Audi: objetivo 2023

Decía ayer Carlos Sainz, sin pensarlo dos veces, que el Audi estará para ganar el Dakar el año que viene. No fue una afirmación al aire, sino toda una declaración de intenciones ante Toyota y BRX, porque el coche, aunque no ha llegado con la mejor preparación posible a su primera carrera, tiene un potencial y un margen de mejora enorme.

Precisamente Carlos Sainz empezó esta edición del Dakar un poco contrariado porque estaba convencido de que la FIA no había favorecido lo suficiente a una marca como Audi por apostar por una motorización con energías alternativas, pero el semblante del español ha cambiado a lo largo de estas dos semanas y ayer miraba al futuro con optimismo.

Es cierto que Sainz, Peterhansel y Ekström quedaron fuera de la pelea por el triunfo en la Etapa 1B –por diferentes motivos–, así como que hubo serios dolores de cabeza con el amortiguador durante la primera semana, pero también hay que decir que el coche ha ido bien en manos de los tres –todos han ganado alguna etapa–, lo cual es una buena señal.

Sainz, de hecho, sólo tardó tres etapas en amarrar su primera victoria… y después, en la penúltima, la más complicada de este Dakar y teniendo que abrir pista, repitió. El RS Q e-tron, como avisamos desde esta cabecera, dio un serio paso adelante después de la jornada de descanso y finalmente lograron cuatro victorias en total –más que BRX–.

¿Cómo lo lograron? Simplemente con un proceso de optimización del coche en términos de ajustes. No olvidemos que se trata de un eléctrico de autonomía extendida con una tecnología muy sofisticada y a la vez complicada de entender, así que esa primera semana sirvió para recolectar datos, analizarlos y tratar de afinar el vehículo.

Pero, aunque el RS Q e-tron ha dado destellos de calidad en la segunda semana del Dakar, su margen de mejora es enorme por una sencilla razón: el coche llegó muy pasado de peso, alrededor de 200 kilos por encima de lo deseado, y Carlos dio una de las claves el pasado domingo al asegurar que "adelgazar es un problema de dinero y de tiempo, pero no me preocupa mucho".

Es decir, Audi tiene tiempo –un año, exactamente– y los recursos necesarios para hacer que el coche pierda esos kilos de más y llegar al próximo Dakar en mejor forma. Carlos lo sabe, y por ello ayer estaba tan seguro de este proyecto. En la jornada de descanso, sin ir más lejos, dijo que sus rivales "lo van a tener difícil" cuando el Audi se ponga a dieta. Hay confianza.

Stéphane Peterhansel, con sus 14 tuaregs bajo el brazo –seis en moto y ocho en coche–, también fue muy optimista después de conseguir la victoria en la décima etapa. "Tenemos que ganar en 2023, no hay otra", comentó la leyenda francesa tras haber dejado atrás a todos sus rivales aquel día. Y si lo dice ‘Monsieur Dakar’, nos lo creemos.

Es más, el paso de Audi por el Dakar 2022 ha levantado las orejas entre sus rivales. El mismo Sébastien Loeb dijo el miércoles –victoria de Peterhansel– que "los Audi son siempre más rápidos y cuesta seguirles el ritmo", pero el jueves –cuando volvió a ganar Sainz– fue más allá e incluso se atrevió a declarar que "no se puede competir con los Audi cuando van a por todas".

En definitiva, son muchas las razones que invitan a pensar que el RS Q e-tron llegará preparado para pelear por la victoria el año que viene, y obviamente sus pilotos y copilotos son de primer nivel. Hasta sus rivales lo saben. Audi: objetivo 2023.