Silencio, se rueda
El Gran Premio de Australia ha vuelto a dejar a los agoreros fuera de juego. El cataclismo de abandonos se ha quedado muy lejos de la realidad, y un Red Bull y dos Toro Rosso han protagonizado su primer simulacro de carrera en el día apropiado. La única opinión unánime tras la cita de Melbourne, eso sí, concierne al ruido de los monoplazas, que no gusta a casi nadie. ¿Se va con él parte de la esencia de la F1?