ALMACÉN F1

GP de Rusia F1 2018: No ganó Bottas, ganó Mercedes

José Miguel Vinuesa
01/10/2018 09:20

Sochi, territorio Mercedes desde el debut del trazado en el año 2014, no por casualidad el año del estreno de la era híbrida en la F1. ¿Sería distinto este año? Sin duda, Mercedes no quería que dejase de ser una pista favorable, pese a ser bastante anodina: sólo las curvas 3, 4 y 5 –que conforman el interminable giro de izquierdas de 180 grados– y la frenada de la curva 14 –en apoyo tras una larga recta– ponen algo de interés en un circuito que se define como la pista de los 90 grados, especialmente en la fase final del trazado.

Mercedes traía novedades en el plano aerodinámico, como Ferrari, con un alerón delantero totalmente nuevo. Otra novedad era que tanto Fernando Alonso, como los Red Bull y los Toro Rosso serían penalizados en parrilla por estrenar motores. En el caso de Toro Rosso, por introducir la tercera versión del motor Honda, con la mirada puesta en el Gran Premio de Japón –siguiente de la temporada–, aunque el motor no se usaría en Rusia, volviendo a la anterior especificación. La mejora estaba cifrada entre 30 y 40 caballos, lo que esperaban que les permitiese superar a Renault, y al parecer la evolución funcionó bien. En el caso de Red Bull, el cambio fue por regresar también a la anterior especificación del motor Renault, ya que la última evolución no resultaba satisfactoria. Unamos a ello que ni Renault ni McLaren la usan, y que Red Bull era el único en probarla, pero en 2019 usarán motores Honda: no iban a hacer el trabajo a los motoristas franceses.

En el plano de fichajes para la temporada siguiente, no fue una sorpresa que Haas anunciase que tanto Romain Grosjean como Kevin Magnussen seguirían en el equipo el próximo año. Opción conservadora, pero también lógica, puesto que Magnussen tiene una temporada con buenos resultados y Grosjean ha demostrado al equipo velocidad y una capacidad de análisis que les resulta muy útil, pese a que este año el francés no obtiene buenos resultados. Por otro lado, y esto sí que entra dentro de las sorpresas, Toro Rosso anunciaría el sábado que Daniil Kvyat sería el sustituto de Pierre Gasly en el equipo, lo que supondrá la tercera vez que el ruso será piloto titular de la formación italiana. Es una situación extraña: Kvyat creció en el programa de pilotos de Red Bull, ascendió a Toro Rosso, de ahí a Red Bull –donde tuvo un buen año de debut en 2015 y superó a Ricciardo–, para ser degradado de nuevo a Toro Rosso en 2016 y verse fuera del equipo en 2017.

Quizás esta vez funcione, o al menos esa confianza tiene el piloto de desarrollo actual de Ferrari, puesto que dejará en breve. Durante la semana se anunció también que Antonio Giovinazzi sustituiría a Marcus Ericsson en Sauber para 2019, en lo que es una gran oportunidad para el italiano, que será el primero en volver a la categoría a tiempo completo desde que en 2011 lo hicieron Jarno Trulli y Vitantonio Liuzzi, los últimos hasta ahora.


ENTRENAMIENTOS LIBRES

Nublado, algo frío –23 grados en el aire– y con la pista muy sucia, puesto que apenas se usa durante el año. Así comenzó la primera sesión de entrenamientos libres del viernes, en la que participarían Lando Norris por Fernando Alonso en McLaren, Artem Markelov por Carlos Sainz en Renault, y Antonio Giovinazzi por Marcus Ericsson en Sauber. Debido a las penalizaciones por motores, hubo una curiosa cola en la salida del carril de boxes, encabezada por Fernando Alonso, que sería así el más beneficiado en el momento de aplicar esas sanciones, mientras que los Toro Rosso serían los más perjudicados.

