Probamos el nuevo Skoda Superb: ¿De verdad hay quién prefiere un SUV a una berlina?

La denominación Superb tiene alrededor de un siglo de vida, pero no fue hasta 2001 cuando Skoda lanzó el modelo tal y como lo conocemos hoy. Su berlina de mayor tamaño –4,9 metros–, también disponible con carrocería familiar –denominada Combi–, estrena cuarta generación manteniendo su esencia y demostrando una vez más lo que ya sabíamos hace tiempo, que la parte más alta de la gama de la marca checa tiene tintes premium. No puede ser de otra forma en un coche que puede llegar a costar casi 54.000 euros.

Su diseño exterior es continuista. Son detalles como los faros, que pueden ser matriciales, algunos elementos cromados, una parrilla más ancha y unas llantas de nuevo diseño de entre 17 y 19 pulgadas los que marcan la diferencia con su predecesor. Puede parecer una definición 'sosa', pero eso no quiere decir que el coche lo sea. A quien escribe estas líneas siempre le ha gustado que un modelo evolucione sin revolucionar. En definitiva eso es lo que ha hecho, por ejemplo, Porsche con el 911, de tal forma que seguir un camino similar no puede ser erróneo.

UN INTERIOR CON ESPACIO A RAUDALES Y TECNOLOGÍA

Recalcar que el espacio del habitáculo del Skoda Superb es amplio parece una obviedad. De acuerdo, lo es. Pero resulta imprescindible recalcarlo. Es enorme, algo que se hace patente especialmente en la parte trasera. Casi dan más ganas de que te lleven ahí que de conducir uno mismo. Y más con detalles como un reposabrazos central en el que hay incluso un soporte para poner una tablet, algo que valorarán especialmente los padres que tengan que viajar con niños pequeños.

En la parte delantera también hay espacio de sobra, por supuesto. Pero además destaca el despliegue tecnológico, que por otra parte es el habitual en los modelos semejantes del grupo Volkswagen. Cuadro de mandos de diez pulgadas tras un volante moderno de dos radios y una pantalla central de 13 pulgadas. El sistema multimedia, compatible tanto con Apple CarPlay como con Android Auto, no ofrece pegas, como tampoco lo hace la visibilidad de la propia pantalla incluso en días muy soleados. Bajo la misma hay tres diales aparentemente analógicos, que lo son y plenamente funcionales, pero en su interior hay tres pantallas que permiten cambiar las funciones a controlar con tan sólo pulsarlos. Nos parece una solución óptima para digitalizar los controles sin perder la funcionalidad de lo físico.

Otra de las novedades que presenta el nuevo Superb es la ubicación del selector de marcha, que está ahora anclado a la columna de la dirección. Personalmente me gusta más que esté en la consola central, pero por un lado no es algo que se vaya a utilizar constantemente y por otro es cierto que permite ofrecer un diseño muy limpio en ésta.

Los asientos delanteros de la unidad que hemos probado, con el acabado de acceso Selection, son cómodos, aunque pueden mejorar algo en cuanto a sujeción. En todo caso no es el Superb un vehículo pensado para afrontar las carreteras con curvas a elevado ritmo.

El maletero es otra de las grandes fortalezas del Skoda Superb. Con 645 litros para la berlina y 690 para el familiar permite transportar casi lo que quieras. En el primer caso, que es el que hemos probado, el acceso al hueco de carga es bueno y de él destaca especialmente su profundidad.

UNA GAMA MECÁNICA COMPLETA CON LAS TRES ETIQUETAS DISPONIBLES

El Skoda Superb se ofrece con motores de gasolina, Diesel y un híbrido enchufable. De entre los primeros el acceso lo marca la única mecánica microhíbrida a la venta, que es un 1.5 litros turbo con 150 caballos de potencia. Por encima están sendos TSI 2.0 con 204 y 265 caballos –el primero saldrá a la venta más adelante–, ya sin apoyo eléctrico y por tanto con la etiqueta C en lugar de la eco. Además, el motor más potente se vende con tracción a las cuatro ruedas, mientras que el resto son de tracción delantera.

Las opciones en Diesel son dos, ambos de 2.0 litros TDI sin electrificar. La versión menos potente tiene 150 caballos y la más capaz 193. Aquí también hay opción de tener tracción total, necesariamente ligada al segundo. Todos los motores descritos hasta ahora llevan un cambio automático DSG de siete velocidades.

La mecánica que permite que el Superb lleve la etiqueta cero es una híbrida enchufable que combina un 1.5 TSI de gasolina con la parte eléctrica para llegar a un máximo de 204 caballos. Con tracción delantera, en este caso el cambio, también automático DSG, es de seis velocidades. Pero lo más interestante no es esto, sino que la batería crece hasta 25,7 kilovatios hora de capacidad, lo que le otorga una autonomía eléctrica máxima de 133 kilómetros. Y no sólo eso, sino que se puede cargar por corriente continua a una potencia de hasta 50 kilovatios, lo que permite recuperar hasta el 80% de la capacidad en 25 minutos. ¿La pega? Que hasta 2025 tan sólo se puede comprar esta versión de la mano de la carrocería Combi.

AL VOLANTE DEL NUEVO SKODA SUPERB

La unidad que hemos conducido brevemente durante la presentación del Skoda Superb es una berlina dotada del motor microhíbrido de gasolina de 150 caballos. No es necesario mucho más si se tiene en cuenta el cometido del coche. Un rendimiento correcto ante cualquier reto diario que podamos afrontar, la etiqueta eco y un plus en cuanto a consumo de carburante que no podemos valorar como toca hasta que no probemos el coche en profundidad. Eso sí, no podemos dejar de reconocer que los motores Diesel son muy interesantes en este tipo de vehículos si se van a recorrer muchos kilómetros.

Por lo demás el Superb es un coche orientado claramente al confort, y eso que no tiene una suspensión que podamos tildar de blanda –puede contar con suspensión neumática en el más lujoso de los acabados–. En todo caso Skoda ha llegado aquí a un compromiso perfecto. El coche se sujeta de forma notable sin afectar a nuestra comodidad. También nos ha dejado muy buen sabor de boca la dirección. El giro del volante es algo más firme que lo que recordábamos de otros modelos de la marca, algo que personalmente me aporta más sensación de precisión. Por último, apuntar que el habitáculo está bien insonorizado.

PRECIOS Y CONCLUSIÓN

El Skoda Superb está a la venta en España desde 40.850 euros con el motor de gasolina microhíbrido de 150 caballos, mientras que el precio de lanzamiento del Diesel es de 43.600 euros. Por su parte, el híbrido enchufable empieza desde 47.600 euros –recordamos que, de momento, sólo está disponible en versión familiar por el momento–. La carrocería Combi tiene un sobreprecio de 800 euros en todos los casos.

Dicho todo esto, toca hacer referencia al titular de este artículo. Si existe un coche pensado por y para viajar, con espacio a raudales en su interior, y con una aerodinámica muy cuidada –la berlina tiene un Cx de 0,23–, se nos hace imposible no recomendarlo antes que cualquier alternativa SUV que esté pensada para un uso similar.