario, sabe que aún le quedan dos o tres años mínimo de transición y que en situación similar se encuentra su otra alternativa, McLaren. 

Renault sabe que Red Bull tiene los mejores chasis de la Fórmula 1 actual. La prueba es que en cada Gran Premio están claramente los austriacos por delante del equipo de fábrica y también de los de Woking. Es más, el Toro Rosso-Honda es un incordio o no está muy lejos en muchos Grandes Premios de los RS18 y los MCL33.

El salto de calidad dado por Honda este año es importante y la evolución estrenada en Canadá lo confirma. Han ganado enormemente en fiabilidad y también en potencia, si bien en este último aspecto, quizás aún estén por detrás de Renault. 

Este motor, instalado en un chasis Red Bull, no Toro Rosso, puede ser más que suficiente para mantener al equipo en el tercer escalón del Mundial de Constructores, aunque quizás no sea la panacea para alcanzar, por el momento, a Mercedes o Ferrari.

La ruptura entre Red Bull y Renault no debe sorprendernos, no desde el momento en que Red Bull aceptó que Toro Rosso llevara motores Honda para dejar los Renault a McLaren. Una señal mucho más poderosa que las críticas vertidas en el paddock por los austríacos hacia el poco eficaz motor francés y sus lentas evoluciones. Y por si fuera poco, al equipo italiano lo han bautizado este año como Red Bull Toro Rosso Honda.

ASOCIACIÓN MÁS ALLÁ DEL MOTOR

Para Red Bull, el cambio tiene muchos efectos positivos, algunos deportivo/técnicos y otros financieros. Por ejemplo: Honda ofrecerá motores gratis y también financiará al equipo, como había hecho con McLaren, y se hará cargo de la aportación que estos últimos años ha hecho Aston Martin.

Pero hay más. En Honda están dispuestos a seguir los consejos en materia de motores de Red Bull. Cabe recordar que Honda ha fichado un técnico europeo para que se haga cargo de la dirección del proyecto y que Red Bull tiene una pequeña experiencia en el campo de motores cuando encargó y financió algunos estudios para mejorar el motor Renault, tanto el motor de combustión como la parte eléctrica.

Hay otro detalle importante que refuerza todo el movimiento. Red Bull quiere recuperar la época en que Toro Rosso era una filial no sólo en lo deportivo, sino también en lo técnico, algo de lo que tuvo que prescindir cuando la FIA impuso serias restricciones para los equipo B. Pero los recientes movimientos de Ferrari con Haas y sobre todo con Sauber –equipo al que ha ido a parar el director de diseño del equipo de Maranello– lo han cambiando todo. Tanto, que Toto Wolff está pensando en convertir a Force India o Williams en su equipo B. El paso de Toro Rosso a ser equipo B de Red Bull ahorraría mucho dinero en desarrollo técnico, pero requiere usar el mismo motor.

Si el propulsor cumple a la altura del Renault o muy cerca de éste, está claro que las sinergias con Honda presentan muchas ventajas. El cambio no se puede rechazar. Puestas así las cosas, uno espera sólo la confirmación oficial para  certificar el cambio.

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