Los Ferrari y Red Bull optaron inicialmente por el hiperblando, mientras que los Mercedes lo hicieron con el ultrablando. En la primera parte de la sesión sería Daniel Ricciardo quien encabezaría la sesión con un tiempo de 1'36''600, todavía lejos de tiempos de referencia, aunque rápidos pese a todo. El trabajo era el de tomar contacto con el trazado, y sobre todo en el caso de Ferrari o Mercedes, evaluar correctamente las mejoras introducidas, que en ambos casos fueron satisfactorias. Lando Norris tenía un trompo en la Curva 8, sin consecuencias pese a quedarse cerca del muro: esa fue la gran preocupación por la radio para el equipo inglés.

En la segunda parte de la sesión, los Mercedes optaron por probar el neumático blando –el más duro en este Gran Premio–, mientras que Kimi Räikkönen probaba el ultrablando, y Sebastian Vettel, Max Verstappen y Daniel Ricciardo se mantenían fieles al hiperblando. En esas condiciones, sorprendió que los mejores registros personales de Mercedes fueran con el neumático menos prestacional: Hamilton estaba tercero a 0'330 segundos y Bottas cuarto a 0'511 segundos del mejor tiempo, marcado por Vettel con un tiempo de 1'34''488, que aventajó por sólo 0'050 segundos a Max Verstappen. Quinto estaba Ricciardo, pero ya a poco más de un segundo, mientras Räikkönen se encontraba a 1'208 segundos de su compañero en séptima posición.

Destacable la sesión de Antonio Giovinazzi, con una interesante décima posición –con las reservas del programa seguido por el equipo–, superando en tres décimas a su compañero Charles Leclerc. El italiano sostuvo tras la sesión que por primera vez corrió relajado, sin la sensación de tener que demostrar nada. Su puesto está asegurado, y quizás eso se notó en un pilotaje sin errores y rápido por momentos. Tampoco lo hizo mal Norris, 13º con el McLaren y superando por apenas una décima a Vandoorne. Peores sensaciones dejó Markelov en 15ª posición.

La segunda sesión de entrenamientos libres siguió bajo cielo todavía más nublado y temperatura más fría que por la mañana. Pero era el momento de probar las fuerzas para la clasificación y la carrera. Mercedes comenzó la sesión con el ultrablando, lo mismo que Ricciardo y Vettel, mientras que Verstappen iniciaba con el hiperblando y Räikkönen tomaba contacto con el blando. De ahí las diferencias de tiempo entre todos ellos al inicio de la sesión, con programas muy distintos entre ellos. Sin embargo, los tiempos marcados con hiperblandos por todos ellos dejaba un aire desazonador. Y es que los Mercedes dominaron la tabla de tiempos, Hamilton primero con un impresionante 1'33''385 y Bottas en segundo lugar a 0'199 segundos de su compañero. Su más inmediato perseguidor ni siquiera era un Ferrari, sino el Red Bull de Max Verstappen a 0'442 segundos y Daniel Ricciardo cuarto a 0'459. Para buscar a Ferrari había que bajar al quinto lugar de Vettel, a unos muy largos 0'543 segundos, y más lejos aún Räikkönen, a 1'003 segundos del tiempo de Hamilton. Quizás sólo era circunstancial, o ceñido a la velocidad a una vuelta.

 

Pero el mayor jarro de agua fría fue en ritmo de carrera. Ninguno de los tres equipos punteros probó el blando excepto Kimi Räikkönen. Con el ultrablando, Bottas tenía una media mejor, muy poco por delante de Hamilton, pero dejando muy retrasados a los Red Bull, con Verstappen por delante de Ricciardo, y sólo tras ellos, a prácticamente siete décimas de desventaja media, Sebastian Vettel. En el caso del hiperblando, la tanda de Vettel no era significativa –sólo una vuelta válida–, pero no eran los Mercedes quienes dominaban con este compuesto, sino los Red Bull, en este caso Ricciardo por delante aventajando en tres décimas a Verstappen, y con los Mercedes a más de un segundo –Hamilton– y casi dos –Bottas–. En el caso de Räikkönen, a casi tres segundos de diferencia media con los Red Bull. Desde luego, nada halagüeño para los Ferrari. La única duda era cómo afectaría la degradación que empezó a surgir en todos los equipos, especialmente en los neumáticos derechos, muy castigados en esta pista por la curva de 180 grados. Era bastante severo, pero sólo los Mercedes parecían tenerlo más controlado.

