Muere Robert Hubbard, el inventor del HANS

Se ha ido un hombre que trabajó en un invento revolucionario, responsable de que muchos de los pilotos de las últimas dos décadas continúen con vida y sin lesiones graves. Su empresa, HANS Device, ha querido dedicarle unas palabras de despedida y reconocimiento:

"Estamos muy tristes por habernos enterado de que el doctor Robert Hubbard, inventor del dispositivo HANS, murió la noche pasada en su casa, rodeado de sus seres queridos", ha anunciado la compañía HANS Device.

"Su invento ha sido el avance más importante en seguridad de los últimos 20 años y ha salvado a muchas personas de lesiones o de consecuencias peores. Le damos el pésame a su familia y amigos", han agregado.

"El invento de Bob realmente cambió la seguridad del automovilismo, era una persona con un gran corazón, dispuesto a ayudar a cualquiera que lo necesitase. Lo vamos a echar mucho de menos Descansa en paz, Bob", han añadido para terminar.

© HANS

En Fórmula 1 este dispositivo se usa desde el año 2003. Va anclado al casco y cuesta entre 350 y 1.000 euros y su uso es obligatorio en la mayoría de competiciones de motor. Sirve para reducir la probabilidad de lesiones en cabeza y cuello, como por ejemplo la fractura de la base del cráneo, por la que murieron pilotos como Roland Ratzenberger.

Aunque hay muchos dispositivos parecidos en el mercado hoy en día, el HANS es el original y el más usado. Hubbard, profesor de ingeniería biomecánica en la Universidad de Míchigan, lo diseñó a principios de la década de los 80.

La idea se creó a partir de una conversación con su cuñado, el piloto Jim Downing. Los dos habían perdido a un amigo que tenían en común en un test, Patrick Jacquemart, y decidieron buscar la manera de terminar con estas muertes.

El primer prototipo se desarrolló en 1985 y en los primeros test de choque, en 1989, ya habían conseguido reducir la energía que se transmitía hacia el cuello y la cabeza un 80%. Las grandes compañías no quisieron comercializar el producto, así que Hubbard y Downing crearon la suya propia en 1990.

La F1 no mostró interés en él hasta después de las muertes de Ratzenberger y Ayrton Senna. A priori era algo que a los pilotos no les gustaba, decían que era incómodo, que les limitaba, que afectaba a la función de los cinturones y que causaría más lesiones de las que prevenía.

Lo llamaban "ese maldito lazo", unas críticas que bien nos pueden recordar a las que recibió el halo. La primera categoría en usarlo fue la National Hot Rod Association, que gestionaba las carreras de drag, en 1996.