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La semana que vivimos 'peligrosamente': deseo de permanencia

Sam
03/05/2018 15:45

Eso es lo que poco a poco, pero desde hace tiempo, viene dejando caer cada vez que se le pregunta a un tetracampeón del mundo, respecto al equipo por el que se ve luchando en temporadas venideras. Es por ello que Lewis Hamilton, de nuevo, pero quizás en un tono más firme, hablaba de su permanencia a bordo de una de las balas plateadas de la siguiente manera: "Mi deseo para el futuro es continuar aquí", añadiendo, a continuación, una razón de peso al confesar que ansÍa "llevar a esta escudería lo más lejos posible. Quiero ser parte de este viaje en el que Mercedes sea el equipo de F1 más exitoso de la historia". Finalmente concluía respecto a sus grandes rivales, véase Ferrari desde hace tiempo, con esta reflexión: "Deseo colaborar lo máximo que pueda, con la esperanza de vida, que tengo como piloto, de alcanzar los mayores logros posibles, algo que incordiaría a los coches rojos, ese es mi objetivo".

Precisamente sobre esos coches citados por Lewis Hamilton, gira una serie de rumores sobre el futuro de Daniel Ricciardo. Es lógico, por tanto, que el piloto, ante la creciente presión de su actual equipo para que tome una decisión definitiva sobre su futuro, dijera: "Sólo he hablado con Red Bull. El año pasado ya estábamos muy cerca ambas partes", comentando seguidamente que cualquier otra cosa publicada, respecto a plantearse un cambio de aires "no es cierta de ninguna manera". Así que Ricciardo se fija como tope fechas veraniegas para decantarse por fin, dado que "no siente que tenga que forzar nada hasta entonces", sumado a valorar, como prioritario, el tener un monoplaza de primera línea para 2019. Por Milton Keynes comienzan a impacientarse, así que vamos a ver quién da antes su brazo a torcer.

Aunque el inicio de la temporada 2018 no va del todo mal para McLaren, al conseguir unos resultados muy superiores en puntos y fiabilidad a su época junto a Honda, lo cierto es que en Woking pensaban en más, probablemente, en mucho más. Quizás por ello y tras casi tres décadas en el equipo británico, su responsable técnico, Tim Goss, ha sido despedido con esta escueta reseña del portavoz de la escudería: "Estamos en plena revisión nuestras operaciones técnicas. Éste es un proceso que aborda un amplio rango de factores a lo largo de la organización. Se darán más detalles a su debido tiempo". Resulta que no hace mucho, el británico de 55 años declaraba lo siguiente: "Este año nos colocamos en una situación nueva, pues estamos aquí para ganar carreras, campeonatos y hemos tomado la decisión de diseñar un coche para el éxito". Parece que al no ser así, la puerta de salida se la han mostrado con excesiva premura.

Lance Stroll no ha dejado pasar mucho tiempo para dar la correspondiente réplica a Felipe Massa, ya que éste, recientemente, comentaba que en Williams se puso como asunto prioritario el tema económico que portaban bajo el brazo los pilotos, frente a otros aspectos relacionados la experiencia de los mismos o el desarrollo de los monoplazas. "Primero de todo, Felipe no está aquí. Se fue, se ha retirado", afirmaba el canadiense para luego añadir: "Miro en qué posición estaba a estas alturas de la temporada pasada cuando el coche iba bien. El problema es que ahora, en una carrera competitiva, estamos los 13º ó 14º". Por tanto, para Stroll la cosa está clara como el agua: "Desafortunadamente, no hemos recuperado la velocidad en curva, hemos perdido mucho en nuestros puntos fuertes, sin mejorar en nuestro puntos débiles". Parece, desde luego, que con un coche como el descrito por Lance, poco o nada se puede hacer hasta evolucionarlo.

Rostros de enfado dentro del organigrama técnico de Red Bull, tras el topetazo que sufrieron sus coches en la carrera de Bakú. Terminada ésta, Christian Horner afirmaba rápidamente que "ambos pilotos estaban en serios problemas", así que lo primero que deberán hacer es viajar a Milton Keynes para disculparse con todo el personal que allí trabaja. Además, el director del equipo mantuvo una conversación con los implicados, dejándoles claro que su comportamiento egoísta había privado al equipo de un buen resultado. "Ellos corren para Red Bull y los dos reconocen que lo han estropeado", señaló Christian seguidamente. Respecto a cómo se enfocará desde ahora el tema de la lucha entre Max Verstappen y Ricciardo sobre la pista, Horner confesaba: "Nuestra intención es seguir dejándolos correr, pero tienen que demostrar respeto al equipo, a su compañero, además de darse espacio". Me temo que esto no será fácil a la vista de cómo se las gastan entre ellos.

Así que, como suele ser habitual, y a diferencia del jefe del equipo, el asesor del mismo, Helmut Marko, compartía, poco tiempo después, que ante una nueva salida de tono de sus dos pilotos por maniobras como ésta, no ve otra solución que aplicar las consabidas medidas drásticas para evitarlo: "En la próxima colisión, de producirse, vamos a tener que utilizar órdenes de equipo, aunque en realidad estamos en contra de ello", admitiendo seguidamente que valora a Verstappen "por su velocidad y agresividad", pero que eso puede llevarle al límite. Mientras tanto el piloto holandés confesaba que con Ricciardo todo sigue igual que en fechas precedentes: "Hablamos inmediatamente después del accidente y no puedo imaginar que cambie nuestra buena relación. No es la primera vez que nos peleamos y todo transcurrió sin problemas". Ahora sólo necesitamos conocer la opinión del australiano, una que posiblemente no coincida con la de Max.

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