Si el viernes la imagen era muy propicia para los Mercedes, la tercera sesión de entrenamientos libres no hizo sino ratificar esa impresión el sábado. Más dominio de Mercedes, con todos los equipos usando el hiperblando en esta sesión, con la excepción de algunas vueltas con el ultrablando para Magnussen y Fernando Alonso. Por momentos, las distancias eran cortas entre Mercedes y Ferrari, con Red Bull ya descolgados de la clasificación en tiempos. La sesión fue de nuevo fría, con unas nubes muy amenazadoras al inicio que dejaron posteriormente ver algo de sol, pero que no calentó la pista significativamente.

Lewis Hamilton marcó un inapelable tiempo de 1'33''067, con el añadido de una degradación mucho menos acusada. Dejó a su compañero de equipo a 0'254 segundos, por lo que todo apuntaba a una pole position del líder del mundial. Su gran punto fuerte era el tercer sector, y eso era significativo, puesto que en esa zona el neumático ya llegaba bastante castigado a una vuelta. En ese sector, y también en el segundo, Sebastian Vettel perdía el ritmo con los Mercedes, que sólo podía mantener en el primero, incluso superarlos por momentos. Pero su registro de 1'33''667, a seis décimas exactas de Hamilton, eran demasiada distancia como para alentar una opción en la clasificación. Y Räikkönen, a 0'621 de Hamilton. Los Red Bull, con Verstappen por delante de Ricciardo, estaban a 0'827 y 1'327 segundos respectivamente.

Charles Leclerc encabezó al resto, seguido de Esteban Ocon y Kevin Magnussen. Carlos Sainz se quedaba a las puertas de una hipotética tercera ronda de clasificación, en 11ª posición. Y pese a que los Williams eran una calamidad en estabilidad en el circuito ruso, superaron a los dos McLaren, con Vandoorne y Alonso cerrando la tabla, aunque practicando con el belga los rebufos. La penalización marca esta carrera para español, pero el rendimiento de los de Woking fue, una vez más, preocupante. Claro que sólo eran unos entrenamientos libres, y quizás en el momento de la clasificación pudiera haber sorpresas en todos los frentes. 


CLASIFICACIÓN

El sol lució sin intermitencia alguna por fin en Sochi al comenzar la sesión de clasificación, lo que permitió tener la sesión con más calor del fin de semana hasta ese momento, con 24 grados en el ambiente. Al comenzar la primera ronda, a nadie se le ocurrió empezar con un neumático que no fuese el hiperblando. Y pese a que Hamilton tuvo un fallo en su primer intento, que le relegó a la décima posición, a partir de ahí comenzó una sucesión de vueltas que le acabaron colocando en primera posición con un tiempo de 1'32''410, registro espectacular que dejó a Bottas a 0'554 segundos. 

Los Red Bull, que habían comenzado la sesión ultimando trabajos en la unidad de potencia, se colocaron en tercer y cuarto lugar, con Verstappen una vez más delante de Ricciardo. Los Ferrari estaban desplomados en quinta –Räikkönen a 0’931 segundos– y sexta posición –Vettel a 1'066 segundos–. Una auténtica barbaridad, que sin duda no era realista, pero si indicativa de que no iba a haber posibilidad de entrometerse entre los Mercedes.

Charles Leclerc firmó un excelente séptimo lugar y en la lucha por pasar a la segunda ronda, los Renault de Carlos Sainz y Nico Hülkenberg ocuparon las dos últimas posiciones que permitían clasificarse, pero con bastante margen. Hülkenberg superó en casi cuatro décimas a Brendon Hartley, el primero de los eliminados, a quien seguía Fernando Alonso, Sergey Sirotkin –que cometió un error en su último intento y se quedó cruzado en un lado de la pista–, Stoffel Vandoorne –de poco le sirvió el rebufo de Alonso– y cerró la tabla Lance Stroll, a medio segundo de Vandoorne y a ocho décimas de Sirotkin.

