Gasolina y Diesel low cost: ¿es peor para el coche o merece la pena?

Con el nuevo conflicto geopolítico entre Ucrania y Rusia, el precio de la energía; y en especial el del combustible, se ha disparado con cifras record. El incremento de tarifa, que en el caso de la gasolina de 98 octanos ya supera los dos euros el litro; unido a un poder adquisitivo cada vez más mermado, hace que los usuarios prescindan, cada vez más, de las estaciones de servicio tradicionales y recurran a otras más baratas. Pero... ¿son la gasolina y Diesel low cost peores para el coche o merece la pena? ¿Se puede estropear el vehículo? ¿Qué diferencias hay?

El combustible en origen, ya sea gasóleo o gasolina, proviene de BP, Repsol y Cepsa, por lo que cualquier surtidor parte de un origen común.

En España, la venta de todos los combustibles se realiza a través del CLH –Centro Logístico de Hidrocarburos– un organismo con unas normas de calidad muy exigentes que cuenta con una serie de certificaciones y controles específicos. Todo ello está regulado por unos requisitos mínimos legales que marca la Unión Europea tanto en calidad como en composición, algo que se puede ver en el etiquetado de combustibles vigente desde octubre de 2018.

Entonces, ¿por qué es más caro el Diesel o la gasolina en una estación de servicio tradicional que en una low cost?

DIFERENCIA

La diferencia principal reside en los aditivos que cada marca añade a su producto antes de ser distribuido al consumidor final. Éstos son una serie de fórmulas químicas que buscan sacar el máximo partido a cada gota de combustible. Son casi como una receta secreta que pretende mejorar la quema del combustible y así reducir el consumo de carburante, conseguir extraer más potencia al motor, rebajar las emisiones y alargar la vida de la mecánica gracias a una menor generación de residuos.

Sin embargo, aunque las grandes multinacionales invierten millones de euros en el desarrollo de estas fórmulas mágicas, lo cierto es que las supuestas mejoras que ofrecen son difícilmente demostrables; además de que obligan al usuario a utilizar ese combustible durante un prolongado tiempo para ver si realmente existen resultados.

Por lo general, en las gasolineras low cost sólo se sirve Diesel normal y gasolina de 95 octanos y si se quiere, calidad premium o de 98, es necesario recurrir a las de toda la vida.

¿ES MÁS CARO SÓLO POR LOS ADITIVOS?

No, las razones por las cuales un combustible es más caro en una gasolinera tradicional que en una low cost también tiene que ver con otros factores.

1. Coste operativo: Por lo general, las estaciones de servicio low cost cuentan con unas instalaciones básicas, en las que encontramos los surtidores y poco más. No suelen tener empleados, el cobro se realiza a través de tarjeta en los propios surtidores y, desde luego, no tienen ni tienda ni servicios adicionales; como un espacio para lavar o aspirar el coche; así como un lugar para rellenar agua o aire. La ausencia de todos estos gastos adicionales de mantenimiento permiten que puedan ofrecer un precio más bajo.  
2. Horario de apertura: Este tipo de establecimientos están abiertos las 24 horas del día frente a las tradicionales, que suelen hacerlo desde las 7:00 de la mañana hasta las 23:00 de la noche; salvo las que se encuentran en autovías y autopistas. Ese tiempo de más que permanecen abiertas, les permiten ingresar más dinero, lo que redunda en un precio más bajo.  
3. Volumen de clientes: Debido a los dos factores previos es posible tener una tarifa inferior. Si a esto le sumamos que a este tipo de gasolineras el cliente va por el precio, sus propietarios pueden bajarlo algo más ya que su beneficio no se encuentra propiamente en lo que cobran a sus usuarios si no a que vengan muchos.   
4. Estaciones de servicio dentro de hipermercados: Algunas grandes superficies como Alcampo, Carrefour, Eroski o Leclerc cuentan con sus propias gasolineras. Éstas atraen a sus clientes con descuentos que posteriormente redundan en compras futuras que vayan a realizar.

¿SE PUEDE ESTROPEAR EL COCHE POR USAR COMBUSTIBLE LOW COST?

La respuesta es no, con matices. Como se ha explicado antes, todos los hidrocarburos de venta en España y en la Unión Europea han de pasar una serie de exhaustivos controles de calidad antes de ser comercializados.

Demostrar una relación directa entre el combustible que se usa y dónde se reposta y la avería de un coche es muy complicado. Sin embargo, a veces puede suceder y no tiene que ver con que sea de una marca tradicional o low cost. En realidad tiene que ver como en todo, con el mantenimiento y la manipulación: en este caso con la limpieza de los sistemas de suministro –filtros o canalizaciones–, los tanques de almacenamiento del combustible o la posible manipulación de los surtidores.

Aunque no es muy común que suceda, este tipo de incidencias existen y pueden provocar averías de manera aislada debido a la presencia de residuos o agua en el combustible que hemos repostado.

Otra posibilidad tiene que ver con que los surtidores estén manipulados, aunque aquí tiene más que ver con un cobro indebido que con un daño propiamente dicho al coche. Cada estación de servicio está obligada a realizar controles periódicos a los surtidores, pudiendo además solicitar el cliente una comprobación en caso de tener alguna sospecha.