Barcelona, la prueba del algodón para Ferrari

Las esperanzas de los rojos tras la clasificación de la prueba portuguesa se tornaron en desazón, profunda decepción e incluso pánico, tras la carrera. En un circuito que el año pasado les había sido favorable, este año han sufrido más de lo esperado. Mucho más cuando el quinto puesto de parrilla de Carlos Sainz y el hecho de que fue el único de 'los otros equipos' que había colocado sus dos coches en Q3 abría las puertas a muchas esperanzas. Y a la postre, el sueño atisbado en los primeros Grandes Premios parecía poder jugar el rol de tercera fuerza del Campeonato, en Portimao pareció superada claramente por McLaren y los progresos de Alpine suponen una segunda voz de aviso.

Barcelona será para Ferrari la prueba del algodón. Los problemas de graining que afectaron a Sainz en Portimao hicieron ver al equipo que con las altas temperaturas tienen problemas con los neumáticos y esto en una pista que pone en valor la capacidad de tracción, los cambios de dirección bruscos, suspensiones y chasis. Si en Barcelona se repite la situación, todo el verano puede ser un quebradero de cabeza para los de rojo.

Sainz admite que Barcelona será muy importante y da un ejemplo del valor del trazado catalán: "Cuando estaba en McLaren, de los 80 días de simulador, más de 50 eran con el trazado de Barcelona", ha destacado.

Seguro que esta semana estudian si la mayor carga aerodinámica que parece que llevaba el madrileño respecto a Leclerc tuvo que ver con el fenómeno. No debía ser una opción errónea a priori, no en vano le colocó en quinta posición en la Q3 y también Lewis Hamilton optó por ir más cargado que su compañero.

El tema es que Sainz se 'hundió' al montar el medio en carrera. Habían funcionado muy bien el viernes, tanto que intentaron acceder la Q2 con ellas, aunque Carlos debió recurrir a las blandas para asegurar el pase. Durante la primera parte de carrera Carlos se defendió muy bien con las blandas, pero cuando cambió en la vuelta 21, las cosas ya no fueron así; incluso muchos de los que montaron –más tarde– los duros tuvieron mejor ritmo.

El alza de temperatura de viernes a domingo parece la causa. Pero como otros coches no sufrieron ese problema, hace sospechar que el límite entre la eficacia de las gomas y la aparición del graining es muy fino, imperceptible, o que la ventana de trabajo está posicionada más abajo que en equipos rivales. Pero también hay un factor a tener en cuenta: el asfalto de Portimao pareció esta vez muy degradado, con poco agarre y eso favoreció el deslizamiento… y quizás este factor amplificó el problema del aumento de temperaturas del domingo, al menos para Ferrari.

El veredicto de Barcelona –que todos los equipos consideran la pista ideal para conocer la competitividad de un vehículo, quien va rápido aquí va rápido en todas partes– es por ello esperado por los rojos con esperanza e inquietud.