La segunda ronda fue la más descafeinada que se recuerda en la pelea por pasar a la última sesión porque ni Pierre Gasly, ni los Red Bull, ni los Renault salieron a pista, lo que dejaba a los diez pilotos que participaron automáticamente clasificados. Entre penalizaciones y estrategias de carrera, fue triste no ver competir a cinco monoplazas, cuatro de ellos de los más competitivos de la parrilla.

En plano estratégico, los Mercedes y los Ferrari optaron por el neumático ultrablando con la mirada puesta en la estrategia de carrera. Empezarían con ese compuesto. Pero eso no evitó que los Mercedes siguiesen dominando con holgura. Hamilton, primero con un 1'37''595, y Bottas, segundo a 0'149. Los Ferrari, a casi medio segundo ambos: Vettel tercero a 0'450 y Räikkönen, cuarto a 0'470. Más cerca, pero definitivamente descartados para lo que no fuera la segunda fila de la parrilla.

Impresionante Charles Leclerc con el quinto puesto, ya con hiperblandos, pero a sólo 0'893 segundos de Hamilton. Grosjean estaba cerca y a él le seguían Ocon, Magnussen, Pérez y Ericsson. Ellos acabarían conformando la parrilla de salida en las diez primeras posiciones del domingo.

 

La tercera sesión debió ser un paseo para Lewis. Debió serlo, pero no lo fue. En el primer intento, fue Bottas el que marcó el mejor registro –1'31''528– que dejó a Hamilton detrás por cuatro milésimas. Nada. El precio de salir ligeramente largo en la Curva 10 y perder levemente velocidad en la recta trasera. Un fallo recuperable, pudiendo ser más agresivo al saber que los Ferrari estaban a 0’639 –Vettel– y 0'709 –Räikkönen–. Esas mismas cuatro milésimas separaban a Esteban Ocon en quinta posición sobre Charles Leclerc.

Que Lewis quería y necesitaba esta Pole Position es una perogrullada. Que la podía conseguir, una obviedad, pero quizás llevado por un exceso de confianza, el británico cometió dos errores en su segundo intento. Había marcado un primer sector estratosférico, 0'333 segundos mejor que el de Bottas, pero justo en la curva donde acaba ese sector, la 6, se fue un poco largo. Alimentado por la necesidad de recuperarse de ese error, incurrió en otro mucho más grave en la curva 8, fuera de los límites de la pista y teniendo que corregir ostensiblemente con un contravolante. La Pole Position estaba perdida, de forma sorprendente y preocupante para Hamilton. Tanto sus gestos –sonreía y felicitaba a Bottas, pero con un rictus de compromiso– como los de Toto Wolff –sonrisa, pero nada de las típicas gesticulaciones– eran políticamente correctos. Porque Valtteri Bottas mejoró incluso su segundo intento para marcar un 1'31''387 que alejó a Lewis hasta los 0'145 segundos. Segunda pole del año para el finlandés y sexta de su carrera deportiva, en su circuito fetiche y con una conducción impoluta. Otra cosa sería que el notorio número dos de Mercedes fuese a incomodar a su líder en la carrera.

Tercero, maquillando al final el resultado, fue Sebastian Vettel, pero sin poder evitar que su 1'31''943 se quedase a más de medio segundo del autor de la Pole. Sin embargo, para Sebastian se abría una posibilidad: la salida. Ahí, si era capaz de repetir la de Bottas el año anterior, podía al menos superar a Hamilton. Kimi Räikkönen no mejoró su vuelta en el segundo intento y confirmó el cuarto puesto a 0'850 segundos. Mercedes estaba intratable en clasificación, pero como dijimos más arriba, también lo estaba en carrera.

