Entrevista a Mark Webber: "No podemos trivializar la Fórmula 1 en nombre del espectáculo"

Mark Webber –Queanbeyan, Australia, 1976– es un auténtico caballero. Su lema es 'Aussie Grit', algo así como 'firmeza australiana', y es algo que traslada a su interlocutor desde el primer momento, que se aplica a él mismo: es amable y educado, pero se percibe que forjó su carácter en las antípodas de su casa y contra la oposición más dura que existe en el automovilismo mundial, la escalera hacia la gloria en la Fórmula 1.

Esa firmeza, esas agallas, son el prisma desde el que observa el mundo: su simpatía no le impedirá llamar a las cosas por su nombre. Defiende una sociedad que premia a quien sea realmente capaz de sobresalir y que, sobre todo, nunca iguale por abajo. Participar es importante, sí, pero no suficiente para darse por satisfecho. Para Mark Webber, el esfuerzo máximo, la rabia, la determinación, es el camino hacia el autodescubrimiento de cada ser humano. Y el riesgo, una pieza importante para distinguir al bueno del mejor. Una sociedad que criminalice cualquier forma de riesgo también coartará el crecimiento e incluso la libertad de muchos de sus miembros, que tenderán a reemplazarla con miedos. Palabra de Webber. 

Todo lo anterior no son deducciones, sino un pequeño extracto de una larga conversación mantenida durante una cena en Valencia, en el marco del primer evento puntuable de Fórmula E en un circuito realmente permanente, el Ricardo Tormo. Webber acudió desde su casa en Mónaco a los mandos de un Porsche 911, el icono de la marca que representa como embajador global.

Es de suponer que este correoso piloto con 217 Grandes Premios y 25 pruebas del Mundial de Resistencia a las espaldas desarrollará todavía más su forma de ver en el mundo en su inminente autobiografía, que precisamente se llamará 'Aussie Grit' y que se publicará el próximo mes de julio. Pero la riqueza de la charla fue tal que allí mismo le pedimos una entrevista con la grabadora encendida, ésta.

No le preguntamos por Fernando Alonso, porque ya sabemos lo que piensa Webber de su amigo asturiano y su nueva aventura en la Fórmula 1. Confía mucho en su enorme talento natural, pero también sabe –por haberlo vivido en carnes propias– que nada es eterno y que, cuando has vivido tantas situaciones de enorme riesgo en la vida, suele aparecer una especie de 'muelle' mental que impide tomar el mismo nivel de riesgo que un hambriento aunque menos experto piloto. No dice que Fernando esté pasando ese trance, pero sí afirma que la posibilidad de que ocurra en algún momento existe.

Pregunta: Usted parece mimetizarse perfectamente con Porsche. ¿Cómo se produjo esta unión y cómo han engarzado tan bien la marca y usted?

Mark WEBBER: "Yo ya compraba coches de Porsche antes de correr para la marca y ser su embajador. Recuerdo que en un GP de Mónaco, creo que fue en 2012, miramos el 997 GT2 RS, y dijimos 'quizá tendríamos que comprarlo'. Así que Seb y yo nos compramos el Porsche. Él se llevó el RS y yo compré un 997 Turbo S. Me encantaba ese coche. Lo llevaba a todas partes y era muy bueno. En 2008 ó 2009 fue cuando me di cuenta de lo absolutamente extraordinarios que son esos coches. Yo entonces corría con Renault, así que no lucía mucho mi 'porschismo', pero a finales de 2011 o 2012 hubo un acercamiento por parte de la cúpula directiva para que corriera para ellos en su retorno a Le Mans. Yo les dije que lo estudiaría, pero que quería terminar la Fórmula 1 y que aún no estaba preparado para dejarlo. Luego se produjo mi matrimonio natural con los coches de resistencia y luego me convertí en embajador. Para ser honesto, todo vino por un consejo muy bueno que me dio Sir Jackie Stewart. Jackie me dijo: 'las carreras son geniales, pero procura estar en una buena posición cuando se acaben'. Y tenía razón, pero mi asociación con Porsche no ocurrió de una forma forzada, sino natural. Me encanta apoyar a las marcas en las que creo. Puedo sentarme con quien sea y hablar de sus productos, y estoy orgulloso de esos productos. No está bien vender mentiras, pero es que en Porsche las acciones hablan más alto que las palabras. Para mí, estar asociado a ellos es genial y quiero apoyarles en lo posible. Sea el país o el continente que sea, veo entusiasmo de la gente hacia la marca y eso me gusta. Es una marca sexy e inspiradora que busca los límites, que no se queda dormida en los laureles, que es funcional. Mi madre tiene un Cayenne, por ejemplo. Tiene algo para perfiles de conductor muy distintos.

