Barcelona propone parar la automoción tradicional: "Hay que evitar que se reactive"

Sanz es teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad de Barcelona, que en este año 2020 ha visto nacer la Zona de Bajas Emisiones, que excluye del área urbana de la capital catalana a aquellos vehículos que no cuentan con etiqueta medioambiental de la DGT. Explica que el objetivo es "sacar coches, que Barcelona tenga más calles con menos coches e impulsar la ciclologística".

En el último mes, la pandemia del Covid-19 ha obligado a paralizar la industria de la automoción, que ya ha pedido al Gobierno un plan de choque específico recordando que supone el 10% del PIB nacional y que todo el sector puede verse afectado por la crisis económica que se derivará de la sanitaria. En el caso de Cataluña, Seat reabrirá su factoría de Martorell el 27 de abril, pero no recuperará la producción precoronavirus hasta junio.

Pero esta puesta en marcha coincide con un momento histórico para las grandes ciudades, porque nunca antes las cifras de contaminación habían sido tan bajas. El motivo es la debacle de tráfico urbano e interurbano, en tanto que la mayoría de la población se encuentra en condiciones de confinamiento. Para la política de Barcelona en Comú, esta circunstancia carga de razones a quienes apuestan por repensar el papel del vehículo privado en la metrópolis del siglo XXI.

"En un contexto en el que se dispara el abastecimiento domiciliario, me parece fundamental que en todo ese reparto se meta la bicicleta. Con el transporte público… Tenemos que ser muy rápidos y contundentes para trasladar que el transporte público siempre juega a favor de la salud", ha dicho Janet Sanz en un webinar organizado por Ciclosfera, revista de ciclismo urbano de España, que abordaba la transformación de la movilidad.

"Y urbanismo táctico, para poder caminar de forma más rápida y ágil. Y otra medida estratégica que es la reconversión industrial de todo el sector automovilístico de nuestro país. Es ahora o nunca. Hay que evitar que todo eso se reactive, por lo que necesitamos un plan estatal para que esa industria y esos trabajadores se puedan trasladar a sectores más limpios".

Ante el temor de que crezca el uso del coche privado frente al transporte público por el miedo al contagio, la segunda teniente de alcalde señala que "sería inasumible pensar en eso porque la ciudad no está preparada".

"Quiero pensar que el trabajo colectivo que hemos hecho este tiempo, con una ciudadanía que no nos permite ir hacia atrás, no caerá en saco roto. Debemos pensar en la ciudad del futuro con esta nueva normalidad".

"Necesitamos un pacto con las empresas para fomentar esa movilidad. Hay que ser imaginativos, buscar medidas de poco coste y que sea fácil. El problema es cuando no se facilita desde empresas, cuando el ayuntamiento no pone carriles bici… Creo que el ámbito metropolitanos es el clave, cómo conectar la ciudad con la periferia. Garantizar una red de carriles bici que sean ágiles y rápidos, que permitan incluso ir caminando, que la gente apueste por esos medios si se les facilitan los accesos. Gran Vía, Meridiana, Aragón serían susceptibles de este tipo de acciones. No tenemos que perder el horizonte de que ahora tenemos un problema de salud, pero lo tendremos todavía mayor si no observamos y priorizamos este tipo de cosas. Las ciudades tendremos que ejercer una presión contra las contradicciones de, por ejemplo, pedir desde el Gobierno el fomentar la bicicleta y al mismo tiempo estar pendiente de apoyar el sector automovilístico".

Acceso a Barcelona por la Meridiana