Kevin Magnussen, tan criticado, se sacó del tarro de las esencias una vuelta perfecta para desbancar a todos los demás y colocarse en quinta posición. Sí, a 1'794 segundos de Bottas, pero más de tres décimas mejor que su perseguidor, Esteban Ocon, que no es que hiciera una mala vuelta tampoco. Leclerc tuvo que conformarse con el séptimo lugar, pero es el mejor resultado en parrilla de salida para el monegasco, superando el octavo lugar de Francia. Tras él, un Grosjean que no pudo replicar su buena forma en la segunda ronda, y Marcus Ericsson en décima posición, colocando al Sauber en el lugar que le correspondía ante las notorias ausencias.

El domingo por la mañana se supo que Stoffel Vandoorne había sustituido la caja de cambios, con las 5 posiciones de penalización correspondientes. Así, tras aplicar las debidas sanciones, la parrilla de salida para el Gran Premio de Rusia de 2018 estaría conformada con el siguiente orden: Bottas, Hamilton, Vettel, Räikkönen, Magnussen, Ocon, Leclerc, Pérez, Grosjean, Ericsson, Sainz, Hülkenberg, Sirotkin, Stroll, Vandoorne, Alonso, Gasly, Ricciardo, Verstappen y Hartley. En un circuito de adelantamientos complicados, la salida sería fundamental, pero la estrecha Curva 3 esperaría en el horizonte para que los más fogosos pagasen cara su osadía.


CARRERA

La lluvia hizo acto de presencia durante la carrera de Fórmula 2, y las previsiones indicaban un 40% de probabilidades de lluvia. Pero el cielo estaba soleado cuando los monoplazas salieron a dar la vuelta de formación, con 24 grados en el ambiente. La degradación estaba en mente de todos, aunque para Mercedes no era tan preocupante como para Ferrari. Su única preocupación era la salida, el largo kilómetro hasta la Curva 2 al estilo del denostado Valencia Street Circuit. Rebufos en juego desde el inicio, pero al menos los Mercedes contaban con ese trozo reasfaltado que sólo a ellos beneficiaba. En la mente de Lewis Hamilton, salir perfecto desde la zona sucia para poder defenderse. En la de Sebastian Vettel, lanzar un ataque que le permitiese, al menos momentáneamente.

Y es lo que ocurrió nada más apagarse los semáforos, con Lewis derrapando ligeramente, pero no lo suficiente como para tener una mala salida. Sebastian tomó ligeramente la delantera sobre Hamilton, pero éste se aprovechó del rebufo de Bottas y dejó atrás al Ferrari, hasta el punto de poder amagar un ataque sobre su compañero de equipo, que resistió sin demasiados problemas. Vettel intentó aprovechar eso para, con mejor tracción en la salida de la Curva 2, atacar a Hamilton, pero el inglés defendió su posición. La salida, sorprendentemente, fue bastante limpia salvo por un toque entre Sirotkin y Sainz –con la consecuencia de daños en el suelo y los deflectores del lado derecho– y la salida de pista de Pierre Gasly en la Curva 5, volviendo a pista pero abandonando en la Vuelta 6, poco después de hacerlo su compañero Brendon Hartley.

Al paso por meta, el líder era Valtteri Bottas, con una ventaja de poco más de un segundo sobre Hamilton, y tras él, Vettel, Räikkönen, Magnussen, Leclerc, Ocon, Pérez, Grosjean, Ericsson, Sainz, Hülkenberg, un impresionante Verstappen, Stroll, Sirotkin, Alonso, Vandoorne, Ricciardo, Hartley y Gasly. Mientras los líderes mantenían las distancias bastante cortas, conservando neumáticos, era Max Verstappen el que, en el día de su 21 cumpleaños, progresaba con soltura por la parrilla, hasta colocarse en quinta posición en la Vuelta 8. Dos antes, Fernando Alonso había pasado por boxes para colocar el neumático blando.

Mientras Kimi Räikkönen se descolgaba ligeramente de los tres primeros, estos estaban siempre en una distancia conjunta que no solía superar los tres segundos, con Vettel aguantando el ritmo de los Mercedes y complicando estratégicamente al equipo alemán: con él tan cerca, el riesgo de superar a Hamilton en los boxes era una opción posible. Era la consecuencia, para Mercedes, de tener que pensar en términos de estrategia y contener el ritmo de sus pilotos para poder hacer únicamente una parada. Y eso pese a que el ultrablando tenía una vida útil mejor que el inoperante hiperblando para la carrera.