P: ¿Cree que las carreras eléctricas tienen vuelta atrás o esto ya sólo va hacia adelante?

M. WEBBER: "Creo que sería bastante estúpido estar aquí y decir que no habrá carreras eléctricas en el futuro. Necesitamos encontrar una forma de aceptarlo y de educarnos a nosotros mismos como industria deportiva, y también a la gente de lunes a viernes con los coches de calle, para ver cómo podemos tener algún tipo de competición eléctrica de turismos de alto nivel. Pero aquí es donde estamos ahora: éste es el campeonato eléctrico más duro del mundo. También podrías decir que es el único, pero esto son carreras de monoplazas con equipos muy buenos y muchos técnicos que provienen de la Fórmula 1. Hay gente que quizá puede tener la sensación de que no es profesional porque vincula la ausencia de ruido a la ausencia de velocidad, pero es una categoría súper competitiva".

P: André Lotterer siempre dice que el Fórmula E es el coche más difícil de llevar que ha pilotado. Y él ha pilotado unos cuantos...

M. WEBBER: "Sí, así es. Es muy difícil ser rápido con estos coches, porque el nivel es extremadamente alto. Volviendo a su pregunta anterior, ¿adónde vamos? Estamos en el camino correcto para aceptar que, en el futuro, la electricidad jugará un papel muy importante en el transporte por carretera, y eso tenderá a filtrarse a las carreras. ¿Y qué es lo que no nos gusta? Hay gente que dice que no le gusta que no haya ruido, pero eso también ocurre en otros aspectos en la vida, que tenemos que aceptar ciertas cosas en la sociedad que no nos gustan. La sociedad siempre está evolucionando y eso nos pone en un compromiso, porque en nuestra mente el pasado siempre fue mejor. Para mí, por ejemplo, la mejor Fórmula 1 era la de los años 80 porque yo tenía 12 ó 15 años. Y eso le pasa a casi todo el mundo. Yo mismo era un poco escéptico cuando empezó la Fórmula E, pero debo decir que me ha impresionado. El nivel de los equipos y de los pilotos es extremadamente alto".

P: De aquí 20 años el escenario puede ser otro. Los coches eléctricos serán mucho más rápidos, el cuidado del medio ambiente será todavía más imperativo en cada paso que demos...

M. WEBBER: "La mayoría de gente que viene a la Fórmula E se queda gratamente sorprendida por los coches. Pero hay que venir. Obviamente estamos en pandemia y no podemos contar con la energía y el empuje del público, pero cuando podamos recuperar el factor del entretenimiento será otro buen cambio para el deporte. Y eso lo echan de menos todas las disciplinas, también el tenis o el golf. El deporte no está durmiendo, sino que sigue evolucionando, pero la gente no puede percibirlo bien porque llevamos un año con las puertas cerradas. Y eso afecta especialmente a los deportes jóvenes: cuando estás maduro, como el Roland Garros o la Fórmula 1, o el fútbol con el Camp Nou, puedes seguir adelante. Cuando estás creciendo es más difícil, paraliza más esa trayectoria ascendente, pero lo superarán".

P: ¿El futuro de las carreras será una evolución de estos coches?

M. WEBBER: "Sí. La pregunta que siempre nos hacemos es si habrá un motor de combustión en los coches de carreras. Yo creo que sí, pero si hoy no tienes un sistema híbrido que funcione bien ya no puedes ganar una carrera en la Fórmula 1. Estamos en una intersección entre trabajar en la tecnología, el apetito por el motor de combustión y el ruido. Para mucha gente el ruido es importante, pero para otra que viene por detrás es simplemente contaminación acústica. En esta entrevista somos un geriátrico, tenemos 45 ó 50 años; al menos yo, que de aquí a 15 años tendré 60. ¿La Fórmula E es el futuro? Sí, sin duda. ¿Habrá un motor de combustión en las carreras de las próximas décadas? También lo creo. Pero hay algo más importante para entender ese posible relevo tecnológico: la gente quiere ver a los héroes. La tecnología es importante, pero necesitamos a los héroes. Si Roger Federer y Rafa Nadal jugasen a tenis con raquetas de madera, el público les vería, porque la afición no sigue la tecnología de las raquetas. La gente quiere ver cómo los mejores del mundo hacen algo que ellos no pueden hacer. Eso es en esencia el deporte de élite: ver algo que tú no puedes hacer. Aquí estamos muy centrados en la tecnología, porque es algo crucial, pero es un viaje que dependerá de dónde estén los héroes.

