Toyota Yaris Cross

Las impresiones de conducción descritas corresponden al Toyota Yaris Cross original, aún con el motor de 116 caballos.

El Toyota Yaris Cross funciona de una forma muy parecida al Yaris convencional, algo lógico si se tiene en cuenta que su motor híbrido es exactamente el mismo, al menos en las versiones de tracción delantera. Las de tracción total aportan un plus de posibilidades fuera del asfalto, pero en ningún caso convierten al vehículo en un todoterreno. No obstante, lo hemos probado por caminos de tierra con alguna dificultad y cumple.

Más allá de esa pequeña diferencia fuera del asfalto las dos versiones a la venta del Yaris Cross ofrecen las mismas sensaciones al volante. Ni siquiera hay una distinción sustancial en las cifras de consumo que se pueden obtener. Más allá de lo que dicta la ficha de homologación, se puede asegurar que bajar de 5,5 litros a los 100 kilómetros es bastante sencillo. Nosotros obtuvimos con una unidad 4x4 concretamente 5,4 litros después de unos 400 kilómetros de recorrido sin hacer un gran esfuerzo en lo que a eficiencia se refiere y con bastante recorrido por carretera. Cabe recordar que con un coche híbrido, mientras más recorridos urbanos se hagan, más bajará el consumo gracias a la parte eléctrica. Nosotros hemos tenido la posibilidad de viajar abundantemente con él, e incluso a velocidades ligeramente superiores a los límites legales se puede mantener en torno a los 6 litros/100 kilómetros. Sólo una conducción agresiva fuera de ciudad nos hará disparar las cifras.

El Yaris Cross es un vehículo claramente orientado al confort. Primero, por el esfuerzo que se ha hecho en maximizar su espacio interior. Es considerable si se tiene en cuenta el segmento al que pertenece. Y segundo, por el tarado de sus suspensiones. Son suaves y, por tanto, capaces de filtrar de forma notable todas las irregularidades de la carretera. Eso hace también que no se desenvuelva especialmente bien en una carretera con curvas, pero es que tampoco lo pretende. Quien quiera un B-SUV más juguetón, debe decantarse por un Ford Puma, por ejemplo. Eso no significa que no sean tangibles las cualidades de su chasis: su comportamiento es muy equilibrado –como recordamos del Yaris– y el control de estabilidad redondea con la frenada selectiva de las ruedas interiores y ayuda allá donde una suspensión más suave y una altura superior a la del modelo base no pueden llegar.

En cuanto al confort de marcha, Toyota ha trabajado mucho en el desarrollo de su transmisión CVT. La suavidad que siempre la ha caracterizado se mantiene, mientras que el sonido del motor que provoca es menos molesto desde el interior del coche que en modelos más antiguos de la casa nipona, aunque puede llegar a ser notable en fases de plena carga. Además, existe una relación más 'convencional' entre el ruido percibido y el porcentaje de acelerador pisado. Lógicamente jamás se comportará como un cambio de marchas automático con relaciones diferenciadas –y hay modelos de la competencia que los tienen y son placenteros–, pero sí que da la impresión de ofrecer una sonoridad más lógica. En ciudad, puede sonar muy poco y acompañar al conductor en su busca de un consumo bajo, uso primordial de este coche.

Los escenarios donde más cómodo se encuentra el Yaris Cross son la ciudad y las autopistas, por motivos distintos. La parte eléctrica es la mayor protagonista en la urbe, mientras que la suavidad descrita es la que hace que los viajes largos también sean placenteros a bordo de este B-SUV. No obstante, es precisamente a alta velocidad cuando percibimos ruidos aerodinámicos provenientes de los retrovisores que no deberían estar ahí. Desde Toyota, eso sí, aseguran que saben qué sucede y que en las próximas hornadas de Yaris Cross que se fabriquen estará solucionado. En general, un paso adelante en insonorización redondearía el producto. También podría pedirse una postura algo más tendida, que permitiese estirar las piernas en mayor medida –algo que acusan más los conductores altos, como explica mi compañero Cristóbal Rosaleny–, pero es algo prácticamente imposible para un SUV del segmento B.

Finalmente, y en cuanto a rendimiento del propulsor, es más que suficiente para cualquier uso. Es cierto que da la sensación de encontrar un 'muro aerodinámico' que a ritmos muy elevados restringen la capacidad para ganar aún más velocidad, pero esto se produce claramente por encima de los límites legales, por lo que resultará imperceptible para la mayoría de los usuarios.