Al final de la vuelta 12, Bottas se desvió hacia los boxes. Mercedes le había dado la preferencia como líder de la carrera, y le colocó los neumáticos blandos, única estrategia posible. En ese momento, Hamilton pasaba al liderato con 1'7 segundos de ventaja sobre Vettel. Lewis y Mercedes tenían un problema: defenderse de Vettel y entrar en la vuelta siguiente, o intentar alargar la parada y con ello intentar superar a Bottas. Sin embargo, Ferrari cortó de raíz esa decisión cuando al final de la vuelta 13, Vettel se dirigió a boxes –neumático blando– y dejó sólo a Lewis en la pista. Vettel salió detrás de Bottas, pero cuando al final de esa misma vuelta, la 14, Hamilton pasó por los boxes, se encontró detrás de Vettel, que a su vez se había acercado bastante a Bottas.

Pero eso no significaba que la situación quedaría estable. Ahora Ferrari tenía un problema: Bottas podía ralentizar a Vettel, como había hecho otras veces, y permitir el ataque de Hamilton. Pero no hizo falta. En la vuelta 16, dirigiéndose a la segunda curva, Hamilton pudo activar el DRS, y unido al rebufo, se lanzó al ataque sobre Vettel. El de Ferrari se movió hacia la derecha de la pista, protegiendo el interior, pero Hamilton insistía en seguir por allí. Dio la impresión de que Vettel realizó un segundo movimiento –se investigó la maniobra por los comisarios y no encontraron motivos para sancionarlo–, y Hamilton tuvo que frenar para evitar el contacto. Fue el primer intento, pero no el último.

 

Porque en la larga sucesión de derechas de las curvas 3 y 4 hasta la 5, Hamilton salió con mejor tracción y se empezó a dirigir hacia el exterior de la curva, buscando el interior de la definitoria Curva 5. Sebastian volvió a moverse hacia la derecha, dejando a Lewis en la zona sucia de la pista, esperando que ahí no encontrara el agarre para poder culminar la maniobra. Pero Lewis Hamilton no se amilanó, se mantuvo firme en el exterior y perfeccionó un adelantamiento espectacular y valiente en la curva 5. Absolutamente brillante.

Así que Verstappen era líder, Bottas segundo, y Hamilton tercero, aunque no se despegaba en exceso de Vettel. Sorprendentemente, el ritmo de carrera del Ferrari con los blandos era muy parejo al Mercedes, o al menos eso parecía. Porque en este trazado también hay que conservar combustible, y tampoco se podía ser muy atrevido con los neumáticos. Sólo así se explica que no pudieran acercarse a Verstappen, o que lo hicieran con un ritmo más lento del esperado. Kimi Räikkönen, en tierra de nadie, paró en boxes en la vuelta 18, y cuatro después Bottas empezaba a acercarse más seriamente a Verstappen, con los mismos neumáticos blandos pero con 22 vueltas. Sin embargo, el holandés mantenía el ritmo y los neumáticos en un estado impecable.

En la vuelta 24, la diferencia entre los cuatro primeros era escasa: Verstappen tenía 1'6 segundos sobre Bottas, que estaba parando a Hamilton –que estaba a 0'8 segundos–, y este se podía ver en peligro con Vettel, a sólo 1'4 segundos. Toto Wolff y los estrategas de Mercedes empezaron a pensar qué hacer. Y la decisión fue clara: en la vuelta siguiente, la 25, Bottas recibió el mensaje que definió este Gran Premio: "tienes de dejar pasar a Hamilton", con la excusa de que a Lewis le estaba apareciendo degradación en el neumático trasero derecho –en realidad era prácticamente inexistente–. Bottas obedeció, como siempre, jugando en equipo, y casi se detuvo en la Curva 14 para que Hamilton adelantase. Seguramente la orden no fue ni siquiera discutida en las reuniones del equipo, puesto que seis vueltas después, en la 31, Valtteri argumentó que podía ir más rápido que Hamilton. Pero eso no entraba en los planes de Mercedes.

