En Italia temen por la continuidad de Monza

Es cierto. Perder Monza, la 'Catedral de la velocidad', uno de los circuitos míticos, historia pura de la Fórmula 1 sería un gran shock… aunque esa misma historia nos diga que las últimas renovaciones del contrato con el trazado del parque siempre hayan estado precedidas de amenazas de no prorrogar, de lamentos por el dinero exigido, etc.

En Monza se han juntado tres hechos importantes que han dado argumentos a Stefano Domenicali para no firmar un contrato nuevo salvo implicación directa y firme de las autoridades locales, regionales y nacionales y no sólo por el tema del canon que pedirá la FOM.

Y todo ello con el factor 'ejemplarizante' que tendría para otros promotores un 'castigo' a Monza.

Hay un hecho que quizás ha trascendido: el déficit de servicios que hubo, tanto de restauración como lavabos, o las largas colas para acceder. Algo por lo que los organizadores italianos pidieron perdón de forma pública. Pero quizás éste es el menor de los problemas o el que tiene una solución más clara y factible.

Preocupan, sobre todo, otros dos problemas. El primero, las trabas que se dieron para la ocupación de diversas zonas del parque. Por ejemplo, la Fan Zone se precintó porque el ministerio fiscal denunció violación de las normas medioambientales, lo que retrasó los trabajos previstos… y quizás de rebote incidiera en el déficit de algunos servicios.

Y para terminar, el coche de seguridad final, que provocó tantas protestas, y el acabar con la carrera neutralizada. Se tardó mucho en retirar el coche de Daniel Ricciardo. Quizás no todo fue culpa de los comisarios, sino que Dirección de Carrera no estuvo diligente en evaluar la situación ni en tomar la decisión porque los comisarios italianos siempre se han distinguido por su rapidez. Pero es obvio que la solución requiere una adecuación importante del trazado.