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Lewis Hamilton ha visto como el liderato en el Campeonato del Mundo se ha esfumado más rápido de lo que creía. Tras la tercera victoria consecutiva de Nico Rosberg conseguida en Singapur, el británico fue relegado a la segunda posición en la general, quedándose a ocho puntos de su compañero de equipo. Hamilton no encuentra explicación al hecho, y prefiere centrarse en las seis carreras que quedan para finalizar la temporada más larga de la historia de la F1. 

Toto Wolff ha alabado el trabajo de Nico Rosberg en el Gran Premio de Singapur, hasta el mundo de asegurar que ayer la Fórmula 1 presenció la mejor carrera del piloto alemán desde su llegada al equipo Mercedes.

Nico Rosberg y Lewis Hamilton tienen una relación complicada. Ambos son compañeros de equipo, y tras la victoria del alemán en Singapur, las cosas se ponen difíciles para el tricampeón británico. Pese a ello, Rosberg insiste en que se tienen respeto. 

Nico Rosberg ha sido el gran vencedor del Gran Premio de Singapur por delante de Daniel Ricciardo y Lewis Hamilton. La carrera comenzó con un accidente en la salida por parte de Nico Hülkeberg: no obstante, ninguno de los tres vencedores se vió afectado por el suceso. Las estrategias de los equipos fueron, sin duda, las protagonistas de la jornada, y sino que se lo digan a Ferrari que por una mala decisión han vuelto a quedarse a las puertas del podio.

Jornada intensa y de mucha tensión en Mercedes que, al final, ha dado sus frutos. Los problemas de frenos han dificultado las labores de Rosberg y Hamilton al volante, pero ambos han conseguido salir airosos. El piloto alemán se ha adjudicado la victoria defendiéndose in extremis de Ricciardo, mientras que Hamilton se ha beneficiado de la estrategia para recuperar la tercera posición de manos de Räikkönen.

Victoria de campeón para Nico Rosberg. El alemán ha realizado una carrera intachable y, a pesar de partir desde la primera posición, el de Singapur ha sido uno de los grandes premios que más ha tenido que trabajarse para conquistar. Hasta 2016, ningún piloto no campeón del mundo había conseguido vencer en el Marina Bay; hoy, Rosberg ha recuperado el liderato.

Al caer la noche y llenarse las gradas predispuestas en el GP de Singapur, Nico Rosberg se ha puesto el traje de gala para la mejor de sus versiones. El alemán de Mercedes no ha dejado lugar para la sorpresa y se ha aprovechado de un errático Lewis Hamilton que mañana saldrá desde la segunda fila. Una nueva oportunidad para dar un mordisco más en la clasificación, aunque eso sí, vigilando muy de ceca a los Red Bull que se han mostrado muy competitivos.

Las sensaciones se han confirmado y, después de liderar la tabla de tiempos desde la segunda sesión de entrenamientos libres, Nico Rosberg se ha hecho hoy con la pole sobre el circuito de Marina Bay y partirá mañana desde la posición más privilegiada en Singapur.

El equipo Mercedes no ha dominado tanto como en Monza, como estaba previsto. Red Bull y Ferrari están cerca de ellos, pero los problemas de 2015 parece que han desaparecido. Un golpe contra el muro de Nico Rosberg en la primera sesión y una fuga hidráulica en el coche de Lewis Hamilton han marcado la jornada para los de Brackley, que tendrán que sudar un poco para conseguir la victoria en Singapur. 

Singapur fue una pesadilla para Mercedes en 2015. Lewis Hamilton abandonó y Nico Rosberg fue cuarto. Las flechas de plata arrasaron en el resto de circuitos, pero por alguna razón el Marina Bay fue su criptonita. Ahora los alemanes regresan al mismo escenario con la esperanza de que esta vez sea distinto. Han estudiado con detenimiento lo que ocurrió hace 365 días y confían haber dado con la razón de su puntual falta de velocidad, aunque remarcan que ahora mismo sólo tienen teorías al respecto. Toca confirmarlas.

El Gran Premio de Singapur 2015 estuvo caracterizado en una gran medida por la velocidad que demostró Mercedes, o más bien, la ausencia de ella, ya que a lo largo de todo el fin de semana fueron incapaces de plantar cara no ya sólo a Ferrari, ganador de aquella prueba, sino a Red Bull. Con un monoplaza que demostró que no estaba demasiado preparado para aquella pista, fue el peor evento que ha realizado la escudería Mercedes desde el comienzo de su dominio en 2014, y un gran ejemplo de que incluso el mejor coche puede ser derrotado.