Gestos contra el racismo, ¿hasta cuándo?: desacuerdo entre los pilotos

Lewis Hamilton comenzó en mayo una intensa campaña de activismo en sus redes sociales para concienciar sobre el racismo, pidió compromiso de toda la comunidad de la Fórmula 1 y criticó el silencio de algunos de sus compañeros de industria.

Lo primero que consiguió Lewis es que la F1 iniciara la campaña 'We race as one' por la diversidad y que Mercedes pintara su coche de negro para concienciar sobre la existencia de un problema que algunos dudan que tenga hueco en la Fórmula 1.

La F1 se ofreció como espacio para que los pilotos manifestaran como quisieran su rechazo al racismo. En Austria los pilotos aparecieron con camisetas negras con el mensaje "Acabar con el racismo" escrito y una parte de la parrilla se arrodilló, imitando el gesto para la causa con el que se manifestaron los jugadores de la Liga Nacional de Fútbol Americano.

Luego llegó Hungría y con ello, el caos. Aunque los pilotos habían hablado y se habían organizado para repetir el gesto de arrodillarse, según denunciaron Hamilton y Vettel, no hubo tiempo suficiente para hacerlo. Para Silverstone, este fin de semana la F1 ha prometido que les dará el espacio suficiente para que los que quieran protesten contra el racismo.

Todos los pilotos están comprometidos con la causa, sin embargo, no todos ellos optan por arrodillarse. Antes de la primera carrera de Austria, Charles Leclerc y Max Verstappen compartieron que, aunque defienden la libertad de expresión, ellos no son partidiarios de este gesto y creen que lo que importa son los actos y el comportamiento diario de cada uno.

Pilotos como Hamilton y Vettel creen que es vital seguir adelante con la iniciativa de arrodillarse cada fin de semana y responde a los que piensan que con hacer el gesto una vez es suficiente.

"Grosjean no cree que sea importante hacer eso. Es uno de los que cree que se hizo una vez y que eso era todo lo que teníamos que hacer", ha opinado Lewis en declaraciones para The Race.

La categoría se ofrece como plataforma para mandar mensajes de concienciación, pero también se expone a críticas por dar voz a una causa y no a otra en un mundo en el que se critica, cada vez más, tanto lo que se hace como lo que no.

El gesto de arrodillarse plantea en sí varios debates: ¿hasta cuándo se va a hacer? ¿no tiene más fuerza hacerlo sólo una única vez? ¿se dará cuenta el aficionado cuando dejen de hacerlo?

Éstas son dudas que resuenan en la cabeza de Guenther Steiner, jefe de Haas, que se adelanta al día en el que la F1 deje de hacer el gesto y recuerda que esto no significará que dejen de apoyar la lucha.

"Creo que es una decisión personal de cada uno si hacerlo, pero también está la cuestión de... ¿cuánto tiempo vamos a hacer esto? Todos estamos a favor, pero lo estamos haciendo así y si alguien decide ya no hacerlo, no significa que no esté en contra del racismo. Deberíamos ser conscientes de eso también", ha reflexionado Steiner.

Un tema complejo: la F1 hace bien en dar espacio a manifestaciones de este tipo, pero la repetición de gestos así pueden generar el efecto contrario, que los asumamos como normalidad y que pierda su función de concienciar y de extraordinario y que con ello, pierda su carácter noticioso y la prensa deje de destacarlo.