Los coches clásicos se adueñan del museo Guggenheim de Bilbao

Desde el 8 de abril hasta el 18 de septiembre de 2022, el museo Guggenheim de Bilbao acogerá una imponente colección de coches y diferente documentación y objetos de arte que servirán para repasar la historia del automóvil desde su nacimiento y desde diferentes perspectivas. La exposición, llamada Motion Autos, Art, Architecture, está dividida en siete estancias, llamadas Comienzos –Beginnings–, Esculturas –Sculptures–, Popularización –Popularising–, Deportivos –Sporting–, Visionarios –Visionaries–, Americana y Futuro –Future–. Además habrá una estancia adicional, denominada Clay Modelling Studio, en la que se recrea hasta el más mínimo detalle cómo es una sala de modelaje de un centro de diseño de automóviles.

Esta exposición llega de la mano del conocido arquitecto británico Norman Foster, del comisionado Lekha Hileman Waitoller y Manuel Cirauqui, del Museo Guggenheim Bilbao. También están implicados en este proyecto Volkswagen, Cadillac y el AIC-Automotive Intelligence Center.

QUÉ SE PODRÁ VER EN CADA SALA

Cada una de las siete estancias en las que se divide la exposición muestra lo siguiente:

• Comienzos –Beginnings: es la primera parada y el comienzo de todo.

Está dedicada al nacimiento del automóvil y recorre la transición que lleva desde el carruaje  hasta los primeros modelos diseñados sin tracción animal.

Cuando los primeros automóviles salieron buscaban ser más respetuosos con el medioambiente, especialmente en las ciudades, donde el hedor, las enfermedades y la contaminación producida por los carros tirados de caballos eran un problema grave. Curiosamente y en un giro de los acontecimientos, ahora el héroe ha pasado a ser el villano.

Además de algunos carruajes con motor de gasolina, esta exposición cuenta con el primer Porsche de la historia un vehículo completamente eléctrico, presentado en el año 1900 cuyos motores formaban parte de los cubos de las ruedas.

• Esculturas –Sculptures–: belleza y rendimiento a partes iguales.

A principios de la década de 1950, Arthur Drexler, director del Museo de Arte Moderno de Nueva York –MOMA– durante 35 años, describió los automóviles como "esculturas vacías con ruedas".

En esta sala se yuxtaponen cuatro de los más bellos automóviles del siglo XX a esculturas de dos de los más grandes artistas del mismo periodo: Figura recostada, de Henry Moore, definida por sus suaves curvas; y el colosal móvil de Alexander Calder 31 de enero, que destaca por su incesante y fluido movimiento. Cada uno de estos automóviles sobresale además por su excelencia técnica —dos de ellos están considerados como los vehículos de serie más rápidos de la carretera—. Sin embargo se hace un especial valor a la belleza de sus fluidas líneas. Los cuatro modelos elegidos son: el Bugatti Type 57SC Atlantic, el Hispano-Suiza H6B Dubonnet y el Pegaso Z-102 Cúpula Bentley R-Type Continental.

El Atlantic, creado por Jean Bugatti, estuvo ligado a una familia inmersa en el mundo del arte y la arquitectura durante varias generaciones. Junto al automóvil, se presenta la escultura Pantera al acecho, obra del tío de Jean, el artista Rembrandt Bugatti. Ambas creaciones buscan evocar el movimiento.

• Popularización –Popularising–: popularización del automóvil.

La tercera parada de este viaje repasa los intentos de democratizar el uso de este nuevo invento y los intentos de producir un coche del pueblo que fuese moderno, fiable y asequible para todo el mundo.

Este proceso comienza en la década de 1930 con el despliegue de las industrias a escala nacional, a menudo teñido de connotaciones políticas. Después de la Segunda Guerra Mundial, durante un periodo de recuperación económica y desabastecimiento, el automóvil se convirtió en símbolo de regeneración y orgullo nacional. Las limitaciones de tamaño, costes y disponibilidad de materiales impuestas por la austeridad de la posguerra no mermaron la creatividad de los diseñadores

En esta estancia encontraremos modelos como el Volkswagen Escarabajo o el Volkswagen Microbus que, curiosamente vive una segunda juventud con el recién estrenado Volkswagen ID. Buzz.

La proliferación de coches compactos en Europa y de sus parientes de mayor tamaño en Estados Unidos desde finales de los años '40 amplificó la huella del automóvil en el paisaje urbano y rural de ambos continentes.

• Deportivos –Sporting–: la deportividad en su máxima expresión.

Esta estancia es, sin duda, una de las más llamativas de todo el recorrido, ya que cuenta con algunas joyas deportivas de las décadas de 1950 y 1960.

