Las etiquetas de la DGT son engañosas: no tienen en cuenta las emisiones reales del coche

La OCU o Asociación de Consumidores y Usuarios ha publicado unos resultados que demuestran que las etiquetas ambientales de la Dirección General de Tráfico son confusas y no tienen en cuenta las emisiones reales de los coches.

Gracias a la herramienta europea Green NCAP, confirman que en el mercado hay automóviles con sistema de propulsión microhíbrido o híbrido enchufable que emiten tanto o más CO₂ que otros vehículos sin ningún tipo de electrificación con la pegatina C.

La asociación entiende que se está discriminando a conductores sin motivo alguno, puesto que la etiqueta se aplica en base a la tecnología que utilice al coche, independientemente de las emisiones.

Green NCAP lo que hace es tener en cuenta las emisiones durante todo el ciclo de vida del vehículo, y esto incluye procesos como la fabricación y sus posterior reciclaje.

Concretamente, lo que se hace es tener en cuenta la eficiencia energética, la contaminación y los gases de efecto invernadero. Todo ello calculado para 16 años de vida de un coche medio y con un rodaje de 240.000 kilómetros.

Datos obtenidos por la OCU con la herramienta Green NCAP.

Un sistema más moderno y acorde a los tiempos actuales, no como el que se sigue utilizan, que según la OCU "ha quedado desfasado".

De los resultados, se ve que los coches eléctricos son los que mejores resultados tienen, puesto que durante el uso compensan la contaminación que conlleva la fabricación del mismo y las baterías. Los híbridos enchufables van por detrás pero el resto de híbridos aparecen incluso por detrás de coches de gasolina tradicionales con la pegatina C.

Teniendo en cuenta que estos últimos expulsan el 60% del CO₂que emiten en todo su ciclo de vida por el tubo de escape, no parece muy lógico que un Audi RS Q8 'mild-hybrid' disfrute de la pegatina Eco, cuando un Seat Arona de 110 caballos lo que obtiene es la etiqueta C y, por ello, menos ventajas fiscales, menor descuento en los aparcamientos de la zona SER y más restricciones en las Zonas de Bajas Emisiones.

Aunque estas últimas ya operan en algunas de las principales ciudades españolas, pero desde el 1 de enero de 2024 van a ser obligatorias en los municipios con más de 50.000 habitantes. Y eso dará lugar a la discriminación en función de la tecnología de un automóvil y no de las emisiones reales, como demuestra la OCU.

Es por este motivo que la asociación pide cambios antes de que el año 2023 llegue a su fin.