Almacén F1

GP de Estados Unidos F1 2017: Hamilton domina, Verstappen castigado

José Miguel Vinuesa
23/10/2017 13:44

El circuito de Austin acogía por sexto año consecutivo el Gran Premio de los Estados Unidos, en el que seguramente, y quitando a Watkins Glen, es el mejor trazado rutero que esta carrera ha tenido desde que se instauró en 1959. Podría argumentarse con solidez que el trazado de Long Beach era muy interesante, pero entraríamos ya en el ámbito de los urbanos, en el cual los Estados Unidos no han tenido buenos ejemplos.

Los campeonatos llegaban prácticamente decididos. En el de pilotos, a Lewis Hamilton le bastaba con ganar y que Sebastian Vettel fuera sexto o peor, lo que viendo el arco de la temporada era bastante improbable, pero yendo a las últimas tres carreras, plausible. Dependía de que el SF70H no tuviera otra vez un problema de fiabilidad que lo apease de la lucha por las primeras posiciones o de la carrera, directamente. En el de constructores, a Mercedes le bastaban también 16 puntos más que Ferrari para asegurarse por cuarto año consecutivo el galardón de mejor equipo de la temporada, y esta sí que era una posibilidad mucho más sencilla.

Por supuesto, las miradas estarían puestas en esta lucha ya muy decantada, pero también en el debut de dos pilotos. Por un lado, el neozelandés Brendon Hartley, que ocupaba el asiento de Toro Rosso dejado libre por Carlos Sainz. El que fuera piloto del programa de pilotos de Red Bull hasta 2010, pero que no dejó de estar del todo en la agenda de la organización de la bebida energética, tendría así su primera oportunidad en un monoplaza de la máxima categoría, si bien empezaría la carrera último –salvo sorpresa- debido al cambio integro de su unidad de potencia. La otra mirada estaría, precisamente, en el estreno de Carlos Sainz con el Renault RS17, en la primera toma de contacto con el que será su equipo en 2018.

Los primeros entrenamientos libres comenzaron con una ligera lluvia y con el asfalto mojado, lo que dejó la primera mitad de la sesión en una situación incómoda. Por un lado, las pruebas podrían no servir para mucho, pero por otro, el clima para el fin de semana era inestable, de modo que esos minutos con lluvia podrían ser decisivos para el devenir del Gran Premio. Eso motivó que todos los pilotos saliesen a pista, en vez de privar al coche de posibles inconvenientes en una pista que se demostró traicionera. De hecho, varios pilotos tuvieron importantes sustos en estos minutos: Daniel Ricciardo fue el más ilustre, pero también Esteban Ocon o un Sean Gelael que ocupaba el asiento del retornado Daniil Kvyat a Toro Rosso.

Fue Sebastian Vettel quien se aventuró a probar por primera vez los neumáticos de seco, dentro del juego gratuito que Pirelli pone a disposición de los equipos dentro de la primera mitad de la sesión. Su tiempo de 1’45’’960 no era para nada espectacular, pero sí que se encaramó al primer lugar. La pista estaba definitivamente para secos. Así que en la segunda mitad, las pruebas fueron más ilustrativas, aunque no exenta de incidentes por el poco agarre del circuito.

Quien no tuvo situaciones delicadas en pista, pero sí fuera de ella, fue Fernando Alonso. Renovado por –al menos- un año con McLaren, el asturiano tenía que enfrentarse a un problema hidráulico en su MCL32 que le dejaba buena parte de la sesión con el pie a tierra. Puede que solo la perspectiva de que Honda pronto desaparecerá de su espalda le aliviaba para soportar el enésimo fallo. Sólo a falta de doce minutos volvió a la pista. Su compañero Stoffel Vandoorne, por su parte, ya soportaba cinco puestos de penalización por cambiar el motor de combustión de su unidad de potencia. Mientras tanto, Valtteri Bottas cometía un fallo en una de sus vueltas rápidas, como muchos otros, pero tanto él como Lewis Hamilton eran los más rápidos con el superblando con solidez respecto al resto. Tan sólo Vettel, en los compases finales, pudo acercarse al 1’36’’335 marcado por el británico, colocándose eso sí a unos lejanos 0’593 segundos del líder del mundial.