Durante los años de bonanza económica de la posguerra las exigencias técnicas de las competiciones, especialmente en la Fórmula 1, hicieron que el diseño de automóviles de automóviles de carreras y para la carretera se distanciase, hasta convertirse en distintas disciplinas. El mercado de los deportivos se expandió y los fabricantes adoptaron la tecnología de sus homólogos de competición.

Los cinco ejemplos seleccionados para la muestra son: Mercedes-Benz 300 SL Gulldwing, Ferrari 250 GTO, Porsche 356 pre-A, Jaguar E-Type y Aston Martin DB5. En sus diseños convergen arte y moda con el fin de satisfacer la fantasía de la velocidad y la aventura; son glamurosos y deseables objetos de la cultura contemporánea.

Además, algunos proyectaron su poderosa imagen en la gran pantalla, rivalizando en protagonismo con las estrellas de Hollywood.

• Visionarios –Visionaries–: una mirada hacia el futuro.

La galería prosigue con una mirada hacia los vehículos utópicos con artistas y diseñadores que exploran formas radicalmente nuevas, relacionadas con la velocidad y el movimiento.

Las formas aerodinámicas se unen al estudio de nuevas tecnologías y sistemas de propulsión como las turbinas, los motores a reacción, la energía nuclear o la automatización. Este espacio rinde homenaje a un variado conjunto de vehículos visionarios y a sus diseñadores, ensalzando la belleza de las formas fluidas y sus logros en materia aerodinámica. Los automóviles se exponen junto a obras del movimiento futurista –cuyos miembros sienten fascinación por el movimiento y la velocidad–.

Algunos de los modelos expuestos y más reconocibles con el Tatra T87 o los General Motors Firebird I, II y III.

• Americana: un salto al otro lado del Atlántico

Estados Unidos es, sin duda, una de las cunas del automóvil y esta muestra se detiene precisamente en ese país y repasa cómo el coche ha configurado su economía, su paisaje y sus espacios urbanos y suburbanos; al tiempo que ha definido su cultura popular hasta un grado no conocido en ninguna otra parte del mundo.

El romanticismo de los viajes por carretera de Jack Kerouak evoca paisajes con inmensos espacios abiertos del continente y su interminable horizonte; con sus tradicionales dinners y gasolineras en ruta. El viaje por carretera ha protagonizado fotografías, cuadros, música y tratados literarios desde el New Deal de los años 1930 hasta el presente. En esta sala se encuentran instantáneas través del objetivo de la cámara de Dorothea Lange, Marion Post Wolcott y O. Winston Link.

La amplia gama de vehículos aquí exhibidos pone de relieve los contrastes entre un gigantesco Cadillac sedán de lujo de principios de los '60 y un Ford Mustang de primera generación o un Jeep Willys de la Segunda Guerra Mundial.

• Futuro –Future–: camino hacia lo desconocido.

La última etapa de este viaje aborda las mismas dificultades a las que se enfrentaron los inventores del coche hace más de cien años: la congestión urbana, la escasez de recursos y la contaminación –todo ello aderezado con el cambio climático– y que ahora se presentan en una proyección de futuro.

Aquí, el visitante encontrará maquetas, audiovisuales, renderings, dibujos y escritos de dieciséis escuelas internacionales de diseño y arquitectura seleccionadas, pertenecientes a cuatro continentes y a los que se les ha dado total libertad para que compartan sus visiones sobre el futuro de la movilidad.

BONUS TRACK

Además de las siete estancias principales, el museo Guggenheim contará con una sala especial, llamada Clay Modelling Studio que ilustra la producción de modelos en arcilla de tamaño real, un proceso ideado en la década de 1930 por el jefe de diseño de General Motors, Harley Earl. Pese a los avances de la tecnología informática y la realidad virtual, esta tradición se mantiene en la industria actual. La marca Cadillac de General Motors ha hecho posible esta réplica del estudio de modelado en arcilla y ha cedido el Cadillac LYRIQ EV para que pueda experimentarse en vivo de la exposición.

Además hay otro espacio destinado a las maquetas de coches y se muestra cómo la importancia cultural del automóvil se extiende más allá de los propios coches a escala 1:1 para englobar el mundo de los juguetes y las maquetas. Gracias a la Colección Hans-Peter Porsche Traumwerk, aquí se presenta una selección de artefactos de una época en la que se apreciaban particularmente los objetos mecánicos. Complementándolos, varias maquetas de réplicas de automóviles a escala exhiben la misma maestría que puede hallarse en pinturas y figurillas en miniatura o en piezas de joyería.