¿Qué son los tubos de vacío de un coche?

Las mecánicas de gasolina son tan intrínsecamente complejas que es más que probable que guarden todavía algún que otro secreto incluso para aquellos entendidos del mundo del motor. Las líneas de vacío son un buen ejemplo de ello, aquellas que tienen un cometido sencillo pero de vital importancia.

Este cometido deriva en la simpleza de la misma, ya que únicamente se trata de manguitos de goma, o silicona en casos específicos donde el calor extremo es un factor importante, acoplados al colector de admisión y que 'transportan', por así decirlo, el vacío creado por el movimiento de bajada de los cilindros en el momento de la admisión para su uso en otros dispositivos del coche.

El que principalmente se beneficia de esto, y con gran seguridad conocido por muchos, es el sistema de servofreno, utilizado como ayuda al conductor para generar mayor presión sobre el sistema de frenado del vehículo. Otros sistemas que lo aprovechan son el de la válvula EGR, o sistema de recirculación de gases de escape, cuya filosofía relatamos en este otro texto, y el de ventilación de los gases del cárter, por poner un par de ejemplos.

En el pasado, este fenómeno era utilizado asimismo en algunos coches —como los clásicos 'muscle car' americanos— para mover los limpiaparabrisas, y en otros casos, para abrir o cerrar los faros escamoteables de aquellos deportivos tan especiales. Hoy en día, los limpiaparabrisas son actuados por motores eléctricos, mientras que los faros escamoteables son un elemento desaparecido hace ya décadas.

Desde finales de la década de los 60 hasta los años 90, período en que las normativas de emisiones comenzaron a endurecerse, los fabricantes comenzaron a multiplicar y a hacer más complejos sus esquemas de líneas de vacío. A día de hoy, con la generalización de la inyección y desaparición de los carburadores, éstos se han simplificado.
Sin embargo, y como buen elemento mecánico expuesto a las inclemencias, no está exento de fallos que comúnmente derivan en el incorrecto funcionamiento de alguno de los dispositivos anteriormente mencionados así como en un incremento del consumo de carburante.

¿Y cuáles son los síntomas? El que mejor denota algún tipo de fuga de vacío es el hecho de la mecánica se revoluciona con mayor viveza. Ello es debido a que el agujero en la línea provoca que el ordenador de a bordo reciba lecturas erróneas de la cantidad real de aire que entra en el motor —concretamente mayor cantidad—.

Si el ordenador, por otro lado, sí que detecta que está entrando mayor cantidad de aire, éste le 'dirá' a los inyectores que eleven en la misma cuantía la dosis de combustible en la cámara de combustión para mantener así la proporción estequiométrica aire/combustible —de 14,7 partes de aire por una de combustible—, de ahí el mencionado aumento del consumo.

Más señales de lo mismo pueden ser un ralentí irregular o un silbido a la hora del desplazamiento y aumento de las revoluciones del motor.