Los pulgares de LaF1.es: Alemania

Hamilton. Si hay una actuación que haya que destacar por encima de todas, incluso de la del vencedor de la carrera, es la de Lewis. Su gran premio se complicó el sábado, como le viene pasando últimamente, sin embargo esta vez no fue por culpa suya. Un disco de freno nuevo le falló extrañamente y le retrasó hasta el final de la parrilla. Desde la vigésima plaza inició una remontada espectacular, con momentos de alta tensión como demuestran sus toques con Räikkönen y Button y el estado en el que terminó su alerón delantero. Seguramente él estará decepcionado porque vuelve a alejarse de Rosberg, pero seguro que en el fondo sentirá una enorme satisfacción por haber salvado los muebles de la mejor manera.

Bottas. El finlandés es ya un habitual de las posiciones de honor de nuestro ránking, y no es para menos. Ha conseguido algo que en Williams llevaban once años sin saborear, descorchar tres botellas de champán seguidas en la ceremonia del podio. Juan Pablo Montoya fue el último en conseguirlo con los coches de Grove en 2003 y Valtteri ha repetido hazaña, y no de cualquier forma. Para ello tuvo que mantener a raya a todo un Mercedes con un campeón del mundo subido en él, si bien es cierto que Hamilton casi tenía la rueda delantera izquierda en las lonas, pero eso no le resta mérito a su carrera ni a las 27 vueltas que aguantó con las gomas blandas. Williams ha conseguido un súper coche y Bottas es el único que lo está aprovechando.

Rosberg. El líder del Mundial es el que ha visto el GP de Alemania desde lo más alto del cajón, pero en nuestro ránking debe conformarse con este tercer lugar. Y es que, aunque haya logrado su cuarta victoria de la temporada saliendo desde la pole y sin perder la primera posición en ningún momento, ha sido el que ha tenido una carrera más fácil y tranquila. Ganar esta cita pasó a ser una obligación para él desde el momento en que supo que no tendría la competencia de su compañero de equipo y, por tanto, de nadie más. Sin embargo, cumplió sin errores y se lleva 14 puntos de ventaja debajo del brazo que le vuelven a levantar el ánimo y a hundir el de Hamilton. Como su querida y triunfadora Alemania, quiere ganar una estrella…

Ferrari. Ya sabemos que en Maranello han vuelto a suspender una temporada más con el desarrollo de su monoplaza, aunque esta vez no es eso lo que les ha traído aquí. Tenemos más que asumido que el F14-T no está a la altura de su marca y que para que Alonso pueda lograr una posición decente en cada carrera tiene que ir de milagro en milagro, pero, por si no fuera poco trabajo para el asturiano, también debe de luchar contra los fallos de estrategia de su muro. Fernando podía haber acabado en la cuarta plaza en lugar de la quinta final, pero sus ingenieros tardaron más de la cuenta en llamarse a boxes para su última parada y sufrió las consecuencias. Ya que no hacen buenos coches, que al menos cumplan con las órdenes…

Massa. Otro accidente más al que añadir en su lista de percances y, al contrario que en los otros tres que tuvo en Australia, Canadá y Gran Bretaña, el que tuvo en Hockenheim con Magnussen es exclusivamente culpa suya. El danés le tenía completamente ganado el interior de la primera curva y Felipe se empeñó en pasar por donde no había sitio. Kevin no tenía donde esconderse y no pudo evitar chocar con el brasileño, que terminó bocabajo por unos instantes protagonizando la imagen escalofriante del gran premio. Tras bajarse del coche, Felipe no solo no asumió su error, sino que no dudo en cargar tintas contra el de McLaren aludiendo a su inexperiencia. Está quedando en evidencia en la pista y también fuera de ella.

Kvyat. Daniil no termina de arrancar. Empieza con un resultado prometedor los sábados y luego, ya sea por problemas con su Toro Rosso o por errores propios, se viene abajo los domingos. En las últimas cinco carreras ha salido entre los diez primeros en cuatro ocasiones y solo ha aprovechado una de ellas para acabar en los puntos. En Alemania gozaba de otra buena ocasión para finalizar en el top ten, pero primero un exceso de optimismo le llevó fuera de la pista al intentar adelantar a Sergio Pérez por donde era imposible, y luego un aparatoso incendio en su monoplaza puso fin a su desafortunada carrera de la forma más drástica. Se bajó rápido y frustrado del STR9, sabiendo que está dejando escapar oportunidades de oro.