Ferrari 499P Le Mans: ¿Sabías que tiene el mismo motor que el 296 GTB de calle?

¿Tiene algo que ver el deportivo 296 de Ferrari con el 499P ganador en las 24 Horas Le Mans? No, no hablamos de la marca, ni del emblema del 'cavallino', sino del 'alma' del coche: el motor.

Es sorprendente hoy en día que un coche de carreras y uno de calle compartan el corazón, la mecánica, y más aún en una prueba de resistencia, pero en Ferrari ambos motores son V6, comparten cilindrada –2.994 centímetros cúbicos–, son biturbo y tienen la misma arquitectura básica. Incluso la potencia máxima es similar, 663 caballos para el versión de 'calle' y 680 para el de Le Mans, limitado por el reglamento.

Pero son dos motores distintos en cuanto a filosofía. La mecánica del coche de calle va anclada a un subchasis posterior en posición central trasera. El de Le Mans es portante, hace funciones de chasis y él se anclan las suspensiones y la caja de cambios, como en la Fórmula 1. Obviamente esto ha obligado a cambios en el bloque y a reforzarlo de forma conveniente.

También es diferente la unidad híbrida, que es de 166 caballos en el 'de calle' y de 272 en el 499P que ha llevado a Miguel Molina hasta la victoria, El principal cambio es que en la versión de calle la unidad eléctrica actúa sobre el eje trasero, mientras que en el de competición va en el eje delantero y convierte el coche en 4 ruedas motrices… pero solo cuando se superan los 190 kilómetros/hora, de nuevo, por el reglamento.

La versión de competición tiene una gestión del motor específica, muy sofisticada para cumplir con las complicadas reglas. El motor podría ser más potente, pero las reglas no permiten superar los 680 caballos en ningún momento y se ven libres de cumplir las norma sobre emisiones. La forma de entrega de potencia es notablemente diferente.

Pero es sorprendente que el motor térmico de ambos modelos, calle y competición del más alto nivel, tienen este parentesco directo, y eso sólo podía pasar en Ferrari.