¿Habrá tirón de orejas para Wittich tras Austin?

La razón del error fue que los comisarios no detectaron que Pierre Gasly había aprovechado el coche de seguridad para entrar en boxes y cambiar neumáticos, de forma que cuando salió, lo hizo descolgado del pelotón que seguía al coche de seguridad. Pero era algo que, con las balizas GPS que llevan embarcadas los coches y que colocan a los coches en una pantalla a la vista de Dirección de Darrera, era muy fácil de detectar.

La FIA ha decidido también que a partir de ahora la entrada de una grúa en pista se comunicará a los equipos de la misma forma que se comunica un coche de seguridad virtual o la entrada de un coche de seguridad y que estos deberán informar de inmediato a los pilotos.

Y este fin de semana ha sido el turno de Niels Wittich –el otro director de carrera de Fórmula 1, que se turnaba con Freitas– de cometer el error de no sacar bandera negra con franjas naranjas a Fernando Alonso por el retrovisor cimbreante y a Sergio Pérez por el endplate del ala delantera suelto.

Ambos perdieron dichos elementos en pista, lo que pudo constituir un peligro para otro coche. Sorprende no sólo la inacción de Wittich en estos casos porque las imágenes de la televisión fueron muy claras en ambos problemas.

Sorprende todavía más que los numerosos controladores que siguen la carrera en la sala de Dirección de Carrera y el famoso Centro de Operaciones a Distancia que sigue en tiempo real la carrera desde Ginebra no advirtieran del problema y que las dos llamadas del equipo Haas –que los comisarios deportivos confirmaron– recibieran respuesta.

No, no es una cuestión de medios puestos a disposición de la FIA o al menos no es el único problema. Es un problema de hombres, de mantener unos criterios coherentes, algo de lo que los pilotos se han quejado.

Era mucho más importante enviar a boxes a los coches dañados para que se repararan si se podía –de hecho, al de Pérez le bastaba con cambiar el morro– que vigilar el milimétrico cumplimiento de los límites de pista.

Entre directores de carrera, retrasos en las decisiones de los comisarios incompatibles con la dinámica de una carrera y techo presupuestario está claro que la FIA tiene mucho trabajo.

Es cierto que hay una dificultad. Incluso en fútbol, donde la acción se puede parar para consultar en VAR, ello produce polémicas y un mismo árbitro no sigue siempre los mismos criterios.

En muchas ocasiones, los comisarios y directores de carrera han expresado que se castiga la acción, no su resultado. Pero quizás eso mismo es incoherente: penalizar con cinco o diez segundos una acción punible en la que el resultado es que los dos coche siguen, que uno pincha, pierde tiempo –trompo, excursión, etc.– o queda fuera de carrera no puede tener la misma pena.

En cualquier caso, más que un problema de medios lo veo como un problema de hombres y de procedimientos, de reglas escritas difíciles de explicar o que son un tanto subjetivas, como el famoso "no me ha dejado espacio" o el "me ha molestado" en clasificación, incluso en entrenamientos libres.