P: ¿Cómo está viendo la temporada de Fórmula 1?

M. WEBBER: "Tenemos que recordar que ha habido muy pocos entrenamientos de pretemporada, muy pocos kilómetros para todo el mundo. Pero estaba claro que el coche de Mercedes no iba tan bien en Baréin, que se movía más. Ahora todavía están trabajando en lo que parecen algunos problemas aerodinámicos, siempre en un estándar altísimo. Red Bull, por su lado, ha conseguido una gran continuidad entre 2020 y 2021. Y es una pelea entre dos: está claro que no hay ningún otro piloto. Así que estamos entusiasmados, pero si uno de los dos se deshincha, estaremos como estábamos antes. Si es Verstappen quien hace que la Fórmula 1 sea aburrida, puede que el público lo acepte como un buen resultado. Pero si lo hace Hamilton, se pueden frustrar. Yo quiero que Max gane su primer campeonato, porque se lo merece y sabemos que es un campeón del mundo que está esperando su momento. Pero me encantaría ver cómo Lewis consigue su octavo mundial, que es algo que nadie ha conseguido. Eso también me parece bien. Yo soy un tipo de Red Bull, quizá quiero un poquito más que gane Max, pero no hay nadie en la industria que no tenga respeto por Lewis".

P: ¿A cuál de los dos ve más en forma?

M. WEBBER: "Max está a tope ahora mismo. Pero es que Lewis... Es un Tyson contra Tyson. Es fenomenal. El nivel de la Fórmula 1 de hoy es muy alto. Son tres factores: piloto, equipo y chasis, con el motor. Y ahí veo una clave: espero que Honda pueda aguantarle la pelea a Mercedes en las 23 carreras".

P: Los japoneses están por fin llegando, ¿no?

M. WEBBER: "Sí, pero me parece que es como un pato: fuera del agua pinta bien, pero debajo... las patas se mueven muy rápido. Quiero estar equivocado, pero creo que Honda... Y son una gran gente, que se van demasiado pronto y queremos que Honda se quede. Si se pueden marchar como campeones del mundo, genial, sería muy bueno para el deporte. Pero creo que, desafortunadamente para la oposición, Lewis sigue motivado después de tantísimas carreras y sigue corriendo como si su vitrina de trofeos estuviera vacía. Eso es un gran problema para sus rivales, porque tiene una paranoia por la perfección.

P: Parece que lo hace todo bien, como lo que hizo tras el error de Imola.

M. WEBBER: "Estaba destrozado por no haber sido perfecto. Increíble. Sus estándares son tan elevados... pero como usted dice: ¡cómo salvó esa situación increíble! Con el volante girado a tope, marcha atrás, con los dedos puestos en el embrague, regulándolo en la grava. Muchos habrían colapsado allí, pero Lewis fue como un témpano de hielo y lo salvó. Y también en la primera vuelta, en la salida. Podría haber sido un Spa 98, pero Hamilton en realidad protegió a toda la parrilla. Eso fue una lección de clase, aunque mucha gente no vea esas cosas.

P: Otra gran salida en Imola fue la de Sainz, ¿cómo ve la evolución de Carlos?

M. WEBBER: "Muy positivamente. Creo que los años de McLaren han sido muy buenos para él, y eso que se vio expuesto con un compañero tan peligroso como Norris, que no es fácil. Carlos lo hizo bien en esa situación. Sabemos que Ferrari es otro animal por su cultura, y también para el piloto, porque cuando llevas el mono rojo es otro nivel de expectativas. Además, Leclerc es una persona muy crítica consigo mismo. Se pone el listón muy alto. Leclerc es su peor crítico. Ahora, Carlos tiene una referencia fenomenal en Charles y eso es genial para el deporte. Ésos son los chicos que necesitamos. Necesitamos a Carlos, Charles, Max, Lando...

P: ¿Cree que puede igualar a Leclerc?

M. WEBBER: "Espero que pueda, por Ferrari. Sería algo positivo, sin lugar a dudas. Leclerc parece muy fuerte. Es muy fuerte a una vuelta. Lewis da miedo a una vuelta, pero Charles está ahí también los sábados. Su nivel en clasificación es extremadamente alto. Será interesante ver ese duelo con Carlos".

P: ¿Y cómo ve el futuro de las carreras? Porque hasta el karting es muy, muy caro. Y no sé si siempre llegan los mejores arriba.