Verstappen seguía líder, para sorpresa de algunos doblados como Nico Hülkenberg. Y no sólo líder, sino que Hamilton no se acercaba a él, conservando notoriamente sus neumáticos. Conforme Verstappen se encontraba con doblados, la distancia se redujo, y de manera sorprendente, Hamilton intentó adelantar a Max en la Vuelta 42 en la Curva 2, un intento que fue bastante ajustado porque Max en ningún caso iba a ceder. Innecesario, además, porque precisamente en la vuelta 44 Verstappen se dirigió a boxes –neumático ultrablando y reingreso a carrera en quinta posición– y dejó a Hamilton en el liderato.

Las distancias seguían siendo cortas, apenas 1'2 segundos sobre Bottas, que aventajaba en 1'1 a Vettel. En ese momento, absolutamente liberados de presión y con las gomas que iban a durar hasta el final, sin preocupaciones de combustible, los Mercedes enseñaron un ápice de su capacidad para marcar un ritmo mucho mejor. Se despegaron de Vettel sin demasiados problemas, con Bottas aventajándolo en 5’6 segundos en la vuelta 50. Justo en la que Bottas marcaba la vuelta rápida de carrera –1'35''861–, y esperaba algo que no iba a ocurrir. Por radio, el finlandés se preguntaba si la carrera iba a acabar en ese orden, y recibió el jarro de agua fría: "las posiciones se quedan como están. Hablaremos de ello tras la carrera". Bottas, sorprendido, sólo pudo responder con un "pensaba que íbamos a intercambiar posiciones".

Lewis Hamilton lograba, quizás, la más triste de sus 70 victorias, pero una victoria es una victoria, y más en lucha por el Mundial. Las órdenes de equipo nos empeñamos en que no sean estéticas, en que desvirtúan el deporte. Pero un tipo como Alfred Neubauer, el legendario directo de equipo de Mercedes en los años 30 y en los 50, estaría muy orgulloso de la decisión adoptada por sus descendientes. Esto, aunque se nos olvida, es un deporte de equipo, de constructores, aunque los pilotos sean los que se llevan un mayor lustre en la consideración pública. Si Mercedes tiene la opción de lograr un resultado más favorable para su piloto líder, hace lo que debe. No lo que quiere, sino lo que debe. Aunque sea doloroso para Valtteri Bottas, que sin duda fue el mejor piloto este fin de semana y merecía la victoria, pero que también es consciente de que su posición en Mercedes, y más a estas alturas de la temporada, es la de elemento de ayuda a su equipo. No a Lewis Hamilton, sino a Mercedes. Su renovación de contrato tiene que ver con ello, su disposición en otras circunstancias para retener todo lo posible a los rivales lo demuestra, y su carácter da mayor estabilidad al equipo. Es un estupendo segundo piloto, capaz de ganar el día adecuado. Su decepción es lógica, comprensible y genera solidaridad, pero no tenía otra opción. Con Nico Rosberg eso hubiera sido imposible.

 

 

Tercero llegó Sebastian Vettel, agresivo y valiente, quizás demasiado, pero hay que loar su ánimo de complicar en lo posible la existencia a los Mercedes, y la estrategia de Ferrari le colocó en posición para derrocar a Hamilton. Pero detener a Lewis, al Mercedes, y en Rusia, era una tarea prácticamente imposible, aunque Lewis tuvo que sacar una genialidad de su repertorio para superarlo. Logró lo máximo a lo que podía aspirar, y en ese sentido minimizó las pérdidas, que son ya inasumibles. Con dos carreras de desventaja, sigue necesitando ganar todas las carreras, pero si Lewis logra un segundo puesto y el resto terceras posiciones en las cinco carreras que restan, será campeón del mundo. Y que eso no ocurra es casi tan improbable como que Sebastian gane los cinco próximos Grandes Premios. Ferrari y él se acordarán de los errores de la temporada. Tienen monoplaza para instigar a Mercedes, pero el W09 es, siempre ha sido, el mejor coche del campeonato. El cuarto puesto de Räikkönen, alejado, permite aumentar la distancia de Mercedes en el campeonato hasta los 53 puntos.

