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A partir del polémico cambio de neumáticos que hizo Pirelli a mitad de temporada el paseo de Sebastian Vettel por los circuitos de todo el mundo fue escandaloso. Desde Alemania, cuando se hizo una primera modificación antes de la definitiva de Hungría, de las once carreras que se disputaron el alemán ganó diez -nueve consecutivas-. Al ver tal superioridad algunos se preguntan qué hubiera pasado si el Mundial hubiera comenzado con las gomas que lo acabaron.  

Una de las tareas más importantes a la hora de diseñar un monoplaza es estudiar muy bien la normativa. Los ingenieros la leen a fondo para encontrar alguna laguna por explotar, para inventar algo nuevo que marque la diferencia. Así pasó con el doble difusor, los escapes sopladores o el F-Duct. Todos ellos fueron prohibidos al rehacer el reglamento, a la FIA no le gusta que le busquen las cosquillas y a Adrian Newey, que cada vez sean más restrictivos.

Muchas incógnitas de cara a la temporada 2014. Los pesimistas como Martin Brundle esperan "una calamidad" para el año que viene, mientras Bernie Ecclestone reconoce que el paso a los motores V6 Turbo "es un error" y Fernando Alonso admite que el monoplaza será "difícil de pilotar". Sin embargo, optimistas como Jenson Button o Ivan Capelli están seguros de que la nueva normativa dará una nueva opotunidad a los equipos pequeños y, así, terminarán las grandes diferencias entre las escuderías.

Adrian Newey se ha mostrado partidario de aumentar el límite de peso en los monoplazas de la próxima temporada ante la posibilidad de que los pilotos de mayor envergadura se vean obligados a adelgazar de manera drástica para adaptarse a las necesidades del nuevo reglamento. De esta forma, el ingeniero británico se une a la voluntad de numerosas escuderías de la parrilla, y aboga por que la FIA contemple una subida de 10 kilos a los 700 estipulados hasta la fecha entre piloto y coche.

El cambio de normativa supondrá un desafío para todos en la Fórmula 1. Equipos, pilotos, ingenieros… Todos tendrán que adaptarse, y rápido, a las reglas que darán comienzo la temporada que está por llegar. Adrian Newey dio a conocer sus sensaciones sobre lo que se avecina en la gala de Autosport, cuando subió a recoger el premio del coche del año por el RB9, su gran obra maestra que esperará repetir en 2014.

Ocho títulos en cuatro años, ése es el balance perfecto que ha conseguido Red Bull. Un dominio aplastante que este año han llevado a su máxima expresión. Y gran parte de culpa la tiene Sebastian Vettel, ese rubio alemán que ya sorprendió de joven dando la primera y única victoria a Toro Rosso en Monza 2008. Pero, quizá mayor sea la aportación de Adrian Newey, el genio que ha creado coches de ensueño como ese con el que Seb ha estado paseándose y haciendo donuts por medio mundo.

Ya vemos la temporada de 2013 por el espejo retrovisor. Los V8 se han quedado atrás y a partir de ahora toca mirar a la próxima salida de la autopista: el 2014. Un año en el que muchas cosas van a cambiar, empezando por los motores y terminando por el aspecto de los monoplazas. Esto último será algo a lo que tardaremos en acostumbrarnos si vemos los primeros bocetos. Los morros de pato que se inventaron el año pasado son un Picasso en comparación con el cuadro que veremos el próximo año si los pronósticos se cumplen.

Ya conocemos los nombres de los diez protagonistas que en diciembre optarán al galardón de la Personalidad del Año, un premio de nueva creación que la Federación Internacional de Automovilismo otorgará en París durante su mediática fiesta de fin de curso.

La temporada que viene todo puede cambiar, o no. Con los nuevos motores V6 Turbo y la nueva reglamentación, una halo de esperanza invade a los equipos rivales de Red Bull, que ven cómo pueden emerger de la oscuridad a la que el equipo de las bebidas energéticas le ha sumido.

Adrian Newey es uno de los pilares fundamentales sobre los que se edifican los éxitos de Red Bull, unos éxitos basados en una superioridad técnica que ahora se ve amenazada por la fuga de cerebros ante las atractivas ofertas de escuderías como McLaren, que ya se ha asegurado los servicios de Peter Prodromou, el jefe de aerodinámica de Milton Keynes.

El tetracampeón del mundo de Fórmula 1 más joven de la historia, Sebastian Vettel, sigue de celebración y ahora ha sido el turno para hacerlo con los empleados de la fábrica de Milton Keynes. El alemán ha querido felicitar a cada uno de los miembros de Red Bull por el trabajo realizado durante esta temporada.

Empezar con buen pie la próxima temporada será más crucial que nunca, porque si hay alguien que empieza un paso por delante del resto será más difícil recuperarle el terreno. Por eso, muchas escuderías han abandonado el desarrollo de sus monoplazas, o gran parte de él, antes que otros años con vistas a 2014. Muchas, pero no todas. Por ejemplo, en Red Bull han tardado en centrarse completamente en el futuro próximo más de lo que hubieran querido.

Muchos esperamos que el cambio de normativa que entrará en vigor el próximo año acabe con la supremacía de Red Bull y Vettel y cambie el panorama de los últimos años, que tengamos un Mundial competido y disputado hasta el final. Pero hay otros que no siguen esta corriente, que piensan todo lo contrario, que ante los nuevos retos que se presentan los de Milton Keynes volverán a crecerse y a desmarcarse del resto. Alain Prost está entre ellos.

Adrian Newey lo ha ganado prácticamente todo en la Fórmula 1 con tres escuderías distintas y hace algunos días dio a entender en unas declaraciones suyas que que su próximo reto podría recalar en el mar, concretamente en la Copa América. No obstante, Sebastian Vettel ha demostrado públicamente que no quiere que el británico deje a Red Bull.