M. WEBBER: "Es una gran pregunta para nuestro deporte. Tenemos que empezar por la cima y controlar los costes ahí. Si lo hacemos bien en la cima y mantenemos el punto aspiracional para que la gente siga queriendo llegar a nuestro deporte, desde la cima tendremos que devolver a la base. Es una pirámide. Necesitamos que lleguen los pilotos con más talento, porque cuando hay peleas vemos a los buenos tipos. Vemos a los Alonso de hace 15 años, a los Verstappen, etc. No es bueno para el deporte tener a alguien que llega demasiado forzado y que, muy en el fondo, no quiere estar ahí. Necesitamos que la gente que llega sea determinada, porque eso es lo que el aficionado quiere ver. La respuesta está en la cima de la pirámide, no en la base. Necesitamos que el dinero de la cima se reinyecte de una forma muy clara para que desde abajo puedan llegar hasta arriba".

P: Ya han pasado ocho años desde que salió de la Fórmula 1. ¿Cree que las cosas que no le gustaban de la Fórmula 1 siguen ahí o cree que han mejorado?

M. WEBBER: "Con la Fórmula 1, es cuando das el paso hacia los coches de resistencia o hacia cualquier otro sitio cuando te das cuenta de lo profesional que es la F1 en todos los aspectos: comercialmente, a nivel de seguridad, logística... Está todo muy bien organizado. El nivel es muy alto e imagino que ahora será aún mayor. Estoy un poco en contacto con los equipos, aunque no trabajo con nadie de la Fórmula 1, pero veo que el nivel sigue mejorando".

P: Pero hablemos claro. Techo presupuestario, carreras al sprint...

M. WEBBER: "Es que todas esas cosas se quedan en un segundo plano cuando tenemos carreras como las dos primeras de este año –Baréin, Imola–. Cuando eso ocurre, no hablamos de las carreras al sprint, porque el producto está bien. Pasa en la mayoría de deportes con sustancia. Un partido de fútbol son 90 minutos porque necesitas un componente de estado físico, de concentración, de presión. Lo mismo en el tenis o el golf. Una carrera de siete vueltas de MotoGP no sería lo mismo. Y con nosotros es lo mismo. Tenemos que ir con mucho cuidado para no trivializar la Fórmula 1 en nombre del espectáculo. Los mejores jugadores de cricket pueden estar jugando durante un día y medio. Mentalmente, esos tipos son de granito. Sus niveles de concentración son increíbles. Puede parecer aburrido, pero sólo los mejores sobreviven en ese ambiente. Nosotros somos entretenimiento, sí, y es genial si podemos hacer que esos 90 minutos sean entretenidos como en estas dos carreras. Sólo necesitamos a dos o tres tipos con opciones de ganar. Pero tengo claro que no necesitamos que la F1 sea tan aleatoria como la NASCAR. Eso para mí es demasiado".

P: Usted conoce bien los puntos fuertes y los puntos débiles de Sebastian Vettel. Ahora lo vemos sufrir, pero ¿esas debilidades estuvieron ahí siempre?

M. WEBBER: "A Sebastian siempre le encanta salir desde delante. Era muy bueno desde la Pole Position y en aire limpio en aquellos tiempos. Cuando estaba a media parrilla nunca le iba tan bien, y ésa es una de las cosas más importantes. Cuando tuvo tanto éxito en aquellos tiempos, era mágico con esos coches. Había veces que le sacaba un segundo a Hamilton en Singapur. No sólo a mí, sino que incluso Hamilton se frotaba los ojos a veces con las cosas que hacía Seb. Había momentos en los que su velocidad en algunos circuitos era extraordinaria. Creo que Ferrari se llevó una parte de su alma, en términos de su confianza. Lo rompieron. Y cuando te sientes un poco desconectado, eso acaba siendo muy tóxico. Era obvio que era un ambiente tóxico para ambos. Ferrari no le quería y él no quería a Ferrari, y su matrimonio fue demasiado largo. Eso es duro. ¿Cuántos años tiene ahora? ¿32? Mira a Hamilton, que tiene 36 años y parece que aún tenga 32. Y me duele decirlo. Hay gente que cree que a mí me gusta ver a Sebastian en apuros y eso son tonterías. Quiero ver bien a Sebastian. De la misma forma que a mí no me gusta ver lo que le está pasando a Valentino Rossi, porque nunca lo pierdes... hasta que lo pierdes. Y Sebastian lo está perdiendo antes. No digo que ya lo haya perdido para siempre, pero por su confianza y rendimiento parece que esté en una fase más avanzada de su carrera como piloto. Está ocurriendo antes. En realidad, sólo él puede decirlo. Todos esperamos que pueda volver a luchar. No creo que haya mucha gente que quiera verle terminar así después de la carrera que ha tenido. Espero que al menos pueda recuperar la sonrisa antes de dejarlo. De verdad espero que lo pueda hacer".