Impresionante quinto lugar de Max Verstappen desde la penúltima posición en parrilla. Una salida espectacular, y unas primeras vueltas desatado, al más puro estilo que nos tiene acostumbrados, rápido y agresivo pero con control, le permitieron incluso ser líder ficticio durante 24 vueltas, el que más del Gran Premio. Su posición final es, seguramente, la que le hubiera correspondido, cuarto como máximo.

Pero son las sensaciones que deja las que hacen que esta actuación sea tan meritoria, más aún cuando dejó a su compañero de equipo, el nada torpe Daniel Ricciardo –sexto en meta–, con su misma estrategia, a unos impresionantes 50 segundos por detrás, aunque el australiano tuvo que cambiar el alerón delantero en su parada en boxes por problemas con el inicial. Una carrera para enmarcar, en todo caso, para el holandés.

También lo fue la de Charles Leclerc, que se colocó en quinta posición al inicio de la carrera con una salida perfecta y un adelantamiento posterior a Kevin Magnussen, lo que en el resultado final le permitió ser séptimo, es decir, el mejor del resto. A nadie sorprende ya el monegasco, pero sí la gran mejora que ha experimentado el Sauber con el paso de las carreras, lo que, en caso de mantenerse esta tendencia, debería colocar al equipo suizo en una buena posición de partida para la temporada que viene. Ahora mismo son novenos en la clasificación de constructores, pero Toro Rosso está a solo tres puntos, y Racing Point Force India a ocho –pérdida de puntos mediante, eso sí–, lo que hace que el séptimo lugar final no sea tan descabellado.

Octavo llegó Kevin Magnussen, que no aprovechó el quinto inicial para ser séptimo final. Buena carrera, no obstante, del danés, exceptuando el peliagudo incidente con Esteban Ocon: bloqueó en frenada al francés en la Curva 2, en una maniobra similar a la de Vettel con Hamilton, que ni siquiera fue investigada. Pero el danés sigue llevando los puntos para Haas, lo que les permite mantener la lucha por el cuarto puesto final contra Renault. Magnussen contuvo durante toda la carrera a los dos Racing Point Force India, tanto a Ocon, que llegó noveno, como a Pérez, que lo hizo décimo. Las órdenes de equipo también entraron en acción en el equipo con sede en Silverstone, permitiendo a Pérez probar el ataque sobre Magnussen, pero no fue capaz, por lo que devolvió la posición a Esteban Ocon.

Fuera de los puntos, Romain Grosjean en 11ª posición, sin nada que destacar, como tampoco en el caso de Hülkenberg, que acabó exactamente donde había empezado. Tampoco Marcus Ericsson sacó el potencial que tiene el Sauber, y languideció en 13ª posición. Tras él, Fernando Alonso, con un McLaren que se vio presionado por su perseguidor, Lance Stroll en un Williams. Tras el canadiense, en 16ª posición, Stoffel Vandoorne. Por su parte, Carlos Sainz perdió poco a poco posiciones hasta acabar 19º, en una carrera que empezaba con buenos augurios desde la 11ª posición, pero que se vio seriamente lastrada por los daños en su monoplaza. Sergey Sirotkin cerró la clasificación ante su público, y aunque el ruso deja algún destello de calidad encerrada en el lamentable Williams, su futuro en la categoría dependerá más de posibles apoyos económicos que de rendimiento.

Sochi nos dio una primera parte de carrera con verdadero interés, pero la segunda mitad de la prueba fue característica de este trazado y de la F1 actual: imposible adelantar, imposible acercarse a un coche con similar rendimiento, y la necesidad de cuidar distintos elementos para poder mantener el rendimiento global del monoplaza. Mercedes suma y sigue en tierras rusas, aunque esta vez no quisieran celebrarlo con demasiada algarabía. Las celebraciones se vislumbran en un horizonte cercano, y esas son las que de verdad importan.