Domenicali cumple 56 años a las puertas del mayor reto de su vida

Después de llevar casi dos décadas en Ferrari, tras el desastroso comienzo de la era híbrida para la Scuderia, decidió dimitir como jefe de equipo. Pocos meses después fichó por Audi. En 2016 regresó a Italia, tras ser nombrado director ejecutivo de Lamborghini. La marca se benefició claramente de su liderazgo, pues duplicó las ventas, los puestos de trabajo crecieron y lanzaron su primer SUV, el Urus.

El pasado mes de septiembre, después tantas temporadas fuera de la Fórmula 1, se anunció que sustituiría desde enero a Chase Carey como presidente de la Fórmula 1.

Hoy cumple 56 años y de esos 56, más de la mitad claramente dedicados al mundo de las carreras. Recién graduado, en 1991, accedió a Ferrari a través del departamento de finanzas, donde comenzó a labrarse su trayectoria. Aquel niño nacido en Imola, que comenzó a interesarse por los deportes de motor por el hecho de trabajar como voluntario durante el Gran Premio de San Marino, hoy ocupa el escritorio que hace poco era de Bernie Ecclestone.

Pero lo hace con objetivos y amenazas muy diferentes a las de los tiempos de Ecclestone e incluso respecto a los que tenía Carey cuando llegó a la presidencia. La covid-19 ha dejado a la F1 con su panorama económico más delicado de los últimos tiempos, lo que hacía cada vez más necesaria una revolución. Ésta llegará en 2022, pero antes de eso Domenicali deberá enfrentarse por primera vez a la opinión pública este verano, cuando prueben el experimento de las clasificaciones al sprint. El veredicto sobre el formato servirá de termómetro para ver lo preparada que está la F1 para el cambio y lo necesario o innecesario que es éste.

Domenicali tiene el reto de rescatar las audiencias, cambiar la tendencia y lograr que los niños de hoy en día vean tanta F1 como sus padres. Liberty confía en que reduciendo las diferencias, tanto económicas como deportivas, logren que se vuelva a hablar del deporte y que las marcas sientan que el Gran Circo es el lugar en el que estar.

Después de vivir el éxito en Ferrari durante casi dos décadas, ahora Stefano cumple 56 años ante su mayor reto: lograr hacer del Gran Circo un deporte que llegue a más aficionados y que convenza a las grandes firmas. ¿Lo conseguirá en 2022?