Rapsodias húngaras: de la primera victoria de Alonso al 'harakiri' de McLaren

Se refería, sin duda, a lo tortuoso del trazado, en el que la aerodinámica deja de tener un papel preponderante e incluso la potencia del motor cuenta menos…. ¡y en el que se producen no pocas sorpresas!

Hungría es, en cierta forma, el 'Mónaco de los trazados permanentes. Y si a orillas de la bahía monegasca se producen sorpresas porque las vallas' configuran un permanente muro de los campeones, capaz de sorprender a cualquier piloto, en Hungría esto no sucede y quizás por ello se producen otro tipo de sorpresas.

Hace 15 años, en 2003, se produjo la primera gran alegría española en la F1. La victoria de Fernando Alonso, la primera de ellas. Una victoria que nadie esperaba porque el motor Renault en V ancha no era precisamente el más potente de la parrilla, ni tampoco el más fiable… aunque también es cierto que el asturiano había subido tres veces al podio antes: en Malasia, en Brasil –aquel podio en el que recibió el premio en el hospital, tras el choque con Mark Webber, que llevó a detener la carrera– y en una carrera de ensueño en Barcelona… que ganó Giancarlo Fisichella con el Jordan… que se le reconoció con un año de retraso.

"Hay días en los que no sabes por qué, pero te encuentras que tienes en la mano el mejor coche en pista y ese día eras imbatible", declaró años después Fernando, rememorando la inesperada victoria húngara, saliendo desde una no menos inesperada Pole.

Si en 2003 fue escenario de una de las mayores alegrías para Alonso y sus partidarios –la primera victoria nunca se olvida– en 2007 fue el escenario de uno de los episodios que más negativamente ha influido en su carrera deportiva, quizás determinante para que su palmarés no esté de acorde con su valía como piloto. Nos referimos al estallido de la batalla interna en McLaren, con tres actores principales: Alonso, Lewis Hamilton y Ron Dennis. 

Es cierto que las rencillas venían de lejos, pero aquí dejaron de ser internas, para mostrarse en toda su crudeza. Alonso, para hacer suya la Pole, impidió que el último cambio de ruedas de Lewis se realizara a tiempo. La penalización de los comisarios al asturiano, el destape subsiguiente del 'spygate' a Ferrari, que le costó 100 millones a McLaren y el ser excluida del Campeonato de Constructores. A Fernando le costó el salir del equipo –aunque ello quizás era inevitable– y dos años de 'travesía del desierto' en su antiguo equipo, Renault, por entonces en vías casi de desmantelamiento.

Pero volvamos a las carreras. Antes de la victoria de Fernando hubo una sorpresa todavía mayor. Fue el mayor asombro de todos los aficionados en 1997 cuando por vez primera y única estuvo muy cerca de ganar un motorista. Y lo decimos porque Damon Hill, el campeón en título y que había abandonado el equipo Williams porque Frank no quería pagarle un 'salario de campeón' para recalar en el mediocre Arrows, estuvo cerca muy cerca de imponerse. De hecho inició el último giro como líder, tras haberse colocado en cabeza, al cumplirse el primer cuarto de carrera. 

Si decimos lo de motorista es porque el Arrows iba propulsado por un motor Yamaha. Es cierto que Honda comenzó fabricando motos antes de iniciarse en los coches, pero Yamaha no ha puesto un pie en el mundo de las cuatro ruedas con marca propia, si bien su ingeniería ha colaborado con diversos fabricantes de automóviles, especialmente Ford.

Hill fue superado en los últimos metros por Jacques Villeneuve, el futuro campeón, su sucesor, pero consiguió, pese a todo, entrar segundo.
Hill sorprendió en entrenamientos, marcando el segundo crono tras Michael Schumacher y Villeneuve. Superó a éste en la arrancada y después, en la vuelta 11, hizo lo propio con Schumacher. Su coche mimaba las gomas, mientras los demás peleaban con el blistering y a tres vueltas del final disponía de 35'' de ventaja sobre Villeneuve cuando comenzó a fallar primero el acelerador y después el cambio: un problema del sistema hidráulico, que se quedaba sin presión. Con sólo dos marchas y trompicones, Hill perdió nueve segundos en la antepenúltima vuelta y 20 segundos en la penúltima, quedando a merced de Villeneuve, que le superó… pese a los bandazos que daba Hill, porque la bomba de gasolina también fallaba; pero el canadiense no dudó en poner dos ruedas en la hierba.

© Sutton Images

Y después está el GP de 2006, la victoria de Jenson Button a los mandos de un Honda. El último triunfo de Honda en la F1. Una victoria que no era esperada, pero tampoco una sorpresa absoluta. Honda acababa de comprar a BAR y se notó la inyección japonesa en el equipo. Pero también fue el canto del cisne porque marcó el inicio del declive hasta la salida por la puerta falsa, dejando el equipo en manos de Ross Brawn para la temporada 2010…. y Ross se las ingenió para ganar la corona de forma inapelable.

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